Patrimonio cultural de la humanidad:
El 27 de julio del 2021, en una afortunada coincidencia con la celebración del Bicentenario de la Independencia del Perú, la UNESCO aprobó el dictamen que declara al milenario monumento arqueológico de Chankillo, situado en Casma, como Patrimonio Cultural de la Humanidad; un hecho de trascendental importancia que colocó una vez más al Perú en el centro de la atención mundial.
Días antes de conocerse oficialmente esta declaratoria, la decisión de incluir a Chankillo en la lista de monumentos que conforman el patrimonio de la cultura universal, ya se encontraba virtualmente adoptada. Sendos informes científicos y jurídicos concluían plenamente a su favor. Solo se estaba a la espera de cumplir algunas formalidades y procedimientos protocolares propios de este organismo de las Naciones Unidas cuya sede es la ciudad de Paris.
La gravedad de la crisis sanitaria que estremecía al mundo en esos días, no permitió que la decisión de la UNESCO diera lugar al reconocimiento público que el caso merecía y del mismo modo a la implementación de otras acciones complementarias por parte del gobierno. Pero tanto o más que los efectos de la pandemia, fue la inestabilidad política y el consuetudinario cambio de ministros y altos funcionarios púbicos, que caracterizó al gobierno del ex presidente Pedro Castillo, lo que al final de cuentas impidió que se produjeran dicho reconocimiento y la referida implementación.
Pero hace unos días, en declaraciones al Diario de Chimbote la congresista ancashina Lady Camones Soriano informó haber reiniciado oficialmente las gestiones para que el Ministerio de Cultura otorgue a Chankillo la condición de unidad ejecutora. En el marco de la gestión pública, eso tiene una gran connotación. Significa, por ejemplo, que los trabajos de restauración, accesibilidad y puesta en valor del monumento ya no tendrían que ser sometidos a un largo proceso burocrático ordinario, sino más bien a la dinámica de una gestión más autónoma y directa. Y para eso, existen convenios de cooperación que el Perú ha celebrado con otros países y organismos internacionales, que se pueden aprovechar para el logro de estos objetivos.
Los trabajos de investigación científica que se han realizado durante más de diez años, han permitido establecer que Chankillo es un caso extraordinario. Este monumento de piedra labrada está considerado como el primer observatorio astronómico de esta parte de Sudamérica, que permitía a los antiguos pobladores de la zona predecir con toda exactitud los periodos de lluvia y otros fenómenos atmosféricos. A no dudarlo, un gran aporte al conocimiento universal.
Chankillo se levanta diez kilómetros al sur de la ciudad de Casma y se estima que fue construido hace 2,500 años. Está conformado por tres enormes murallas concéntricas de hasta diez metros de altura y asimismo por trece torreones alineados con la trayectoria del sol, por lo que su presencia ha despertado inusitada expectativa en el mundo de la ciencia y consecuentemente del pródigo terreno de la oferta turística.
Por lo demás, Chankillo forma parte de un circuito privilegiado en el que también se hallan los complejos arqueológicos de Sechín, Sechín Alto, Pampa de Llamas y Las Aldas, todos ellos pertenecientes a esa misma época y con mucho que ofrecer al enriquecimiento de la cultura universal. En otras palabras, Chankillo es un libro abierto.