LERDOS
El abandono de la obra en el Colegio “Augusto Salazar Bondy” ya cumple tres años, sin embargo, hasta el momento el Ministerio Público no ha sido capaz de encausar su acusación contra los responsables de los delitos que se han cometido, colusión, peculado y otros. Ello porque en esta obra ha sido evidente la sobrevalorización de los costos y el direccionamiento de la adjudicación a una determinada empresa que no solo no cumplía con los requerimientos de las propias bases sino que carecía del respaldo en experiencia y solvencia como para garantizar que los trabajos se concluirían. Las consecuencias las hemos visto desde el hace tres años que la obra quedó inconclusa, los alumnos debieron seguir estudiando en calidad de “prestados” y finalmente decidieron pasarse a las instalaciones en las condiciones en que se encontraban, sin acabados, sin puertas, sin ventanas y acomodarse como podían. Ahora la Fiscalía ha solicitado 8 meses más para cerrar su investigación y demanda la declaración del ex presidente regional y de otro investigado, cuando todos saben que el “comando mayor” negará a los cuatro vientos la existencia de delito. Las pruebas de los delitos que se han perpetrado en la época de la red criminal con la ejecución de obras sobrevalorizadas y que finalmente terminaron abandonadas por que se llevaron los presupuestos a otras obras para seguir cobrando los diezmos están en el expediente, no entendemos por qué quieren seguir investigando y dilatando mucho mas los plazos cuando todo está claro. El sector educativo de la provincia atraviesa por una aguda crisis, hay centros educativos que están demolidos y abandonados y el Ministerio Publico no quiere acusar porque sigue pidiendo plazos para investigar. A este ritmo no habrá justicia, las carpetas fiscales se amontonan por ello, la celeridad del nuevo modelo procesal es una ilusión y hasta la fecha no vemos juicios orales sino solo de los casos mediáticos. La Presidencia de la Junta de Fiscales tiene que ajustar a sus integrantes porque la verdad es que la cosa no avanza.
CASTIGO
Hay un sabio adagio que dice “el crimen no paga” que explica que siempre y de alguna manera vas a responder por un delito que has cometido. Esto es lo que ocurrirá con quienes se esconden de la justicia después de cometer un delito, inclusive, así te escondas en la cochinchina. Este caso lo ha experimentado el chimbotano Jesús Inga Morillo, quien se convirtió en uno de los primeros requisitoriados de nivel internacional que fue aprehendido hace poco más de una semana por la Policía cuando estaba oculto en el poblado de Tamborreal. El individuo era perseguido por las autoridades chilenas desde el año 2012 cuando se vio involucrado en el crimen de otro peruano que era su vecino en un barrio de Santiago de Chile, lejos de enfrentar los cargos ante las autoridades de ese país encontró la manera de fugar al Perú y llegar a su tierra natal, se ocultó en la vivienda de su familia y después de cuatro años pensó que ya se habían olvidado de él. Craso error, tal parece que nadie le dijo que la justicia tarda pero al final siempre llega, por ello es que fue identificado y la Policía lo puso na disposición del Poder Judicial. Tras interrogarlo, el Juez ha dispuesto la remisión de todo lo actuado, con el detenido, a la Corte Suprema de la República a efectos que disponga su entrega al vecino país en razón que existe un pedido de extradición que ya ha sido aprobado, en consecuencia vuelve a Chile pero para ser enjuiciado y seguramente encarcelado. La lección que nos deja este hecho es que la impunidad no tiene precio.
TRAGICO
Los niños se caracterizan por su inocencia, justamente su crecimiento debe ir de la mano del control de sus padres porque van adquiriendo conocimiento de la realidad y deben saber poco a poco diferenciar lo bueno de lo malo. Esa nula capacidad de discernir en la niñez, en los primeros años obliga a los padres a no descuidarlos ni siquiera uno o dos minutos porque puede ser fatal. El caso del menor de tres años que falleció en la Urbanización Nicolás Garatea, jugando dentro de su domicilio con la cortina de la ventana debe llamar a la reflexión a todos los padres y debe advertirnos cuan peligroso es dejarlos solos por un momento. El niño ni siquiera podría sospechar que enredarse la cortina por el cuello es riesgoso y al caer murió asfixiado al no poder salir de ese trance. Hay que tener en cuenta que cuando los niños juegan y no hacen ruido por un momento es porque ya están haciendo la travesura y no hay que descuidarlos.