Editorial

Editorial: ::: LO QUE MÁS IMPORTA :::

Una impresionante muchedumbre acompañó el último sábado la marcha de rechazo a la violencia contra la mujer, la misma que se realizó a nivel nacional y en las principales capitales del mundo, promovidas bajo el lema “Ni una menos”.

La del sábado ha sido quizás una de las convocatorias más numerosas que se haya registrado en nuestra ciudad y, esencialmente, con respuesta de todos oos sectores, al margen de los colores políticos, religiosos o sociales.

Miles de chimbotanos, entre ellos autoridades y gremios profesionales, se movilizaron para demandar al gobierno y las entidades judiciales una reacción más contundente ¿Cuándo se trate de proteger los derechos de las mujeres y de los segmentos más sensibles de la comunidad, como son los niños que son víctimas frecuentes de la violencia familiar y de toda índoles, sea física o psicológica.

En lo que hay que ser claros es que la marcha tuvo mas ribetes de reclamo y rechazo al Poder Judicial, el Ministerio Público y la propia Policía Nacional, entidades que no han demostrado mayor solidaridad y drasticidad cuando se trata de atender las denuncias por violencia física, psicológica o sexual contra las mujeres.

Precisamente, esta movilización nace de la formación de un colectivo civil denominado “Ni una menos”, el mismo que se forja sobre la protesta justa y necesaria frente a decisiones judiciales que generaron repudio a nivel nacional, que conmocionaron y dejaron establecido, una vez más, que el Poder Judicial sigue dando lugar a una serie de especulaciones con sus fallos controversiales.

Y es que en menos de cinco días se expidieron dos resoluciones que generaron el repudio general, la primera de ellas relacionada con la liberación de un individuo que agredió y estuvo a punto de arrancarlos los pelos a su pareja en la ciudad de Ayacucho, por el hecho que aquella no quería mantener relaciones con aquel.

Estos hechos fueron presenciados por todos el país en razón que se registraron en el interior de un hotel cuyas cámaras de vigilancia captaron los escandalosos incidentes protagonizados por el individuo que no reparó en salir desnudo de la habitación para arrastrar de los pelos a su pareja luego de golpearla salvajemente ante la desesperación n de los empleados que trataban de clamarlo.

Ocurre que la justicia envió a la cárcel, como correspondía, a este individuo a pesar de tratarse de un jovenzuelo cuya familia tiene poder y dinero, sin embargo, la semana pasada la instancia superior revocó esa medida bajo argumentos realmente risibles, dejando la sensación que actos tan cobardes como el observado en las imágenes pueden quedar sin el castigo que realmente le corresp0onde.

Casi paralelamente, en la corte superior del cono norte de Lima se expedía sentencia contra Ronny García, el sujeto que agredió a la ex bailarina Lady Guillen y contra todo pronóstico ordenó su libertad tras condenarlo únicamente a una pena condicional, por lo que el individuo dejó el presidio en medio del desgarrador llanto de una mujer que advertía que no se hacía justicia en este país.

Cabe recordar que estos hechos trascendieron a nivel nacional en su debido momento, todos en el país, incluido los jueces claro está, vieron las imágenes del rostro desfigurado con el que quedó la joven tras recibir las constantes palizas de quien era su pareja, justamente, la difusión de los incidentes a través de la prensa pudieron judicializar este caso y llevar a la cárcel al responsable.

Sin embargo, a estas alturas, después de cumplir solo unos años de carcelería, ahora es liberado cuando lo que se requiere es un mensaje de contundencia y solidaridad para quienes están expuestas a agresiones cobardes por parte de esta gente.

Los magistrados buscan cualquier pretexto para favorecer a estos agresores, dejan un amplio margen para las especulaciones, para colegir que ha existido algo turbio de por medio, por ello la reacción ha sido contundente, no solo en las principales ciudades del país sino en las capitales del mundo en donde las comunidades de peruanos organizaron eventos que contaron con el respaldo de las organizaciones y ciudades extranjeros que se sumaron a esta justa protesta.

En nuestra ciudad la marcha se realizó en dos escenarios, uno promovido por la Municipalidad de Nuevo Chimbote que convocó a las entidades ubicadas en este distrito y la otra el centro de la ciudad, en donde recalaron todas las instituciones locales, las autoridades, los colegios profesionales,. Los sindicatos, las entidades que tutelan los derechos de la mujer, todos ellos bajo la dirección del colectivo “Ni Una Menos” integrado por mujeres que establecieron las pautas para mantener el orden.

La primera de ellas fue impedir que los políticos y autoridades saquen provecho de esta movilización, de tal suerte que establecieron que ellos se ubiquen en la parte final de la los manifestantes, de ninguna manera estarían al frente pues esta ubicación solo sería para las mujeres golpeadas y agredidas.

Sin embargo, lamentablemente fueron dos mujeres las que trasgredieron estas directivas, la congresistas María Elena Foronda Farro pretendió desde un primer momento poner al frente de la movilización alegando su cargo y mostrándose grosera y altanera, mientras que la suspendida alcaldesa Victoria Espinoza pretendió subir al estrado al concluir la marcha a empellones y agrediendo a los organizadores del certamen.

Un lamentable espectáculo promovido por gente que está acostumbrada solo a figurar, quienes se desesperan por salir en las fotografías e imágenes de los medios escritos y televisivos, quienes piensan que por ostentar un cargo tienen un privilegio.

Un acto censurable que las propias organizadoras han rechazado, sin embargo, que este lunar negro dentro de la marcha no enturbie los exitoso y propósitos de la manifestación, lo que más importa es la respuesta de la población de todos los géneros, edades u credos, unidos salieron en defensa de una voz que comienza a rebelarse frente a un sistema judicial que esta putrefacto y permite que la impunidad siga vigente en el maltrato al sexo débil. El pueblo ha dicho en las calles que eso ya se terminó. Ni una menos.