Los baleó porque le impidieron el ingreso:
Un sujeto a quien se le había negado el ingreso a una fiesta de chancalatas en una vivienda del Pueblo Joven “El Porvenir”, regresó desquiciado con una pistola y tras realizar varios disparos al interior de la vivienda, acabó con la vida de un parroquiano y dejó heridos a la dueña de la casa y otro asistente a dicho baile.
El lamentable hecho de sangre, ocurrió al promediar las once de la noche del último sábado en la vivienda ubicada en la manzana D2, lote 8 en el pueblo joven El Porvenir, donde se realizaba una fiesta con chancalatas y todo transcurría con cierta normalidad. Finalmente, el asesino fue capturado por la Policía.
El asesino, identificado finalmente como Eduardo Riquelme Bada Cruz, alias “lalo”, pretendió ingresar a la fiesta, pero no se le permitió en razón que estaba ebrio y con ánimo de generar problemas. Sin embargo, un rato después, regresó con una pistola y disparó a matar a quienes tuvo al frente, acabando con la vida de un parroquiano y dejando heridos a la dueña del local y a un vecino. Estuvo acompañado de su hermano Marco.
La desafortunada víctima fue identificada como el taxista Abel Segundo Alejos Torres (25), quien producto de dos impactos de bala en la parte baja del vientre falleció a los pocos minutos; mientras que Vilma María Sáenz Huamán (39) (dueña del local) y Juan Castro Liñán (33) resultaron con heridas de bala en el hombro y pie izquierdo, respectivamente.
Los heridos y el occiso fueron trasladados en auto particular para ser auxiliados en el Hospital La Caleta por personal de Seguridad Ciudadana Chimbote. La policía inició desde anoche un operativo sábana para dar con la captura de Eduardo Riquelme Bada Cruz, alias “lalo”, autor de los disparos y logró capturarlo en horas de la madrugada por las calles de la urbanización Los Pinos, aunque su abogado dijo que se entregó.
Los vecinos del lugar dijeron a la Policía que en la vivienda de Vilma Sáenz, frente al Pozo 5 de Sedachimbote, se realizan de manera permanente fiestas con chancalatas, donde acude personas de dudosa reputación, sin embargo, nunca han sido intervenidos por las autoridades municipales y menos del Ministerio Público.