El emplazamiento que hizo la Ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, el último fin de semana a las autoridades locales y regionales, advirtiendo que el Proyecto Especial Chinecas podría volver a ser administrado por el ejecutivo en caso no se recomponga y se tomen las medidas necesarias para enrumbarlo, ha generado la reacción de muchas personas que se oponen y otras que apoyan esta pretensión.
Pero en lo esencial, este repentino llamado de atención ha puesto nuevamente el tema de una entidad que no ha sido manejada con criterio técnico desde que fue creada con la finalidad de concretar un proyecto de desarrollo agroindustrial que permita explotar la gran cantidad de tierras que deben ser incorporadas a la agricultura en los valles de Chimbote, Casma y Nepeña.
Esto ha ocurrido el último sábado en el marco de una de las reuniones del Centro de Operaciones de Emergencia Regional, el mismo que se activó con ocasión de las emergencias generadas por el “Niño Costero” y los desastres que ha provocado en varios pueblos de nuestra región.
La Ministra Marisol Pérez Tello, quien fue designada coordinadora del ejecutivo en la zona de Ancash, toma parte en estas reuniones del COER con la finalidad de llevar la palabra del gobierno central, más aun cuando aquella se convirtió en determinado momento en una pieza clave para hacer frente a las intensas lluvias, desbordes, huaicos y todas las desgracias que trajo el “Niño Costero”.
Por ello el último fin de semana la Ministra puso en el tapete el tema de Chinecas habida cuenta que advirtió que este proyecto de irrigación no fue capaz de solucionar en un mes el tema del desabastecimiento de agua de Nuevo Chimbote a pesar que el propio Gobierno asignó maquinaria con la finalidad de atender este asunto.
Lo más grave es que la Ministra ni siquiera se refirió al tema de fondo cual es la ejecución del proyecto Chinecas, pues entiende que si a la fecha no es capaz de resolver, en los tiempos que requiere una emergencia, el problema del abastecimiento, menos se podrá siquiera pensar en que se ejecutará todo el proyecto en su conjunto.
Por ello es que lanzó una advertencia que muchos han asumido como osada o indebida y que otros han recibido con mucho agrado, y, es que ante la incapacidad de acción del proyecto Chinecas y del Gobierno Regional para poder administrarlo con eficiencia, el Poder Ejecutivo asumiría nuevamente su administración con la finalidad de enmendar estos rumbos, inclusive, ha puesto un plazo hasta el día de mañana miércoles para que se adopten medidas de este calibre, especialmente en lo que se refiere a la recomposición de su Directorio y de los principales funcionarios.
Al mismo estilo del “Chapulín Colorado”, sin querer queriendo, la Ministra ha puesto en manos del Gobernador Regional el pretexto necesario para recomponer los cuadros directivos de una de las entidades regionales que ha reclamado mejor atención y que ha sido un absoluto fracaso con últimas gestiones, especialmente la que encabezaron los encarcelados Waldo Ríos Salcedo y Enrique Vargas Barrenechea.
Y es que después de la caída de la red de corrupción y el paso inadvertido del gobierno de transición liderado por Zenón Ayala, se esperaba que el gobierno regional que se eligiera a partir del 2016 tenga un gobernante que pudiera enmendar los erráticos rumbos del proyecto irrigador, inclusive, cuando por entonces afrontaba el espinoso tema de las invasiones que no ha sido resuelto hasta la fecha.
Lamentablemente, los ancashinos eligieron al peor de los candidatos, fueron Waldo Ríos y Enrique Vargas los que tomaron las riendas de la Región en este año y medio y no solo no hicieron nada por mejorar Chinecas sino que lo perjudicaron mucho más.
No podemos olvidar jamás que Vargas Barrenechea tuvo el desparpajo de nombrar como gerente de Chinecas a un médico de profesión, cuando para un organismo técnico se requiere de profesionales especializados en el tema agroindustrial, en el manejo de proyectos hidroenergéticos y no a cualquier hijo de vecino por mucha profesión que tenga.
De la misma manera, Waldo Ríos tuvo sus cinco minutos cuando designó como gerente al Ingeniero Gastón Barúa Lecaros, un profesional de la especialidad que muchos pensábamos que encaminaría el proyecto irrigador por el camino que le corresponde, sin embargo, abrumado por la politiquería y el clientelaje, asediado por el mismísimo gobernador que lo trajo a nuestra región, se vio precisado a renunciar para no comprometerse con una gestión contaminada de corrupción.
Con las cosas así, en el retorno de Enrique Vargas se designó como gerente a un profesional de la ingeniería cuya labor ha trasuntado como intrascendente y hasta ineficiente a la luz de lo que ha puesto de manifiesto la Ministra Pérez Tello al considerar urgente la recomposición de su plana directriz como condición para que se mantenga bajo el régimen de administración del gobierno regional.
En realidad, el tema de Chinecas tenía que caer en algún momento en este escenario, su manejo ha sido tan irresponsable que para muestra solo hace falta un botón: su directorio no se reúne desde el mes de setiembre del año pasado, a pesar que ha existido una emergencia que dio lugar al quiebre de los canales y la interrupción del suministro de agua para el agro y el consumo de la población.
En este aspecto había que exigir también a la Ministra un “mea culpa” por parte del gobierno en la medida que el directorio de Chinecas cuenta también con un asiento en representación del Ministerio de Agricultura y ese director tampoco ha puesto nada de su parte para denunciar la ineficiencia del proyecto o la desidia de sus miembros para sesionar y adoptar políticas eficientes de trabajo.
Hay allí una responsabilidad compartida, el Ejecutivo tampoco puede venir a rasgarse las vestiduras y asumir el rol de la medicina que salvará al paciente convaleciente cuando no se puede olvidar que en su momento “fue peor que la enfermedad”. De allí que el Gobernador no debe equivocarse en convocar a las fuerzas vivas para ver el tema de Chinecas, lo que se requiere es que lleve a los profesionales idóneos para que lo manejen con acierto y transparencia, lo demás puede hacerse después cuando ya se haya atendido el requerimiento y la advertencia del Ejecutivo.