Editorial

RESPONSABILIDAD EVIDENTE

¿Puede una sobrecarga de energía eléctrica perjudicar un artefacto eléctrico que se encuentre conectado en alguna vivienda?  La respuesta es afirmativa y lo hemos experimentado todos aquellos que, por desgracia, hemos sufrido una repentina subida de energía por encima de los niveles normales del suministro local.

Lo malo es que la empresa encargada del suministro de energía, es decir, HIDRANDINA S.A., jamás reconoce que esta sobrecarga representa una falta o negligencia de su representada y recurre a una serie de artilugios y articulaciones en la ley de concesiones eléctricas y cuantas normas existen en su rubro, para denegar cualquier solicitud de reposición de un artefacto quemado por una sobrecarga.

Pero ahora la pregunta que resulta pertinente ya no solo es esa sino ¿Puede una sobrecarga de energía eléctrica provocar un incendio de proporciones? Aparentemente, la respuesta es también positiva a juzgar por las denuncias que vienen formulando pobladores del A.H. “Los Cedros” de Nuevo Chimbote.

En este lugar el pasado domingo 12 de este mes se registró un incendio de proporciones que destruyó tres viviendas y puso en serio peligro a muchas otras, algunas de las cuales debieron ser destruidas para impedir que el fuego se siga extendiendo.

La oportuna presencia de unidades de la compañía de bomberos se encargaron de extinguir el fuego, oportunidad en la que los hombres de rojo luego de revisar los restos que dejaron las llamas consideraron que la causa de este siniestro habría sido un cortocircuito, una explicación que dejó sembradas muchas dudas.

Ello era así porque después del siniestro y cuando ya se suponía que la tranquilidad se había retomado en la zona, los propietarios de medio centenar de inmuebles cercanos al siniestrado verificaron que sus artefactos eléctricos se encontraban malogrados, la fuente de emergía se había quemado y, por ende quedaron inoperativos.

Los vecinos verificaron esto muchas horas después en la medida que el olor a chamuscado que expedían sus artefactos eléctricos confundía el olfato de las familias que pensaban inicialmente que la inoperatividad de sus aparatos obedecía a un problema eléctrico.

Sin embargo, los moradores están totalmente convencidos que la causa del incendio no fue el cortocircuito sino la sobrecarga de energía que, paralelamente afectó a sus artefactos eléctricos, razón por la cual la dirigencia y algunos moradores acudieron a la sede de Hidrandina para protestar.

Lamentablemente, en lo que ha sido una constante en esta empresa trujillana, los usuarios no fueron atendidos y los rechazaron bajo el pretexto que ellos no responden por las descargas de energía y que ellas obedecen al ánimo de implementar conexiones clandestinas que finalmente estallan por hallarse mal conectadas.

Sin embargo, los vecinos no creen esta salida poco elegante de la empresa, por el contrario, estiman que  no puede ser una coincidencia que se registre un siniestro y paralelamente, en el mismo momento, vuelen varios artefactos eléctricos entre televisores, refrigeradoras, cocinas, lavadoras, entre otros que han quedado totalmente inoperativas para los pobladores que lo único que reclaman es que les repongan lo que se ha perjudicado.

Ya es tiempo que la empresa Hidrandina asuma el rol que realmente le compete, que asuma los riesgos de su actividad y se haga cargo de los perjuicios que genera en su accionar, pues en nuestra prédica diaria en los medios de comunicación hemos sido testigos de las malas maneras como la empresa encargada de suministrar la energía quiere sacarse cuerpo de sus responsabilidad y elude de cualquier manera el resarcimiento de los daños registrados por una sobrecarga eléctrica.

Cualquier hijo de vecino se preguntaría ¿Por qué esta actitud intolerante si cualquier persona, sea natural o jurídica, suele responder siempre por las consecuencias de sus actos y la ley establece de manera tajante que cada quien responde por lo que ha hecho?

Nadie sabe las razones por las cuales Hidrandina se excluye de toda responsabilidad frente a estas sobrecargas cuando ellas responden a su actividad empresarial, ya es momento de decirle a esta clase de entidades que tiene que responder por el mal suministro y por las constantes restricciones. Esperemos que sea así porque estamos ante una responsabilidad  evidente, frente a hechos que no admiten duda alguna de la responsabilidad que atañe a Hidrandina. Ojalá que los moradores de Los Cedros resuelvan sus problemas y que se escuchen sus justificadas quejas.