Le cayó bomba lacrimógena en el rostro:
Luego de ser atendida docente se retira de hospital.
La profesora Inés Cribillero Luna (62), de la institución educativa “César Vallejo”, resultó herida en el rostro luego que un efectivo policial, disparara una bomba lacrimógena durante el enfrentamiento con los protestantes que se desataron entre las avenidas José Pardo y Gálvez.
La docente participaba en la huelga magisterial, al igual que cientos de sus colegas, cuando de un momento a otro, se llevó las manos al rostro y ante la sorpresa de todos, su rostro estaba bañado en sangre debiendo ser evacuada al hospital La Caleta, donde le dieron los primeros auxilios para evitar una hemorragia
En el hospital tuvieron que suturarle la herida que se le formó en el tabique que resultó fracturado por el fuerte golpe que recibió con la lata de la bomba lacrimógena.
La docente de educación secundaria, denunció esta actitud matonesca de los malos efectivos que atacaron como si se tratara de delincuentes
“Ese policía es un salvaje, nosotros estuvimos realizando nuestra movilización, sin ningún tipo de vandalismo para que reaccione así, solo estábamos pidiendo que se nos atienda nuestra plataforma de lucha, tal como ya lo hemos venido haciendo en días anteriores, pero el agente lo que hizo fue apuntarme y dispararme, todos los han visto”, señaló esta adolorida docente.
Su estado de salud se vio comprometido, pues no sólo es suturarle la herida, sino que además debe sacarse placas porque tendría fractura de tabique.
Los colegas y el dirigente del Comité de Lucha del Magisterio Santeño, Eddy Cano Loyola, condenaron este cobarde ataque y anunciaron que iniciarán acciones legales contra el mal efectivo policial que lo hizo a propósito con toda la intención de hacer daño, sin importarle que se trataba de una profesora de más de 60 años que sólo reclamaba su derecho y le podía haber causado un daño mucho mayor
La masa de profesores alarmados por este incidente que pudo haberle costado la vida de la profesora, llamaron a las autoridades para que constaten que su marcha es pacífica en ningún momento están alterando el orden público, por lo tanto, no se justifica que hayan atentado contra ellos.