ASESOR
Parece que el plazo que se ha señalado el gobernador regional Luis Gamarra Alor, para la designación de sus principales funcionarios de confianza, los famosos ocho días, le quedarán cortos porque no solo se trata de seleccionar sino de evaluar quienes deben irse. A pesar que ha adelantado que cambiará al 99.9% por ciento de funcionarios, ya se ha explicado que esa es una frase de cliché para graficar que la mayoría de funcionarios serán cambiados, pero ciertamente que no todos se irán a su casa. Por ello es que la gente de confianza del Gobernador viene evaluando los cuadros de gerencias y direcciones, habiendo encontrado una serie de sorpresas, especialmente en el tema de los asesores. En Huaraz se viene mencionando a un trabajador de la Corte Superior de Ancash que solicitó licencia sin goce de haber para irse a trabajar al gobierno regional de Ancash, ventajosamente contratado por el suspendido gobernador Enrique Vargas Barrenechea, quien lo llevó para “realizar servicios de supervisión gestión y evaluación de la gestión administrativa de la sede regional”. Lo grave del asunto es que “por esta chamba que nadie sabe en que consistía realmente”, se le pagaba mensualmente la suma de 10 mil soles, una cifra que en su puesto como empleado de la Corte ganaba en cuatro o cinco meses. Se trata del servidor judicial Edgar Johnny Henostroza Valverde, quien poco antes que metan preso a Vargas Barrenechea había solicitado y obtenido la ampliación de su licencia por seis meses más, empero, es uno de los primeros en que ha sido tachado para que deje el gobierno regional, lo que quiere decir que se quedará en el aire porque una vez otorgada la licencia ya no se puede revertir.
AMARRES
Lo extraño es que se puedan dar esta clase de licencias con la finalidad de irse a trabajar a otra entidad en donde también se le remunera con recursos públicos. Hasta donde entendíamos esto estaba vedado hace algunos años atrás, no se puede dejar en el aire una plaza de servicio en una entidad pública como es la Corte Superior de Ancash para irse a trabajar a otra entidad pública, aun cuando en la primera no se cobre remuneraciones. Sin embargo, esta fue una práctica que fue utilizada por el ex presidente regional César Álvarez Aguilar, quien se jalaba a los servidores de las cortes judiciales con la finalidad de tener los “enganches” necesarios que le permitan conocer detalles sobre los juicios y las investigaciones que se seguían en su contra. De esta manera tenía dominado el Poder Judicial, ya no solo desde la cabeza y con ciertos jueces, como se ha revelado en la comisión Ancash, sino también en el mismo cogollo de los pasillos judiciales, con trabajadores que eran una suerte de lleva y trae. Aquí en Chimbote se recuerda cómo es que una empleada judicial fue la infidente que alertó al abogado de César Álvarez que se había ordenado un allanamiento de La Centralita y eso fue suficiente para que levanten todas las evidencias del lugar. Cuando los fiscales llegaron ya se habían llevado todas las pruebas. Una táctica que aparentemente ha querido repetir el Chef pero se llevó un gran chasco porque la misma Corte Judicial de Ancash lo encerró por cinco años.
RIO REVUELTO
En las redes sociales se comenta la carta abierta que ha escrito César Álvarez Aguilar y que tiene como destinatario al ex presidente Ollanta Humala Tasso. Se supone que no la ha escrito Álvarez porque está preso en “Piedras Gordas” pero aparentemente alguien la transcribió pues en ella Álvarez le refriega en la cara a Humala que ahora llora como una plañidera porque han montado una conspiración política en su contra con la única finalidad de llevarlo a la cárcel e impedirle que pueda seguir una trayectoria política. “¿Ya ves?”, le increpa César Álvarez señalando que eso que hacen ahora en su contra es lo mismo que hizo con él, de montarle una serie de delitos por el solo hecho de haberle reclamado en el mismo Palacio de Gobierno que les entreguen el presupuesto que le correspondía a Ancash, para que las obras no queden paralizadas y que como fue el único presidente regional que lo paró en seco en el mismísimo Palacio de Gobierno le puso la cruz y se vengó llevándolo a la cárcel. Bueno, ahora quieren decir que fue una venganza de Humala pero en Ancash todos saben cómo se desarrollaron las cosas y la grave responsabilidad que recae sobre César Álvarez, incluso, en la persecución y posterior crimen de su archienemigo Ezequiel Nolasco Campos. Que ahora porque Ollanta Humala la pasa muy mal, no quiere decir que eso lo favorezca, lo que sucede es que hay un sabio adagio que dice “A río revuelto, ganancia de pescadores” y esto es lo que pretende César Álvarez, sacar partido de las denuncias contra Humala para decir que él es inocente porque aquel le hizo lo mismo. No mojen……