Congresistas y Chimbote:
Como nunca antes ha sucedido en estos lares, de los cinco parlamentarios que representan a la región Ancash en el Congreso de la República, todos ellos pertenecen al distrito electoral de Chimbote. Pero para quienes creen que eso es haberse sacado la lotería o algo por el estilo, habría que decirles que están completamente equivocados, Eso es algo que está muy lejos de la realidad. La verdad es que nunca como ahora, existe un divorcio total entre el pueblo de Chimbote y su representación parlamentaria.
Cuando se pensaba, por ejemplo, que nuestros bien remunerados congresistas iban a colocarse en primera línea para interponer sus buenos oficios y exigir que se aclare la escandalosa paralización del hospital El Progreso y la postergación del Politécnico Nacional del Santa, jamás dieron la cara.
Tampoco se les vio durante los aciagos días de la situación de emergencia que causaron las intensas lluvias, cuando miles de familias, que seguramente votaron por ellos, necesitaban de alguien que por lo menos les levante la moral. Que se sepa, tampoco han sido capaces de fiscalizar la labor del gobierno regional y de las municipalidades provinciales y distritales ante la ya descontrolada proliferación de obras paralizadas, abandonadas y mal ejecutadas.
Faltan escasos dos meses para que se cumplan dos años desde que asumieron el cargo y hasta hoy las gestiones que ofrecieron realizar a favor de Chimbote no existen en ningún documento digno de credibilidad, salvo en fotografías y declaraciones de auto elogio colgadas en las redes sociales. La más grande burla que pueden haberle infligido a la región, fue la firma de la famosa Agenda de Ancash, un documento de trabajo que ellos mismos se impusieron desarrollar luego de su juramentación el 20 de julio del 2021. Todo hace pensar que inmediatamente después de la suscripción de la agenda, ésta fue a parar al tacho de basura. Hasta hoy ninguno de los cinco parlamentarios ha vuelto a ocuparse de ella.
El divorcio entre Chimbote y “sus” congresistas ha llegado a tal extremo que a estas alturas ya es inocultable la existencia de una indiferencia recíproca. De la misma manera cómo los congresistas se han olvidado de sus electores y de todas las promesas que hicieron a lo largo de la campaña electoral, así también el pueblo de Chimbote los ha olvidado por completo. Ningún ciudadano común y corriente sabe con exactitud cuántos congresistas tiene la región Ancash, ni como se llaman.
Lo cierto es que por aquí no aparecen ni siquiera durante la semana de representación, por la que el estado les paga la bonita suma de 5 mil soles por cinco días de recorrido. Es decir dos veces el sueldo mensual de un profesor.
Debe ser por eso que el actual Congreso de la República está pasando a la historia como el más ventajista. Es el congreso que más leyes ha aprobado, pero no a favor del país, sino a favor de los propios congresistas. Hoy más que nunca éstos disfrutan de una serie de privilegios y gollerías que no se ve ni en las peores dictaduras del mundo. Es congreso es ahora un estado dentro de otro estado.
A ese paso, no sería nada raro que los actuales congresistas aprueben una ley que les permita ser reelegidos en forma inmediata y las veces que se les antoje. Más puede el tráfico de influencias, las repartijas del poder y el intercambio de favores políticos que el divorcio entre el congreso los intereses nacionales.