Editorial

Editorial: ::: UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL :::

Hace solo dos semanas nos preguntábamos en este mismo espacio donde se encontraba o que es lo que hacía el Organismo de evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) a la luz de la escandalosa contaminación que se detectó en la bahía del vecino distrito de Coishco por parte de empresas pesqueras a las cuales les interesa un comino si están atentando contra la ecología.

Y es que para entonces la Fiscalía de Prevención del delito, la Oficina de la Defensoría del Pueblo de Chimbote y de la Subprefectura de Coishco, habían concluido una inspección por la bahía de ese distrito y verificaron que ninguna de las empresas pesqueras que opera en ese lugar cuenta con sistemas de evacuación industrial para la eliminación de sus efluentes, por el contrario, los lanzan de manera temeraria al mar.

Y la pregunta era pertinente en la medida que ante una infracción tan evidente, que se extiende en el tiempo y frente a la cual no existe posibilidad de subsanación o regularización, no existía otra posibilidad que aplicar todo el peso de la ley y quien debería hacerlo era el organismo adscrito al Ministerio del Ambiente para los efectos de exigir el cese del grave atentado que se hace al medio ambiente.

Por ello es que la última semana hemos recibido la información que la OEFA despertó y reaccionó de inmediato ante la inspección realizada por las autoridades, asumimos que se trasladó hasta el lugar e identificó a la empresa pesquera B&S SAC como la planta pesquera que estaba arrojando de manera impune sus efluentes industriales al mar.

El informe de la OEFA señala que “los efluentes de las plantas de enlatado y congelado de la empresa eran derivados al mar a través de un canal de regadío sin un tratamiento previo, lo cual podría causar daños a la flora y fauna marina”, corroborándose lo que poco antes habían detectado las autoridades en Coishco.

Por ello es que a través de una medida cautelar, el organismo de fiscalización ambiental ha conseguido que se disponga el cese inmediato de las actividades de procesamiento industrial con la finalidad de detener el vertimiento de sus efluentes industriales a la bahía del distrito de Coishco, empero, esa no es toda la sanción.

Se ha establecido también como medida complementaria que la empresa disponga el sellado con concreto de todas las vías de evacuación de efluentes industriales y domésticos provenientes de su establecimiento industrial hasta el canal de regadío que termina llevándolos al mar.

De acuerdo a la información proporcionada a los medios los funcionarios de la OEFA han constatado que la empresa ha cumplido con estas medidas y se ha corroborado la paralización de las actividades de procesamiento como el cierre de las vías de evacuación de los efluentes hacia el medio ambiente.

Sin embargo, se debe entender que esta medida debe estar sujeta a un control y debe ser definitiva, pues conociendo la manera como operan los empresarios del sector pesquero será difícil pensar que se quedarán de brazos cruzados y cerrarán la planta pesquera, por el contrario, estamos seguros que buscarán la manera de volver a operar y de sacarle la vuelta a la autoridad en el tema de las evacuaciones industriales.

Y es que en el vecino distrito de Coishco no existe otra manera de actuar si se tiene en cuenta que la única manera de acogerse a la ley es implementando un sistema de evacuación por intermedio de un emisor submarino, como el que se ha colocado en Chimbote y al cual se han adherido la mayoría de empresas pesqueras.

Inclusive, se tiene que considerar que el emisor submarino no es la única exigencia legal para las plantas industriales del sector pesquero pues también están obligados a implementar un sistema de tratamiento de sus efluentes a efectos que lleguen al mar con la menor cantidad de porcentajes contaminantes que no lo perjudiquen.

Y es que la empresa pesquera B&S no es la única que está en falta en el distrito de Coishco, esto lo señaló en su momento la comisionada de la Defensoría del Pueblo, Dra. Rosslyn Villanueva Ramírez, al concluir con este recorrido de inspección y luego de haber elaborado el informe que remitieron a la OEFA, en donde fueron claros y tajantes al señalar que ninguna de las plantas pesqueras que existe en Coishco tienen un sistema industrial para la eliminación de sus efluentes, lo que quiere decir que siguen matando la flora y fauna del fondo marino como lo hacen desde hace décadas.

De allí que el cierre de la empresa “B&S” no es la única que debe estar en la agenda de la OEFA, por el contrario, solo debe representar el primer e importante paso que ha dado en lo que significa el control ambiental de una actividad que ha venido desempeñándose de manera impune a lo largo de los años y que estaba pasando piola cuando todos reclamaban que las empresas de Chimbote deberían integrarse al emisor submarino.

Los empresarios de Coishco no se interesaron en lo más mínimo en adecuarse a lo que establece la ley y, fundamentalmente, en sensibilizarse con el medio ambiente para hallar la mejor manera de evitar que se atente de la manera brutal como se registra en la bahía de Coishco, por lo tanto, la intervención de las autoridades se hacía esperar.

Las imágenes que nos han mostrado los medios de comunicación sobre la forma como se está contaminando al mar en Coishco nos trajeron a la memoria ese mismo y mugriento escenario que existía en el 27 de octubre cuando las empresas pesqueras lanzaban sus efluentes a nuestra bahía, algo contra lo que luchamos a lo largo de los años.

Por ello es importante comprobar que el organismo de control ambiental por antonomasia, como es la OEFA, no haya observado la misma abulia e indiferencia que ha caracterizado en los temas de contaminación ambiental en nuestra ciudad y adopte medidas inmediatas luego de haber tomado conocimiento del informe que le derivaron otras autoridades que llegaron a la bahía de Coishco y comprobaron cómo las empresas pesqueras siguen atentando contra el medio ambiente.

La decisión de las OEFA de disponer el primer cierre de un establecimiento pesquero industrial es como la luz al final de túnel de la esperanza de los chimbotanos porque, por fin, se ponga mano dura a una actividad que siendo sumamente rentable es manejada de manera irresponsable generando contaminación en niveles realmente impresionantes. Esperemos nuevas sanciones en los próximos días.