Editorial

Editorial: ::: IMPORTANTE PRECEDENTE :::

Uno de los puntos que son de permanente demanda de los pescadores de todo el litoral es el reconocimiento del pago por derecho de participación de pesca en la medida que muchas empresas pesqueras, especialmente aquellas que forman parte de los oligopolios pesqueros, reconocen porcentajes por debajo lo que establecen las normas y de lo que ha sido materia de un acuerdo histórico en los años 1985 y 1988.

Nos estamos refiriendo al 22.4% que los pescadores perciben por participación de pesca, es decir aquel porcentaje que se calcula en función a un valor Reuter que maneja el sector pesquero y que sirve para calcular la remuneración de un hombre de mar en función a lo que ellos han podido capturar en las faenas que se hacen a la mar.

Los pescadores lucharon mucho para que este porcentaje pueda ser reconocido por los empresarios que se negaban a aceptarlo, esto generó serias disputas laborales en la década del 80 y dio lugar a una prolongada huelga pesquera, una medida de fuerza que se tornó violenta y que obligó, por vez primera, a los empresarios pesqueros a sentarse en una mesa y discutir los reclamos de sus pescadores y trabajadores.

Fue la mediación del Obispo de la Ciudad, por entonces el monseñor Luis Bambarén Gastelumendi., lo que permitió que se lleguen a consensos importantes, aprovechándose esa estrecha vinculación que la autoridad eclesiástica de entonces mantenía con los empresarios de la pesca y la presencia en la Diócesis de la dirigencia local y nacional de los pescadores.

En aquel entonces se creó el tribunal de honor del sector pesquero que fue presidido, precisamente, por el Monseñor Bambarén, el cual tenía por misión escuchar a ambas partes, participar de las ponencias de ambos y tomar acuerdos que nacieran del consenso de las partes, algo que resultó complicado en la medida que los grandes empresarios no tenían intenciones de reconocer el pago del, 22.4%.

Lo cierto es que esas tratativas consiguieron poner fin a la medida de lucha de los pescadores en tanto que, al margen de muchos otros puntos aprobados, finalmente se reconoció el pago de este porcentaje por derecho de participación de pesca, lo que haría presumir que la paz laboral había establecido sus bases en una de las actividades económicas más importantes de Chimbote como es la pesca.

Sin embargo, como dice el conocido adagio popular “hecha la ley, hecha la trampa”, pues el acuerdo suscrito entre las partes fue desconocido con el paso de los años por las mismas y grandes empresas que ya no solo ganan en la actividad pesquera, sino que se han acostumbrado a lucrar a costa de los beneficios de sus propios servidores.

Por ello salieron con el cuento de la existencia de nuevas embarcaciones pesqueras a las cuales no les alcanzaban los acuerdos suscritos el año 1985, de tal suerte que luego de promover la creación de sindicatos paralelos con la complicidad de pescadores que se prestaron a esta monserga, seguramente a cambio de beneficios obtenidos por lo bajo, aparecieron nuevos sindicatos que suscribieron acuerdos y convenios con estas grandes empresas pesqueras para reconocer el pago solo del 18% por concepto de participación de pesca, cercenando de esta manera el derecho del pescador a un pago más justo.

Esto lo consiguieron en base al chantaje al pescador, a la sutil amenaza de quedar fuera de la tripulación en caso se negara a aceptar este pago, mecanismo de características extorsivas que pudo concretarse en la medida que las difíciles condiciones de la actividad pesquera en los últimos años impedía a los pescadores a mostrarse rebeldes a esos mandatos porque de lo contrario quedarían desempleados.

De esta manera se impuso nuevamente para un sector de pescadores un porcentaje que dista mucho de aquel que reconocen las normas, con el paso de los años los antiguos pescadores sujetos al régimen legal del 22.4% se fueron jubilando y perdiendo el espacio de quienes son reconocidos en sus remuneraciones como corresponde.

Sin embargo, la semana pasada la Sala Laboral Transitoria de la Corte Superior del Santa ha dejado abierta una ventana para que los pescadores vuelvan a ingresar al régimen legal del 22.4% que le corresponde, pues ha declarado fundada una demanda presentada por un trabajador de Tasa quien ha demandado el reintegro en los pagos por derecho de participación de pesca entre los años 2004 al 2,011.

La acción legal fue iniciada por Eugenio Panta Casariego, tripulante de la embarcación pesquera Bravo 3, quien demandó a la poderosa empresa porque desde que ingresó a laborar en el año 2004 le pagaban el 22.4 por ciento, conforme al Decreto Supremo 009-76-TR que regula el contrato pesquero, monto que debía dividirse entre los tripulantes de las naves, sin embargo, posteriormente, este pago por parte de la empresa demandada se redujo al 18 por ciento.

Al respecto, la Sala laboral Liquidadora ha establecido que “Teniendo en cuenta que la remuneración de un trabajador no puede reducirse unilateralmente por el empleador, sino solo por autorización expresa del trabajador, por causa objetiva o legal, circunstancias que no han sido acreditadas por la demandada (..) por el contrario la embarcación pesquera donde laboró el actor es de tecnología antigua y perteneció a la ex flota de Pesca Perú S.A., se trata de un derecho adquirido”.

Esta resolución lleva las firmas de los jueces superiores Raúl Rodríguez Soto, quien actuó como ponente, Wilson Chiu Pardo y Niczon Espinoza Lugo y, aun cuando haya sido materia de un recurso de impugnacp’0okn por parte de la empresa pesquera, es evidente que deja sentado un importante precedente en materia de aplicación de la ley en los casos del pago de remuneraciones del sector pesquero.

Lo que la justicia ha sentenciado es que los empresarios no puede desconocer derechos adquiridos porque se les da la gana o porque tienen la posibilidad de presionar al pescador para que no reclame lo que le corresponde, pero aun cuando estas mismas empresas reconocieron ante el Tribunal de Honor del sector Pesquero el pago del 22.4%, lo que quiere decir que si ahora se burlan de este acuerdo es porque les interesa un comino patear el tablero de la palabra de honor, del compromiso de un caballero, términos que aparentemente no se encuentran en el vocabulario de estos grandes empresarios. Una lástima.