Editorial

Editorial: ::: ESCONDIDOS EN CASA :::

La semana pasada la Policía y el Ministerio Público pusieron fin a los días de fuga de una pareja de esposos estrechamente vinculados a la denominada red de corrupción de Ancash, en la gestión del encarcelado ex presidente regional César Álvarez Aguilar, quienes se encuentran comprendidos en el megaproceso conocido como “La Centralita”.

Se trata de Ivonne Merly Pereyra Olivares y Edwar Ramón Príncipe Carvallo, la primera de ellas hija y el segundo yerno de la prófuga y vulgar locutora Rossy Olivares de la Cruz, quienes se encontraban en calidad de prófugos de la justicia desde hace casi tres años atrás y terminaron siendo delatados por un colaborador que se acogió al ofrecimiento de recompensa del Ministerio del Interior, pues ambos se hallaban en la relación de los delincuentes más buscados del país.

Por ello es que la captura se produjo en el marco de un operativo organizado por la Fiscalía Supraprovincial a cargo del Fiscal Elmer Chirre, quien recibió de la autoridad judicial la orden de descerraje por si habría sido necesario para poder aprehender a la pareja que ya había sido ubicada con antelación.

Lo curioso es que la captura de produjo en la vivienda de la pareja, en la urbanización Buenos Aires en un complejo de departamentos ubicado frente al Parque Central de la mencionada Urbanización, es decir, en el corazón de Nuevo Chimbote, lugar en donde siempre se mantuvieron escondidos y cuidando de no ser identificados por los vecinos, empero, todo indica que fallaron en este cometido.

Los medios de comunicación tomaron conocimiento de esta intervención y se mantuvieron a la expectativa del traslado de la pareja luego de varias horas de registro de sus pertenencias y del levantamiento de actas, en las cuales se consignó el hallazgo de una computadora, teléfonos celulares y otros efectos que serán materia de una rigurosa evaluación a efectos de hallar nuevas pruebas e indicios que vinculen a ambos con los hechos que son materia de investigación.

Y es que las personas, por lo general, guardan información en sus computadoras personales o registran llamadas o correos electrónicos con otros con los cuales pueden estar vinculados, en este caso con la también procesada Rosy Olivares de la Cruz que hasta el momento no es aprehendida y se encuentra requisitoriada y con el mismo ofrecimiento de recompensa por su cabeza.

Es posible que la Policía encuentre alguna pista entre las pertenencias decomisadas que los pueda llevar al lugar donde se oculta Olivares de la Cruz, por lo que deberíamos estar atentos a los desplazamientos que aquella pueda realizar con la finalidad de variar su posición ante la captura de su hija y yerno.

Ivonne Pereyra se encuentra comprendida en el Caso La Centralita por el delito contra la Administración Pública en la modalidad de lavado de dinero así como por delito de Peculado, mientras que su esposa Edwar Príncipe debe responder por delito de lavado de activos.

Ambos, en sociedad con Rosa Alicia Olivares de la Cruz., constituyeron empresas procesadoras de productos hidrobiológicos y hasta una empresa de televisión, radio e internet, observando un crecimiento patrimonial desmesurado que no se concilia con sus ingresos y cuentas personales o familiares.

De allí que para el Ministerio Público ambos habrían actuado como testaferros de la investigada Rosa Alicia Olivares de la Cruz con estas empresas con las cuales habrían ocultado bienes o dinero de procedencia ilícita probablemente de la organización criminal encabezada por César Álvarez Aguilar, quien se encuentra junto a ex funcionarios de su gestión, preso en el penal de Piedras Gordas.

Justamente, a propósito de su captura los abogados defensores de los detenidos han señalado que no existen mayores cargos contra ellos y apenas hace un mes han podido concluir y presentar una pericia contable de unos dos mil folios con la cual tratarán de demostrar que todos los bienes que la Policía y Fiscalía consignan como producto de los dineros de procedencia ilícita, han sido generados con las actividades económicas que han realizado en los últimos años.

Eso seguramente será materia del contradictorio en la investigación que ya llega a su fase final en la Fiscalía supraprovincial, lo que no se puede dejar de señalar tras esta captura es que el molde de la aprehensión de la hija y el yerno de Rossy Olivares parece un calco de aquel que se ha registrado con la mayoría de investigados del Caso La Centralita, los cuales se encontraban en condición de prófugos.

En efecto, la pareja ha sido ubicada y capturada en su propio domicilio, es decir que hace tres años se encuentran en el mismo lugar que es el que, si la lógica no dice lo contrario, en primer lugar las autoridades encargadas de su búsqueda debieron revisar o merodear a la espera de dar con su captura.

Así como Ivonne Pereyra Olivares y su esposo, muchos otros prófugos de este caso La Centralita han sido aprehendidos en su propio domicilio o cerca de ellos, como el caso del periodista Sandor Renilla, el ex asesor Jorge Burgos Guanilo, la hermana de ésta, una periodistas que reside en el P.J., Tres de Octubre y hasta el ex vigilante de La Centralita.

Todos ellos no habían viajado al extranjero y mucho menos salieron a otras ciudades para ocultarse de la justicia, por el contrario, se mantuvieron en el mismo lugar a la espera que su situación jurídica pudiera variar, de allí que las autoridades policiales que aún deben concretar la detención de otros investigados deberían comenzar a chequear las viviendas de aquellos que se mantienen en la clandestinidad.

Todo indica que los implicados en este escandaloso caso de corrupción optaron por lo más fácil, coligieron que la Policía jamás los buscaría en su propio domicilio porque para ellos sería el último lugar en donde podrían ocultarse, por ello es que todos son hallados en su propia vivienda, tratando de no ser identificados por los vecinos. Justamente, el programa de recompensas que estableció el Ministerio del Interior rompe esta estrategia que los tiene escondidos en casa y ahora todos están bajo el ojo inquisidor de la población que ha puesto mayor interés en que estos requisitoriados estén en manos de las autoridades judiciales.