Política

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IMPUNIDAD

Las imágenes que hemos visto de las cámaras de seguridad, sobre el incidente registrado el primer día del año en una calle del P.J. Villa María, en donde un transeúnte fue arrollado por un borracho, son sobrecogedoras. Y es que no se trata de un accidente común y corriente, sino de un borracho que se puso al volante y no encontró mejor manera que abrirse camino que pasando por encima de parroquianos que celebraban la llegada del año nuevo bailando y bebiendo en la pista. Estas son ciertamente, consecuencias del excesivo consumo de licor, el chofer borracho, identificado por los agraviados como Segundo Espinoza Juárez, se encontraba con uno del grupo de parroquianos que bebía y bailaba en la pista, cuando se pronto tras discutir con éste se sube furioso a su auto y da una vuelta en U, a sabiendas que en la calzada estaban celebrando. Con el claxon intentó abrirse paso y es allí en donde uno de los beodos le arroja un vaso de cerveza, por lo que retrocede para tomar viada y la emprende a velocidad contra un sujeto que vestía de blanco pero alcanza a Juan Carlos Correa Ugaz a quien no solo lo lanza por los aires sino que le pasa las llantas por las piernas. Este hecho alevoso y evidente amerita la cárcel, por ello es que los familiares acudieron de inmediato a la Comisaría de Villa María pero los efectivos no movieron un dedo para detener al culpable, cuando en otros casos se ensañan con cualquier chofer que supuestamente ha manejado borracho y no ha cometido una infracción solo ha incurrido en un delito de peligro al manejar ecuánime y lo mantienen en la comisaría por espacio de 24 horas. De allí que la queja de la madre del agraviado es justa y debe merecer una respuesta del jefe de la División Policial, no es posible que ante la evidencia que un borracho se ha llevado por delante a un parroquiano, lo ha aplastado con las llantas, siga manejando por las calles amenazando y poniendo en peligro la integridad de otras personas. Aquí existe una absoluta incoherencia en el accionar policial y cuando ello sucede se deja un enorme margen para pensar en otras cosas. ¿o, no?.

INCENDIOS

Pese a las advertencias y recomendaciones de las autoridades entorno al uso de artefactos pirotécnicos en las fiestas de fin de año, si mal no nos equivocamos en las últimas fiestas se registró la quema de la mayor cantidad de estos explosivos que llenaron el cielo nocturno de luces de colores. Las detonaciones fueron impresionantes, la gente cada vez se entusiasma más con el espectáculo de colores en el cielo y se provee de la mayor cantidad de estos explosivos, empero, hay que tener en cuenta que no se deben adquirir aquellos productos artesanales que se elaboran en centros clandestinos, para ello están los productos de marca que si bien es cierto tienen un costo un poco mayor otorgan más garantías y seguridad para quienes lo manipulan. De la misma manera, la quema de estos fuegos artificiales se debe efectuar con sumo cuidado, se tiene que apelar a espacios abiertos, de lo contrario, se pueden generar siniestros como los ocurridos en nuestra ciudad, en donde el segundo piso de una vivienda y un automóvil ardieron en llamas porque los pirotécnicos fueron mal dirigidos, igualmente en Lima se registraron incendios y es que, como lo dijimos diciembre es un mes sinónimo de siniestros. Esperemos que el año próximo se tomen las debidas precauciones y se exija a los vendedores que señalen a sus compradores la manera como deben accionarse y los espacios a utilizar.

MUÑECOS

De otro lado, a pesar de las prohibiciones que extendieron algunas autoridades para la quema de muñecos, esta tradición no se dejó de lado. La población sacó sus muñecos a la calles y los quemó como una muestra de su deseo de dejar atrás todo lo malo que les dejó el año que terminaba y para recibir con mejores expectativas el año que comienza. Si bien es cierto las estelas de humo se pudieron ver en el cielo negro chimbotano, esta es una tradición difícil de desterrar, algo así como pretender impedir el comercio informal en las vísperas de la navidad y año nuevo, eso es virtualmente imposible, a la autoridad edil solo le quedó regular y controlar la invasión de puestos ambulantes en las calles.