Editorial

Ediotorial: ::: DESCARADO DESFALCO :::

El suspendido rector de la Universidad Privada San Pedro, José María Huamán Ruiz, se encuentra en la clandestinidad, es un prófugo de la justicia que ha sido condenado en primera instancia y se oculta de la autoridad a la espera de poder revertir esta difícil situación que, después de muchos años, lo ha llevado a tener que dejar el cargo.

Sin embargo, aun cuando esta situación es difícil y delicada para cualquier mortal, todo indica que en el caso de Huamán Ruiz el escenario no es tan complicado en la medida que al interior de la Universidad aún existen empleados que no solo cumplen sus directivas sino que se prestan para los malos manejos a los que, como se ha denunciado de manera permanente, siempre estuvieron acostumbrados.

Y es que solo ha sido suficiente que el ex rector deje el cargo en las últimas tres semanas para que comiencen a descubrirse los manejos turbios y el despilfarro de los recursos que ingresan al claustro universitario, uno de los cuales tiene que ver con los vales provisionales que, incautos todos, pensábamos que solo se generaban y manoseaban en el sector público.

Esto se ha conocido luego que el Contador General de la Universidad evacuara un corte administrativo a solicitud del Rector encargado Gilmer Díaz Tello, documento en el cual se pone de manifiesto que existen una serie de manejos irregulares que han permitido lo que ha calificado como un “maquillaje contable”.

Ello porque Huamán Ruiz ha recibido nada menos que 232 mil soles en vales provisionales que han sido justificados con facturas de cancelación de la empresa de vigilancia, es decir, el Tesorero sacaba dinero que le entrega a Huamán y, lejos de descontarle por tratarse de un adelanto, lo que hacía era justificar con supuestos pagos efectuados a la empresa de vigilancia de la Universidad.

Este hecho permite colegir no solo que Huamán se beneficiaba ilegalmente de los dineros de la Universidad, sino que la empresa de vigilancia podría ser de su propiedad, de tal suerte que disponía de sus documentos para justificar ilegalmente el egreso de fuertes sumas de dinero de las arcas universitarias.

Lo más curioso es que en el mismo informe del Cantador General se advierte que han emplazado de manera interna al Jefe de la Oficina de Economía, Hugo Ventura Nomberto, por haber sido quien le daba las órdenes al tesorero para que emita estos vales provisionales, quien ha señalado que permitía este egreso de dinero porque Huamán era su amigo y le pedía un favor para contar con liquidez.

Incluso, este empleado ha señalado que el mismo Huamán le pedía que justifique el egreso de dinero con facturas de la empresa de vigilancia y que no informe a nadie de estos manejos porque posteriormente podrían generarle serios problemas, una declaración que pone de manifiesto una intolerable candorosidad o el ánimo de asumir una coartada a pesar que resulta sumamente ridícula.

Lo cierto es que este primer informe ha quedado realmente chico a pesar del escándalo que ha generado en la opinión pública local, pues apenas el último domingo el actual rector Gilmer Díaz Tello ha señalado que la cifra que han salido de las arcas universitarias mediante esta modalidad de “vales provisionales” asciende a tres millones de soles y no solo han favorecido al ex rector José María Huamán, sino a muchos otros funcionarios a los cuales le estarán reclamando su devolución sea por vía administrativa o legal.

En tal sentido ha explicado que a los empelados que se les detecte que han recibido estos vales provisionales se les descontará de sus remuneraciones futuras cuando se trate de montos menores, empero, en el caso de cifras mayores, como las que corresponden a Huamán, se tendrá que apelar a la vía judicial si es necesario.

Esta advertencia podría asumirse como una acción firme y decidida que trata de tomar distancia de los malos manejos que se han venido dando en la Universidad, sin embargo, no es suficiente, no basta con recuperar los recursos de la Universidad sino que atendiendo al calificativo proporcionado por el propio Contador General, en el sentido que estamos ante un maquillaje contable que tiene características dolosas, el rector (e) debe solicitar al área legal que formule las denuncias pertinentes ante el Ministerio Público porque ya estanos hablando de la comisión de delitos de fraude.

Muchos en Chimbote deben recordar el famoso “affaire” de los vales provisionales en la Municipalidad Provincial del Santa, especialmente en la gestión del ex alcalde Oswaldo Pérez Gamboa, cuando se denunció con sustento documentario que estos adelantos se entregaban en servilletas y hasta en las etiquetas de una botella de cerveza, pues fue un despilfarro escandaloso de los recursos ediles, de lo que se colegía que era una acción dolosa que se aprovechaba del abuso de los recursos públicos.

Empero, jamás nos imaginamos que esta misma modalidad ilícita se estaba utilizando en entidades privadas, como la Universidad Privada San Pedro en donde, en la época del rector Huamán, hicieron escarnio de sus arcas pues ya se sabe y hasta ha sido materia de una condena penal, de los pagos que se hicieron por asesorías fantasmas con la finalidad de llevar esos millones de soles a los bolsillos del entorno del rector.

No cabe duda que la Universidad Privada San Pedro ha sido virtualmente saqueada por personajes que se acomodaron en torno del ex rector José María Huamán, siendo lo más sorprendente que estos hechos fueron materia de permanente denuncias públicas y hasta de cargos incriminatorios ante el Ministerio Público pero todas las acusaciones fueron audazmente dilatadas.

Los magistrados que deben evaluar la condena que se ha impuesto al suspendido rector deben tomar en cuenta estos nuevos hechos que se van descubriendo ahora que el imputado ha dejado el poder en el claustro universitario, esto solo demuestra la manera ilícita como se manejaron los recursos de la institución y coincide con ese manejo delincuencial de las asesorías fantasmas. Estamos ante otro descarado desfalco que debe dar lugar a nuevas acciones judiciales porque, incuestionablemente, ameritan una sanción.