Editorial

EL POLITÉCNICO HECHO PEDAZOS

Inaceptable realidad:

Cada vez que el gobernador y los principales funcionarios que han desfilado por el gobierno regional de Ancash querían acaparar las primeras planas de los medios de comunicación,  no han tenido mejor idea que repetir de la boca para afuera aquella manoseada cuña, demagógica y  populista, según la cual su principal preocupación  es trabajar por  el mejoramiento de los servicios de salud y educación del pueblo ancashino.

La realidad, sin embargo, es otra, y así lo demuestra lo que viene sucediendo justamente  con el Politécnico Nacional del Santa y el Hospital La Caleta, cuyos proyectos de reconstrucción llevan varios años entrampados en manos del gobierno regional de Ancash, sin que hasta el momento se sepa absolutamente nada concreto, ni del uno ni del otro.

Ha sido precisamente el pasado viernes 17 cuando inesperadamente el emblemático colegio Politécnico Nacional del Santa hizo noticia a nivel nacional. Y lo hizo no porque se haya producido un avance en la gestión del proyecto de reconstrucción de su local,  sino porque el cerco perimétrico de esta histórica institución educativa, con más de 66 años a cuestas, no soportó más el paso del tiempo y cayó estrepitosamente a  pedazos, como si fuese cualquier inmueble en ruinas y completamente olvidado.

Ya el año pasado, cuando el muro comenzó a inclinarse peligrosamente hacia el interior del plantel, el director y el presidente de la APAFA de aquel entonces,  asumieron la tarea de apuntalar  el muro con palos y maderos para evitar que los alumnos pudieran correr mayores riesgos. Aún así, no fue un movimiento sísmico lo que produjo la caída del cerco perimétrico sino más bien la falta de interés de los funcionarios regionales. Por fortuna, el incidente se produjo  en época de vacaciones escolares. De no haber sido así, otro habría sido el resultado.

Como se recuerda, en abril del año pasado, en vísperas de concluirse el expediente técnico del nuevo local, otra noticia relacionada con el Politécnico también dio la vuelta al mundo. Fue luego de difundirse hermosas fotografías de la maqueta del nuevo local escolar, cuya publicación acaparó elogiosos comentarios de ex alumnos que se encuentran en diversas ciudades del Perú y el extranjero.

Pero cuando el gobierno regional concluyó el expediente y lo entregó al INADE el mismo día en que se venció el plazo, 28 de junio del 2022, todos dimos por aceptado  que la construcción del nuevo Politécnico ya era una grata realidad. La mala noticia sin embargo no tardó en llegar cuando se supo que, a pesar de todas las observaciones y todas las subsanaciones habidas y por haber, el expediente  técnico finalmente no fue aceptado. Estaba mal hecho. Por esa razón, la licitación para la construcción del nuevo local no pudo ser lanzada en octubre del año pasado, como estaba previsto. Podría decirse que en ese momento empezó a derrumbarse el sueño del nuevo local.

Todos sabemos que hace ya veinte años el Sistema Nacional de Defensa Civil declaró inhabitable el local de esta institución educativa. Esta declaratoria  obligó a que los alumnos estudien en aulas provisionales, construidas  de material recuperable, mientras que, para evitar mayores riesgos, los talleres  de mecánica, carpintería y electricidad debieron  cerrar definitivamente sus puertas. Desde entonces los alumnos reciben solo clases teóricas más no prácticas. ¿Se puede hablar de una educación técnica  de calidad en esas condiciones?

Todo esto sucede cuando las nuevas autoridades regionales están a punto de ingresar a su tercer mes de gestión. En este tiempo, ya bastante prudencial, lo único que se puede captar de ellos es el esmero de hacer creer que tienen en sus manos una  varita mágica para solucionar en un santiamén todos los problemas y todas las necesidades de la región.

A más de una semana del vergonzoso desplome del cerco perimétrico de una de los planteles más emblemáticos de Ancash,  hasta hoy estas autoridades no han dicho una sola palabra sobre el particular. Y  es de suponer que lo mismo suceda con el sueño de hacer realidad el nuevo hospital La Caleta. Como podemos ver en el terreno de los hechos, la salud y la educación es lo que menos interesa.