Aun cuando los funcionarios de la Municipalidad Provincial del Santa han anunciado que con los recursos que ingresarán este segundo semestre del año por concepto de canon minero se podrán ejecutar, entre otras obras, el enrocado del malecón Grau, el desamparo que se observa en los pueblos costeros sigue siendo preocupante.
Ello se ha podido observar en la víspera de las fiestas patronales de Chimbote, cuando la marea trajo un nuevo y fuerte oleaje que por espacio de tres o cuatro días golpeó fuertemente la zona costera de la ciudad, especialmente en la zona del malecón Grau, desde su primera cuadra hasta la zona de La Florida.
Cerca de medio centenar de viviendas se vieron nuevamente afectadas por las inundaciones y aniegos de las aguas del mar que estallaron fuertemente en la orilla y levantaron grandes cantidades de agua que fueron anegando las calles e ingresaron a muchas viviendas cuyos propietarios se la pasaron en vela algunas noches.
Esto es, lamentablemente, una constante para esta gente que advierte que pasan los años y las autoridades no hacen absolutamente nada para impedir que las aguas sigan avanzando en este sector, con el consecuente riesgo que, en la medida que no se hagan las obras del enrocado, la orilla se hace cada vez más corta y amenaza con erosionar las bases de las viviendas aledañas a la bahía.
Esto es lo que se ha verificado en el último oleaje, el avance peligroso de la erosión que ha arrasado en esta oportunidad la mitad de la última calle, exponiendo las tuberías y los sistemas de alcantarillado doméstico y el tendido de la empresa Aproferrol que recoge los restos de las plantas pesqueras industriales y los lleva al emisor submarino.
Las imágenes que han propalado los medios de comunicación al respecto son sumamente elocuentes, se puede ver como la violencia de las olas sigue generando erosión en la orilla, aunque en esta oportunidad por la fuerza del oleaje ha sido mucho mas pronunciado y ha encendido las alarmas entre los vecinos que reclaman una oportuna reacción de las autoridades en el proyecto que pretende protegerlos de la furia del mar.
Y es que la situación es realmente preocupante, en esta oportunidad una vez más una embarcación ha sido destruida por la fuerza de las olas, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, las amarras del fondo en el cual estaba anclada la embarcación cedieron y ella fue arrastrada hasta la orilla del malecón Grau, aproximadamente en la cuarta cuadra de esta concurrida alameda.
Justamente, decenas de vecinos y los medios de comunicación la visitaron y captaron cuando había sido depositada en la orilla de la bahía, se pensaba que allí tendría que ser recuperada por sus propietarios, empero, estos no reaccionaron a tiempo y la violencia de las olas comenzó a golpear la nave con las rocas del malecón.,
No había pasado más de media hora y los pobladores chimbotanos vieron estupefactos como esa embarcación artesanal de unas dos toneladas se convirtió en restos de madera, fue totalmente destruida por el fuerte oleaje y sus propietarios apenas si pudieron rescatar los aditamentos de pesca como su boliche, motor, remos y los accesorios que estaban en el interior de la nave.
Estas imágenes son el fiel reflejo de lo que es capaz de hacer la naturaleza cuando el hombre no es capaz de reaccionar a tiempo, cuando se piensa que lo peor ya ha pasado y nada será más grave de lo que ya se ha visto, lo cual es un tremendo error, hace unos dos años se ha visto como una enorme embarcación también fue arrastrada hasta la orilla de la Plaza Grau y allí, tras ser volteada, fue golpeada de manera inclemente por las olas para dejarla encallada por mucho tiempo en ese lugar, totalmente inutilizada y constituyendo solo restos para el desaguasamiento de su estructura y posterior remolque de lo quedó de ella.
Es evidente que la corriente y la violencia de las mareas son imposibles de revertir, de allí que se necesita que el enrocado del Malecón Grau de haga lo más pronto posible, si los funcionarios de la comuna afirman que ya tienen todo listo para ejecutar la obra con los recursos que ingresarán este mes por concepto de canon minero, entonces que se le otorgue prioridad, no se puede esperar que ocurra una nueva desgracia para que recién se asuma el rol que realmente corresponde. Hay un clamor de muchas familias que advierten que la amenaza sigue latente en la zona costera de Chimbote y, por ende, hay que atenderlos. El alcalde tiene la palabra.
                                                                         OCHO MESES MÁS
Cuando ya todos en Chimbote pensaban que en la Fiscalía habían jugado esa palomillada de la niñez que decía “échale tierrita y tápalo”, de pronto el Fiscal anticorrupción Laureano Añanca Chumbe, reveló que su despacho ha solicitado al Juzgado se amplíe por ocho meses más el plazo de la investigación del caso de los donantes del millón de soles que favoreció al gobernador regional Waldo Ríos Salcedo.
En realidad el representante del Ministerio Público se vio obligado a dar a conocer esta información en la medida que la prensa había advertido que este caso había quedado virtualmente “dormido” en alguno de los anaqueles del mencionado magistrado, pues desde el año pasado no se tenía noticia alguna de la investigación.
Lo que extraña es que en esta pesquisa se pudo conocer que se presentó un colaborador eficaz que confirmó los manejos turbios que se hablaban respecto al pago de un millón de soles que pudo efectuar Waldo Ríos para que se rehabilite judicialmente de una condena anterior, desconociéndose el origen de este dinero y existiendo una versión que señalaba que el dinero fue proporcionado por uno o dos empresarios con la finalidad de ser posteriormente favorecidos en la gestión regional.
Lo cierto es que ni siquiera ese colaborador ha sido atendido a decir de las declaraciones de su abogado, por lo que resulta sumamente suspicaz que hasta la fecha no se advierta avance alguno en la pesquisa. Habrá que esperar a saber lo que determina el Juez pues también deberá quedar convencido que el plazo es para que el fiscal trabaje y no para que mantenga la carpeta en una gaveta.