Cuando la mayoría de empresas o instituciones esperan comenzar el año con buenas noticias, avances y logros, en la Universidad Nacional del Santa los conflictos no parecen abandonar sus principales actividades y se generan confrontaciones que no dicen nada bien de una entidad que forma y erige a los futuros profesionales del país.
En efecto, los estudiantes de la facultad de medicina de la mencionada casa de estudios superiores denunciaron la semana pasada haber sido víctimas de amenazas nada menos que por parte del rector Sixto Díaz Tello, quien habría reaccionado de muy mala manera ante la medida de fuerza que vienen realizando los alumnos de esta escuela profesional de la UNS.
Los alumnos de la Escuela de Medicina Humana se encuentran acatando una huelga indefinida exigiendo el respeto de sus derechos y la mejora del plan de estudios, sin embargo, lejos de hallar una solución a este planteamiento el Rector los ha amenazado con retirarlos de manera definitiva de la mencionada carrera profesional si ellos no retoman sus clases de inmediato.
Así lo denunció la representante de los alumnos de dicha escuela profesional, Clarita Núñez Pretell, quien mostró su rechazo a las amenazas que les habría hecho llegar la máxima autoridad universitaria en la última reunión que mantuvieron con los alumnos que se encuentran acatando esta drástica medida hace dos meses.
Inclusive, además de advertirles que podría expulsarlos, el rector ha deslizado la posibilidad de decretar un receso por el lapso de un año en la escuela de medicina humana bajo el argumento que los alumnos no quieren estudiar.
Justamente, aquí es en donde radica el craso error del rector de la UNS ante la actitud firme y decida de los estudiantes de protestar al interior del claustro universitario y paralizar el aparato académico exigiendo demandas que no han sido satisfechas.
Ello porque los estudiantes no han paralizado sus actividades porque se les ocurre o porque tienen por delante un capricho, por el contrario, lo que están exigiendo es única y sencillamente que se respeten sus derechos como estudiantes, esos que la universidad está en la obligación de brindarles y garantizarles por el hecho de formar parte de esta comunidad educativa universitaria.
Los alumnos de medicina están exigiendo la reformulación de su plan de estudios al igual como las mallas curriculares de prestigiosas universidades nacionales donde cuentan con medicina humana. De la misma forma, exigen la realización de los sílabos de las asignaturas del Semestre VIII hacia adelante, ya que a partir de este semestre las asignaturas de cada especialidad van en sucesión con los semestres posteriores.
De la misma manera, demandan que la Universidad suscriba los convenios con el Hospital Regional “Eleazar Guzmán Barrón” con la finalidad que ellos puedan realizar sus prácticas pre profesionales y puedan tener acceso a las instalaciones de dicho nosocomio, lo cual es de suma importancia para su formación profesional.
Esto quiere decir que los estudiantes no están exigiendo nada que no se desligue de la actividad académica que a ellos les incumbe, nada que pueda estar contaminando de intereses políticos al interior de la propia Universidad y mucho menos de fuera.
Los alumnos de medicina de la UNS, con todo el derecho del mundo, aspiran a tener las mismas mallas curriculares que tienen las universidades de mas prestigio en el país, como La Cayetano Heredia o la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, exigen que se les otorgue las mejores condiciones para estudiar y para consolidar su vocación profesional, y, es evidente que esta protesta tiene las mismas connotaciones de otras que han realizado estudiantes de otras escuelas profesionales de la misma Universidad, como Biotecnologías y otras en las cuales no cuentan con los laboratorios y la infraestructura adecuada para estudiar.
Para que un estudiante de Medicina consiga pulir todos los conocimientos que recibe en un aula y en un laboratorio, tiene que acceder a las atenciones de un centro asistencial de salud, sus prácticas deben realizarse en estrecha coordinación con los hospitales y las postas de salud, no pueden formarse profesionales de la medicina solo en las cuatro paredes de un aula sin que exista una debida formación profesional.
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Santa es relativamente nueva y se formó junto a otras en medio de una absoluta incertidumbre por la manera como estudiarían sus alumnos en la medida que una facultad de este tipo requiere de estudios, evaluaciones y de una infraestructura especializada, pasando por aulas, bibliotecas, laboratorios, centros asistenciales, etc.
Hasta donde entendemos esto es lo que quieren los estudiantes, que se mejoren las condiciones de estudios que tienen hasta la fecha y que las autoridades respondan por estos requerimientos que los vienen haciendo desde hace ya varios meses pero que no tienen respuestas, por ello es que se vieron obligados a realizar una huelga indefinida que en el escenario universitario resulta “sui generis” en la medida que las paralizaciones generalmente van por cuenta de los docentes y los trabajadores.
Afortunadamente, los estudiantes encontraron en algunas autoridades un puente para poder conseguir que se escuchen sus demandas, el alcalde Valentín Fernández Bazán se comprometió en formar una comisión que recoja sus pedidos y los lleve al rectorado a efectos que no se produzcan los enfrentamientos que pueden resultar bastantes perjudiciales en una comunidad universitaria.
El rector Sixto Díaz Tello debe entender que las autoridades tienen un papel decisivo en el éxito de los propósitos que la Universidad se ha planteado en el Plan Estratégico Institucional, que su principal responsabilidad es liderar los procesos de mejora y cambio para seguir avanzando con una mirada crítica que aporte a la construcción del presente y futuro de su institución, por ende, amenazar y amedrentar a los estudiantes es un errático accionar que solo puede generar más enfrentamientos cuando lo que se busca es solucionar los problemas. Esperemos que reflexione y que entienda que su posición está por encima de los demás y debe responder a un clima de sosiego y tranquilidad institucional.