Editorial

Editorial: ::: CITA CON LA HISTORIA :::

Hoy miércoles 19 de abril se debe realizar en la ciudad de Huaraz la sesión de consejo regional de Ancash en la cual se debe sancionar la suspensión del gobernador provisional Enrique Vargas Barrenechea luego de haber sido sentenciado el pasado Lunes a cinco años de pena efectiva y de haber sido internado en el penal de Huaraz.

Consecuentemente, tras la suspensión los 24 consejeros regionales tienen la ineludible responsabilidad de designar a un gobernador provisional habida cuenta que nuestra región se ha quedado sin autoridad por cuanto el gobernador suspendido Waldo Ríos Salcedo también se encuentra en la cárcel y su situación es la de vacancia del cargo.

Esto quiere decir que la crisis de gobernabilidad en la que se encuentra la región Ancash comienza a dilucidarse hoy en la sesión de consejo regional con la elección del remplazante tanto de Vargas Barrenechea como de Waldo Ríos, se tiene que designar a un gobernador encargado hasta que se dilucide la situación del primero de los nombrados, mientras que por otro lado se deberá elegir posteriormente a un remplazante de Waldo Ríos cuando se declare su vacancia.

Parece un tema enredado pero es más sencillo de lo que muchos piensan., el tema de hoy es solo el encausamiento de la gobernabilidad en Ancash, designar a un consejero que tome las riendas de la región en remplazo de Enrique Vargas y para ello se requiere que lo hagan con responsabilidad y, fundamentalmente, con la honestidad y transparencia que se necesita para no volver a equivocarnos como hasta la fecha.

El temor de los ancashinos radica en el hecho que el Consejo Regional ha demostrado ser un ente eminentemente político en donde prima, por encima de todo, los intereses de los grupos que se han generado en su seno, especialmente de grupos que apoyaron al ex gobernador Waldo Ríos Salcedo y otros que se germinaron a partir de la oposición a él.

Se trata de grupos que, infortunadamente, se han desenvuelto en función a los beneficios que podían obtener para ellos como para sus respectivas provincias, apoyaban a quienes estaban en disposición de otorgarles obras y servicios para sus comunidades y de paso jalar agua para su molino.

En la época de César Álvarez Aguilar este manejo fue mucho más grosero, los consejeros se prestaron para cualquier cosa a cambio de viajes, de contratos de obra y de bolsas de dinero que les ofrecían a cambio de los votos que le permitan al ejecutivo regional manejar la región a sus anchas, de esa manera se pudo sostener a una red de corrupción que ha sido milimétricamente descrita en el informe de la comisión Áncash del Congreso de la República.

Muchos deben recordar que al ser reelecto el ex presidente regional César Álvarez admitió que no le quitaba el sueño el hecho de no tener una mayoría en el consejo regional, incluso, le tenía sin cuidado que algún consejero de su agrupación política haga un berrinche y amenace con renunciar, como lo hicieron en su primer periodo de gobierno, pues estaba plenamente convencido que conseguiría persuadir a los de la oposición para que voten los proyectos y acuerdos de su interés.

Esa mecánica impúdica y vergonzosa se ha mantenido en el curso de los años, en las gestiones posteriores a César Álvarez aunque con otro ropaje, con actitudes menos indecorosas pero siempre con ese sesgo de una negociación de por medio, es decir, aquel acuerdo previo en el que se vota por alguien a cambio de algo.

Por ello en el curso de estos días se ha venido hablando mucho de este tema, se sabe que hay grupos de consejeros que ya llegan con un acuerdo bajo el brazo a esta sesión clave para el futuro de Ancash, pacto bajo la mesa que solo responde a los intereses de grupo mas no al bienestar y el progreso de los pueblos de la región.

La propia congresista del Frente Amplio, María Elena Foronda ha señalado hace unos días la necesidad de presenciar personalmente la sesión de consejo regional parea fiscalizar el movimiento de los consejeros pues advierte que existe una suerte de desesperación de algunos de sus miembros y concluye que si existe esto es porque lo único que buscan es llegar a robar, a esquilmar las arcas de la región.

Duras palabras pero responden a la realidad en la que vivimos, cuando se generan los conciliábulos, cuando existe la necesidad de ceder ante alguien para obtener su respaldo, hay de por medio una negociación que a la larga solo perjudicará al pueblo, como ha ocurrido desde hace muchos años atrás.

Por ello es que los ancashinos esperan de los consejeros que se sacudan de una buena vez de los intereses de grupo y que evalúen y analicen la capacidad, los méritos, la trayectoria y la probidad de cada uno de los que serán propuestos para elegir al mejor, al más idóneo como para desempeñar un cargo que no es cualquier cosa sino que estamos hablando nada menos que de la primera representación de Ancash.

Los 24 consejeros regionales tienen hoy sobre sus hombros una delicada responsabilidad, tienen la imperiosa obligación de enterrar definitivamente las prácticas políticas deshonestas de antaño, tienen el deber de implementar una administración que marque distancia de las anteriores y que aleje la escandalosa mediocridad que ha caracterizado a los gobiernos de Enrique Vargas y Waldo Ríos.

Es momento de dar un giro de 360 grados en la conducción de Áncash, hay que considerar que nuestra región tiene la bendición de hallarse sobre un colchón de minerales que le ha significado hasta la fecha millonarios ingresos por concepto de canon minero, empero, si se echa una mirada atrás advertiremos que no se ha hecho nada significativo con los miles de millones de soles que ha recibido, lo que quiere decir que gran parte de ese dinero fue a parar a los bolsillos de la corrupción,

Es momento de terminar y ponerle punto final a este estado de cosas y la justicia nos ha colocado en la posibilidad de enmendar rumbos luego que se haya encarcelado a los dos gobernadores que tenía Ancash, por eso es que decimos que los consejeros tienen hoy una cita con la historia, tienen la posibilidad de dar el primer paso para el cambio de rumbo que reclama a gritos la región Ancash. Esperemos que así sea.