En su edición del lunes 12 el Diario de Chimbote publicó una amplia información basada en el Informe N° 017 de fecha 22 de septiembre del presente año, elaborado por la Contraloría General de la República. En dicho documento de más de 30 páginas, el órgano de control del estado da cuenta, en forma minuciosa y al detalle, la existencia de graves irregularidades en la obra de mantenimiento de varios caminos vecinales que unen caseríos y centros poblados de la vecina provincia de Casma. Como es de dominio público, la obra ha sido ejecutada por la municipalidad provincial de Casma y, según lo ha dado a conocer el informe de Contraloría, ha ocasionado al estado un perjuicio económico que asciende a la suma de S/397,522.14.
En otro informe, esta vez de fecha 24 de octubre también del presente año, el órgano de control advierte que otro problema relacionado con el mantenimiento de caminos vecinales, se ha descubierto en la provincia de Recuay. En este caso, el perjuicio ocasionado es de S/118,462.00.
Dentro de este escenario y mediante informe N°013 de fecha 11 de noviembre, la Contraloría General de la República ha denunciado que similar situación se presenta en la provincia de Carhuaz, donde el daño ocasionado al estado es de S/ 494,446.63. Eso quiere decir que el problema de los caminos vecinales de Ancash, es largo, afecta por igual a las veinte provincias de la región y, lo que es peor, no tiene cuándo acabar.
En cada uno de sus informes, el órgano de control ha sido concluyente al afirmar que las causas del problema relacionado con el mantenimiento de caminos vecinales, son las mismas en estas tres provincias. Se ha verificado que a la hora de seleccionar a la empresa contratista, los funcionarios municipales rechazan por adelantado la participación de empresas que garantizan las mejores ofertas técnicas y económicas. En su reemplazo, éstos prefieren elegir a empresas “que no cumplen con las especificaciones técnicas”, como textualmente sostiene el informe de Contraloría.
Para concluir, los referidos informes coinciden en señalar que, aparte del perjuicio económico, el deficiente mantenimiento de los caminos vecinales afecta la interconexión de numerosos centros poblados del interior de la región. Conforme se ha comprobado, el mantenimiento que realizan las empresas contratadas por las municipalidades, es un trabajo superficial que no le otorga ninguna consistencia a estas vías de acceso. El peligro y la intransitabilidad se mantienen latentes.
Y razón no le falta a la Contraloría. Durante la temporada de lluvias, que normalmente abarca cinco meses al año, estas rústicas vías de comunicación se convierten en lodo resbaladizo haciendo imposible el tránsito de cualquier tipo de vehículo. Y eso es algo que los alcaldes provinciales lo saben perfectamente. Por esa razón no se entiende cómo es que, a pesar de todo el dinero que pasa por sus manos, se empeñan en seguir dándole a la población gato por liebre.
Y pensar que todos los años, el estado asigna puntualmente a cada municipalidad provincial un presupuesto con nombre propio para que se encargue de realizar a cabalidad esta tarea. Pero tal como están las cosas, parece que por debajo de los caminos vecinales existen muchos enredos municipales.