Por muchas razones y salvo contadas excepciones, hablar de mototaxis es hablar de un peligro que se mantiene latente en todo momento y en cualquier lugar. La madrugada del pasado 7 de marzo, en la ciudad de Casma, una de estas unidades ingresó raudamente a la carretera Panamericana e invadió el carril por el que se desplazaba un ómnibus interprovincial que venía de Piura con destino a Lima. El choque entre ambos vehículos fue espantoso. Ante la desesperación de los pasajeros, el violento impacto provocó en forma instantánea la explosión de la mototaxi y el incendio del ómnibus.
Producto de este lamentable accidente, falleció, incinerado en el acto, el conductor de la pequeña unidad mientras que once pasajeros del ómnibus, entre los que figuran tres niños y dos adolescentes, también fallecieron calcinados. El examen toxicológico que los médicos forenses practicaron a los restos mortales del fallecido mototaxista, dieron como resultado que, en el momento del accidente, éste se encontraba en completo estado de ebriedad.
En otro lado de la información, en nuestra edición de anteayer dimos cuenta de otra colisión ocurrida en la Panamericana, entre una mototaxi y una camioneta, esta vez en el distrito de Nuevo Chimbote, frente a la Villa del Periodista; choque que dejó como saldo tres personas heridas de consideración.
Si tuviéramos que hacer un recuento de todos los accidentes que han protagonizado recientemente una mototaxi y un vehículo mayor, en plena carretera Panamericana, faltaría espacio para enumerarlos detalladamente uno por uno. No lo decimos con el ánimo de señalar con el dedo a quién tiene la culpa y a quién no la tiene. Para eso están las autoridades policiales y judiciales.
Sin embargo, ante la incontenible frecuencia y preocupante incremento de estos accidentes, queremos interpretar el reclamo de la población para que las autoridades que tienen que ver con esta problemática, empleen todos los recursos que el estado ha puesto a su disposición para poner freno a esta fatídica racha de percances.
Se sabe hasta el cansancio que las mototaxis están impedidas de transitar por la carretera Panamericana y otras vías de alta velocidad que están reservadas en forma exclusiva para el tránsito pesado e interprovincial. Prohibición que, por desgracia, solo está escrita en el papel.
Más de los días, vemos con mucha preocupación la forma cómo la imprudencia viaja en mototaxi. Sin importar las horas punta, podemos ver con alarma cómo los conductores de mototaxi cruzan a toda máquina la Panamericana, entre los pueblos jóvenes Primero de Mayo y Villa María, sin siquiera mirar la luz del semáforo.
Esta misma imprudencia se observa en la intersección de la vía nacional con las avenidas Country, Anchoveta y las vías de ingreso a Bruces y San Luis. Se acepta que el servicio de mototaxi es fuente de trabajo para muchos padres de familia, pero lo que no se puede aceptar es que estos vehículos invadan no solamente vías de alta velocidad sino también los pasajes exclusivamente peatonales, tanto en Chimbote como en Nuevo Chimbote. Peor aún, cuando se sabe que algunas de estas unidades, que muchas madres de familia utilizan como movilidad escolar, también son utilizadas para asaltos al paso, violaciones y otros delitos. Alguien tiene que ponerle freno a todo esto.