Editorial

Editorial: ::: MEZQUINA ESTRATEGIA :::

La tarde del último jueves, los teléfonos de las redacciones de todos los medios de comunicación no dejaron de sonar, eran cientos de ciudadanos, periodistas, dirigentes políticos quienes preguntaban si era cierto que el ex gobernador Regional Waldo Ríos Salcedo saldría en libertad como lo habían escuchado en las calles y hasta en un medio radial de alcance nacional.

Sin embargo, nada de lo que decían era cierto, por lo menos no tenía fundamento, para cualquiera que conoce del procedimiento penal o de las formas como se desvirtúan las resoluciones judiciales, era imposible pensar que el encarcelado Waldo Ríos gane las calles en tan breve tiempo.

Ocurre que gente allegada al recluso se encargó de esparcir por las calles y dependencias regionales una especie que advertía de la existencia de un recurso de Habeas Corpus que supuestamente los abogados de Waldo Ríos habían planteado en un juzgado penal de Pucallpa, en donde un juez había aceptado los cuestionamientos a la sentencia que se dictó en su contra y estaba ordenando su inmediata libertad.

Este psicosocial fue tan bien planificado que llegaban a señalar una determinada hora en que se produciría su liberación y paralelamente concentraron a una portátil de adeptos que se colocó en el frontis del establecimiento penal de Huaraz hablando de la mentada liberación, todo lo cual generó un clima de incertidumbre en la población por la dualidad de informaciones que recibían.

En realidad, el famoso habeas corpus no existe, la Dirección del Penal no había recibido orden alguna de liberación y la condición jurídica de Waldo Ríos Salcedo seguía siendo la misma, la de un reo condenado a una pena efectiva de cinco años que debe cumplirla en el recinto penitenciario en el que se encuentra.

Esta condena solo puede ser ratificada o revocadas por la sala penal competente de la Corte Suprema de la República que conocerá el caso de Waldo Ríos en instancia definitiva cuando se tramite y llegue a ella el recurso de casación que ha planteado la defensa de Waldo Ríos, antes no existe manera que se disponga su libertad inmediata.

Lo único que podría suceder si es que se atiende un pedido de garantías, es considerar su traslado a un establecimiento por razones de salud siempre y cuando ella haya sido verificada por un médico legista o una junta de médicos, tras una orden expedida por el Juez ejecutor, empero, ello involucra solo un traslado bajo custodia.

Ahora bien, en el supuesto negado que se haya planteado una acción de garantías, en la modalidad de habeas corpus, ella ni siquiera puede ser tramitada en la medida que no estamos ante un juicio concluido contra Waldo Ríos Salcedo, la sentencia condenatoria que se ha expedido en su contra a fines del mes pasado  no ha quedado consentida, por el contrario, el abogado de la defensa técnica de Waldo Ríos la impugnó en ese mismo acto y ya debe haberla fundamentado para permitir que los magistrados la tramiten ante la Corte Suprema de la República.

En otras palabras no se han agotado aun las vías previas en el juicio por colusión por el que ha sido condenado a cinco años de prisión efectiva, por lo tanto, de acuerdo al código procesal constitucional una acción de garantías en esas circunstancias no procede, ni siquiera puede ser tramitada, por ende, el rumor caía también por ese lado en saco roto.

Pero además de ello, llamaba poderosamente la atención que se diga que los abogados de Ríos Salcedo obtuvieron un fallo favorable al Habeas Corpus en un juzgado de la ciudad de Pucallpa, pues esa modalidad conocida como la ruleta judicial ha sido ya desterrada, en los plenos jurisdiccionales se ha establecido como praxis jurídica que las acciones de garantía solo se pueden plantear dentro del distrito judicial, no en otro.

De allí que la ola de rumores que invadieron las calles de las principales ciudades de Áncash no tenían fundamento alguno, a pesar que los seguidores de Waldo Ríos se encargaban de hacer creer lo contrario, en un afán evidentemente político, lo que se buscaba era desestabilizar a la naciente gestión del Gobernador (e) Enrique Vargas Barrenechea, quien para entonces ya había asumido el control de la sede del gobierno regional en Huaraz.

El nuevo gobernador ya estaba instalado en el campamento Vichay de Huaraz y comenzaba a dictar las primeras resoluciones presidenciales mediante las cuales nombraba a los nuevos funcionarios que tomarán las riendas de las gerencias y direcciones regionales en remplazo de aquellos que había dejado Waldo Ríos.

Lo que, al parecer, se pretendía era frenar el accionar de Enrique Vargas o dilatar los cambios que se avecinan, el objetivo era generar más desconcierto del que ya existe entre los ancashinos ante los sucesivos acontecimientos que se vienen registrando y que han generado confusión entre el poblador común y corriente que hasta la fecha no puede ver a una autoridad regional despachando por más de un año en el cargo.

De todas maneras, el rumor fue desvirtuado por los medios de comunicación que no se prestaron a ese juego, por aquellos que eran conscientes que una situación como la que se planteaba era jurídicamente un imposible, por ello eso de lanzar informaciones que utilizan el incondicional para describir un hecho absurdo fue lo más deleznable.

Lo cierto es que Waldo Ríos sigue recluido en el penal de Huaraz y poco o nada se conoce del destino que ha tenido su recurso de casación, empero, aun cuando haya caminado a pasos agigantados, esta clase de trámites demoran por lo menos diez meses a un año para que se obtenga el pronunciamiento de la Corte Suprema.

La suerte de Waldo Ríos no estaba echada el pasado fin de semana cuando se desvirtuó el rumor de su mentada liberación, por el contrario, su suerte fue sellada el pasado 28 de setiembre cuando los magistrados  de la Sala Penal Liquidadora lo condenaron a cinco años de cárcel efectiva tras verificar que existen pruebas suficientes que demuestran que se coludió con proveedores para recibir diezmos en la época en que fue alcalde de Huaraz, por lo tanto, desde ese momento quedaba sujeto a una prolongadísima reclusión que no le permitiría volver a la Gobernación regional y no le permitiría salir ni siquiera en un año hasta que la corte suprema defina su situación jurídica.

El rumor ha sido una estrategia mezquina que solo demuestra que hay quienes pretenden seguir desestabilizando y perjudicando a nuestra región.