Editorial

Editorial: ::: JUICIO A LA VISTA :::

En un mes y medio, la Fiscalía de Crimen Organizado debe expedir su requerimiento acusatorio contra los investigados por el crimen del ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos, con la finalidad de determinar si pasan a juicio oral.

Así lo ha establecido tácitamente la Sala Penal Nacional luego de rechazar el pedido formulado por el Ministerio Público para que se amplíe por 45 días más el plazo ampliatorio de la instrucción que se sigue contra el ex presidente regional César Álvarez Aguilar, el ex alcalde Luis Arroyo Rojas, así como a un grupo de sicarios que, en su oportunidad, se estableció que tomaron parte en el atentado contra el entonces líder opositor.

La instancia superior no ha aceptado que se sigan dilatando los plazos en la medida que ya la Fiscalía ha obtenido dos ampliaciones y se considera que la investigación de dos años debe tener algún fruto, por lo tanto, es momento que formulen las requisitorias que tengan lugar y se tomen decisiones respecto de aquellos investigados a los cuales ni siquiera se ha podido ubicar porque están prófugo o no habidos.

En realidad esta situación se veía venir, en algún momento la abogada del ex presidente regional lo había compartido con la prensa, claro está, desde su singular punto de vista que apunta a desmerecer los cargos que ha formulado el Ministerio Público y que es uno de los que mantiene al ex titular de Ancash en el Penal de “Piedras Gordas”

Sin embargo, consideramos que la Fiscalía cuenta en su haber con muchas pruebas y evidencias suficientes como para formular una acusación sustancial contra los investigados o, por lo menos, contra la mayor parte de ellos en tanto que inicialmente se obtuvieron muchas confesiones que permitieron al equipo especializado que investigó este caso establecer la forma y modalidad utilizada para este alevoso crimen.

Muchos deben recordar los difíciles momentos que le tocó vivir a Ancash el año 2014 cuando un 14 de Marzo fue cobardemente asesinado Ezequiel Nolasco en un Restaurant de la localidad de Huacho, al cual había ingresado luego de detenerse junto al chofer del vehículo en el que se desplazaba, su abogado y un amigo, para descansar del viaje que realizaban desde Lima hacia Chimbote.

La Policía pudo dar con el sicario juvenil que utilizaron para asesinar a Nolasco, fue este jovenzuelo de apenas 21 años de edad quien confesó como ocurrieron los hechos, fue el quien pudo revelar a la Policía que el crimen fue un hecho circunstancial nacido de un encuentro causal de la víctima con el delincuente Jorge Valencia Loloy, mas conocido en el hampa como “Chino Malca”.

Y es que este sujeto sabía que en Chimbote el presidente regional de Áncash César Álvarez le había puesto precio a la cabeza de Ezequiel Nolasco, por lo menos esto es lo que escuchó el sicario cuando “Chino Malca” cogió su teléfono y se comunicó con un sujeto conocido como “Goro” para preguntarle si todavía seguía en pie la oferta por el crimen del ex consejero a quien tenía en la mira en ese momento.

Lo demás ya es materia conocida, se pudo conocer y reconstruir la cobarde manera como asesinaron a Ezequiel Nolasco, se pudo saber que este “Chino Malca”, quien es un delincuente que se dedica a la extorsión y sicariato, había viajado a Huacho llevando a sicarios juveniles a pedido de un sujeto que quería cobrar venganza contra quienes robaron su vivienda y ultrajaron a su esposa.

Esto quiere decir, que el crimen de Ezequiel Nolasco fue un “trabajo extra” para estos asesinos que no vacilan en apretar el gatillo cuando de por medio existe una apetecible retribución, mataron al ex consejero como producto de una negociación que se hizo por vía telefónica y con motivaciones eminentemente políticas.

Esta es la otra parte de las conclusiones de la investigación en la medida que Nolasco no tenía otros enemigos que no se encuentren en ese momento en el Gobierno Regional de Áncash, aun cuando ya no era consejero tenía el suficiente poder como para demandar el apoyo de la población y enfrentar desde ese frente a César Álvarez Aguilar, era la única voz en la arena política que se mostraba dispuesto a seguir fiscalizando al entonces presidente regional, contaba con las pruebas suficientes como para desenmascararlo en una campaña electoral y por ello estaba en Lima, recibiendo el respaldo de la dirigencia de Unión por el Perú, que es la agrupación con la cual postularía.

No es cierto que Ezequiel Nolasco no representaba un escollo para los objetivos políticos de César Álvarez, no es cierto que no estaba en condiciones de seguir acusando los actos de corrupción, apenas una semana antes el ex consejero regional había conseguido llegar a una tribuna capitalina, a través de un sintonizado programa de Canal N, en donde denunció la existencia de una mafia de corrupción y de una alianza delincuencial que había tomado los hilos de la región Ancash y que amenazaba su vida,.

Desde sus protestas locales encadenándose en el Poder Judicial y el Ministerio Publico, el extinto consejero demostró que tenía las agallas suficientes como para seguir confrontando a los que pensaban entornillarse en el poder, por ello es que optaron por sacarlo del camino y no vacilaron en hacerlo con los mismos y asesinos procedimientos que lo intentaron en Julio del año 2010, cuando una gavilla de delincuentes falló en su intento de asesinar a este mismo hombre y terminaron victimando a su hijo político Roberto Torres Blas.

De allí que si ya no hay más plazo para investigar, si la Sala Penal Nacional no ha tomado en cuenta la complejidad y el gran número de investigados, habrá entonces que apelar a los medios probatorios que existen en el expediente, tendrá el Fiscal de Crimen organizado que elaborar juiciosamente su disposición para pasar a la siguiente etapa procesal.

Es evidente que tenemos un juicio a la vista, si bien es cierto que los operadores de justicia se han tomado demasiado tiempo para actuar diligencias que pudieron reclamar con anticipación, también es cierto que en la siguiente etapa del enjuiciamiento se pueden actuar muchas otras diligencias que requieran las partes. El caso Nolasco ingresa a una fase decisiva para su culminación, es un caso emblemático que no puede quedar impune.