Carlos Aranda Prieto es un ingeniero de la ciudad que para premiar las buenas calificaciones de su hija de 13 años de edad le compró un cachorro como mascota en una tienda de venta de canes instalada en Mega Plaza, pero lejos de convertirse la felicidad de su hogar se ha convertido en una dolorosa pesadilla en que la que más sufre es su menor hija.
La mascota es un perrito raza Husky, nacido el 9 de marzo, y que fue adquirido en abril en la tienda Clini Pets supuestamente con sus vacunas aplicadas, sin embargo, nada de eso tenía porque al día siguiente el pequeño can empezó a manifestar convulsiones.
La felicidad de la pequeña hija del ingeniero de pronto se convirtió en tristeza, sin embargo, su padre preocupado en ella y el cachorro de nombre Macki llevó a este a la tienda para que le den una explicación del estado en que estaba.
Aquí en la tienda lejos de darle solución al problema lo que hizo una aparente veterinaria de Clini Pets fue deshacerse del problema recomendado que lo lleve a una veterinaria lo que efectivamente hizo el amo del pequeño animal, sin embargo, aquí le dijeron que lo que tenía era distemper y podía costarle vida.
Ayer por la tarde Aranda Prieto volvió con Macki a la tienda para que asuman su responsabilidad, sin embargo, el personal que atendía dijo que no tenían veterinario a la mano y tampoco estaba el administrador Aldo Llanos Vela. En pleno reclamo la mascota volvió a convulsionar y su amo tuvo que llevarlo a una veterinaria.
“Tengo que salvarle la vida porque esto afecta mucho a mi hija y desde ya hago responsable a la tienda de lo que le pase a ella que quiere mucho a Macki, aquí me han estafado y voy a actuar con la ley” sentenció el denunciante.