Hace algunos años atrás, en la década el 90, la caída de un techo o de alguna parte de la infraestructura de un centro educativo generaba la inmediata reacción de las autoridades gubernamentales, procedían de inmediato a evaluar la necesidad de remplazar las edificaciones deficientes o en todo caso evaluar la remodelación de ese plantel.
En nuestro medio recordamos que esto ocurrió con un plantel en el que durante la madrugada se cayeron los techos de un aula, cuando estábamos en periodo de clases, lo que nos daría una idea de lo que hubiera sucedido si esto se registraba cuando los alumnos estuvieran atendiendo las clases.
Sin embargo, pese a lo trágico del asunto, el gobierno por intermedio del Ministerio de la Presidencia de entonces envió a funcionarios que de inmediato gestionaron la remodelación de los centros educativos, no solo de aquel que se vino abajo sino de muchos otros que ya mostraban avanzada precariedad.
Fue la época en que desde el gobierno central se ejecutaron obras de remodelación de más de un centenar de planteles y que, a pesar del esfuerzo y la inversión que se hizo, no se llegó a atender a todos, por ello es que en la gestión de César Álvarez se tomaron varios proyectos que quedaron pendientes y ya todos saben cual fue la suerte que corrieron.
Sin embargo, la semana pasada en el Centro de Educación Especial N° 1 de la urbanización Laderas del Norte, se registró un serio incidente cuando un tramo de la pared del cerco perimétrico se vino abajo luego que sus bases fueran diezmadas por la humedad y por el salitre, hecho que afortunadamente se registró en horas de la mañana cuando no pasaba nadie por el lugar y por ello no se registraron víctimas que lamentar.
La directora del Plantel explicó que esta parte de la infraestructura del plantel ya estaba colapsada y por ello trataban de protegerla con parantes para que no cediera, inclusive, en esos días estaban trabajando algunos albañiles con la finalidad de mejorar el diezmado cerco cuya estabilidad se agravó con las lluvias registradas durante el fenómeno del Niño Costero, en marzo ultimo.
Sin embargo, la inclemencia del tiempo y las débiles paredes cedieron y se vinieron abajo, hallando al plantel en una situación sumamente complicada y sin posibilidades de poder reaccionar ante un hecho de esta naturaleza dada su estrecha situación económica.
Por ello es que una de las primeras autoridades que públicamente ofreció su apoyo fue el Director de la UGEL Santa, quien señaló que acudirían en respaldo de este centro educativo con los recursos que cuentan para el mantenimiento de las instituciones educativas afectadas por el fenómeno climático, lo importante es que puedan reparar el daño y cubrir el forado a efectos de no exponer la seguridad del plantel y que lo dejen vulnerable a la delincuencia que es capaz de llevarse todo.
Sin embargo, después de una semana la Directora ha verificado que no llegó absolutamente nadie de la UGEL, menos de la Municipalidad Provincial del Santa que fue la primera entidad que acudió en el momento de la emergencia con personal que colaboró en la limpieza, empero, nadie más le ha extendido la mano como para refaccionar el daño, de tal suerte que a la fecha mantienen ese muro clausurado únicamente con planchas de triplay que no otorga seguridad alguna.
Lo más grave y delicado es que este centro educativo es una entidad del estado que atiende a niños con habilidades especiales, cuenta con personal especializado para poder brindar una educación dirigida a menores que presentan alguna condición especial y cuya educación requiere una labor diferente a la de cualquier niño.
Estos centros educativos están integrados a toda una red de instituciones especiales que se organizan y compiten entre todas ellas a nivel nacional, cuentan con sus propias olimpiadas escolares especiales, de allí que este plantel ha sido considerado como una de las sedes que tendrá este evento en las próximas olimpiadas y frente a la situación que atraviesan ahora con la caída del cerco la dirección no sabe aún como afrontar estas próximas obligaciones.
De allí que las autoridades deben hacer algo para ayudar a esta entidad educativa, las docentes que allí trabajan realizan un esfuerzo extraordinario, quienes han podido acceder a sus aulas saben cómo es que deben trabajar su plana docente y las urgencias que realmente tienen.
Si a todo ello le sumamos las angustias que ahora padecen por la caída de su infraestructura es evidente que cuentan con un serio problema, más aun cuando han advertido que la debilidad del cerco se extiende a todo lo largo que tiene, es una edificación antigua que ha sido diezmado por los años y el clima.
Entonces la UGEL Santa no solo debe anunciar su respaldo, tiene la obligación de hacerlo efectivo, de acudir a dicho plantel y coordinar la manera como debe plasmarse, más aun cuando los docentes han advertido que el problema es mayor y tiene que buscarse una alternativa con la debida antelación.
Pero no solo la autoridad educativa es la llamada a apoyar a un centro educativo que hace tanto por estos niños, la Municipalidad Provincial del Santa está también en condiciones de acudir en auxilio de este plantel, más aun cuando el problema es de infraestructura y la comuna cuenta con una gerencia de obras que está en disposición no solo de proponer un proyecto de rehabilitación de un cerco perimétrico sino para resolver el problema de origen que es la caída del muro.
La empresa privada tiene también el deber de acuerdo ante estas situaciones con la responsabilidad social que le compete dentro de las relaciones que tienen el entorno colectivo en que desarrolla sus actividades, incluso, ahora se han establecido muchas alternativas cuando se trata de una obra de infraestructura, como la denominada obra por impuestos que es un mecanismo efectivo para acudir en favor de entidades necesitadas.
Esperemos que este problema del Centro de Educación Especial N° 1 pueda resolverse lo más pronto posible, hay que darle no solo la seguridad a los niños que allí estudian sino darles la posibilidad de desarrollar sus habilidades y capacidades en estas olimpiadas venideras en la que serán sede y deben presentar una adecuada infraestructura.