Editorial

NADA EXTRAÑA

Aun cuando no suele ser común, la semana pasada la procuraduría anticorrupción decidió presentarse en la empresa Sedachimbote y tomar parte como veedor del acto de licitación pública que se desarrolla en su auditorio y en la cual se requería verificar si el comité a cargo de este acto se estaba desempeñando de manera transparente.

Se trataba del acto de apertura de los sobres de la propuesta económica del proceso de Licitación por casi 6 millones de soles, para el Servicio de Actualización del Catastro Técnico, Catastro Comercial y Sistema de Información Geográfica de la EPS SEDACHIMBOTE S.A., un servicio que está financiándose por intermedio de la cooperación alemana a través del Banco KFW.

El mismo procurador Richard Asmat Urcia explicó posteriormente a la prensa que su presencia en el acto licitador obedeció a las informaciones confidenciales que recibió en su despacho en relación a un presunto favorecimiento de los encargados del acto licitador hacia la empresa SUEZ, que tomaba parte en dicho proceso.

Estos cuestionamientos están referidos a la calificación técnica en la cual se habría permitido que esta empresa subsane y adecúe la presentación de sus documentos para obtener una mejor calificación, afectándose de esta manera a los demás postores, situación a la que se opuso un de los miembros del comité de licitación, el abogado José Luis Ponte.

Precisamente, al llegar al acto licitador y solicitar la documentación el procurador verificó que en el acta se dejaba constancia de la oposición de dos de las tres empresas postoras en relación a la calificación de la documentación y de la continuación del proceso, pues no había recibido el mismo trato que la tercera en discordia.

Precisamente, la presencia del abogado del estado dio lugar a que se advierta que existen posiciones y comportamientos que no se concilian con la transparencia y probidad que debe caracterizar a los procesos licitadores de las empresas públicas o del estado, los cuales ameritan una necesaria explicación.

Por ejemplo, el procurador solicitó a la empresa supervisora de este proceso de licitación que muestre los resultados de la propuesta técnica, a lo cual el representante legal se negó alegando que para ello se requería de una autorización de la entidad financiera que respalda el servicio que se licita, lo cual se asume como actitud nada transparente.

De allí que la intervención del procurador se entiende y justifica en la medida que en los procesos en donde se comprometen fondos públicos se requiere de una supervisión que no puede estar vinculada con la presencia de empresas contratadas por la misma licitante pues si esta última, que es Sedachimbote, va a pagarle a quienes tengan que fiscalizar la obra difícilmente podrá encontrar defectos en la misma.

No se puede soslayar que la entidad financiera en este proceso licitador, es decir KFW es una Agencia de Cooperación Alemana que aportan dinero a las Empresas de saneamiento en el país,  como SEDACHIMBOTE (entidades que administran el agua y saneamiento de las ciudades) para que puedan mejorar sus servicios y siempre que los orienten en hacerlas más eficientes para la población.

En este caso, la inversión total comprometida para Chimbote supera los 60 millones de soles en diversos proyectos, lo que quiere decir que existen muchos intereses de por medio y se requiere, con urgencia, que exista una mayor transparencia e imparcialidad en los procesos licitadores, no podemos seguir bajo la sombra esa que nos legaron en la región Ancash y nos dejaron como una de las regiones más corruptas del país.

De allí que la presencia del procurador anticorrupción en el proceso de licitación de Sedachimbote no es nada extraña, por el contrario, responde a esa necesidad de transparentar los actos que comprometen recursos públicos y, en ese sentido, la gerencia de Sedachimbote debería ser la primera interesada en que no se registren comportamientos dudosos en una licitación y explicar que es lo que está ocurriendo, empero, no parece darle importancia a este tema.

QUEJA JUSTIFICADA

Aun con los dolorosos recuerdos de un crimen que no tiene nombre, los familiares de la joven Anabel Segura López pusieron en tela de juicio el accionar del juez y el Fiscal que están a cargo de la investigación contra el homicida porque permitieron desarrollar una diligencia de inspección judicial sin su presencia.

Como se recuerda, el pasado mes de junio la joven Anabel Segura López apareció degollada en el interior de un buzón de desagüe en el A.H. “Villa del Sur”, luego de negarse a sostener relaciones con el adolescente que la acompañaba en una fiesta en la discoteca “Las Congas” del A.H. San Luis.

El homicida, de apenas 17 años de edad,  terminó confesando su delito y fue trasladado al centro de rehabilitación de menores “Maranguita “ en Lima, desde donde la semana pasada fue trasladado para que se cumpla la diligencia de Inspección Judicial, sin embargo, su abogado con mucha audacia, solicitó al juez que no se traslade a su defendido desde los calabozos en donde se hallaba en custodia por razones de seguridad, alegando que la presencia de sus familiares ponía en riesgo su integridad física, y aseguraba que la presencia de un testigo ocular garantizaba la diligencia en la medida que el propio homicida había aceptado ya los hechos.

Esto ha sido considerado como una ofensa por los deudos en la medida que una diligencia judicial debe estar al margen de los miedos y temores de un abogado que ha pisoteado su derecho, que se ha burlado de su dolor adelantando que ellos querrían hacerle daño al homicida cuando su presencia era solo para exigir que se haga justicia, algo a lo que tienen derecho como parte civil.

Lamentablemente, el juzgador se dejó llevar por la manija leguleyesca que se planteó y llevó adelante la diligencia sin la presencia del único individuo que podía revelar como mató a la joven y podría conocerse si finalmente está ocultando algo porque en el mismo lugar pudo incurrir en contradicciones. Esperemos que en adelante se escuche la Queja justificada de una familia dolida no solo por la muerte de un familiar sino por la manera horrenda como le quitaron la vida.