Editorial

Editorial: ::: NEGLIGENCIA INEXCUSABLE :::

Un joven obrero encontró trágica muerte el último domingo al caer desde el quinto piso de una edificación en construcción, la misma que está ubicada en la intersección de las avenidas Argentina y Country, frente a la Plaza Mayor de Nuevo Chimbote, en pleno corazón del emergente distrito sureño.

Hasta allí debieron llegar agentes de la Policía y el médico forense para efectuar el levantamiento del cadáver en medio del llanto doloroso de los familiares del joven, quienes no podían dar crédito a este accidente que enluta a una familia.

En el lugar la Policía advirtió que el cuerpo inerte del joven revelaba que no contaba con un solo elemento de seguridad ni con los indispensables arneses que son los aditamentos de uso obligatorio cuando se trabaja en edificaciones y en todo aquello que implique una altura considerable que ponga en riesgo la vida y la integridad física del trabajador.

Igualmente, el fallecido no contaba con otra indumentaria de seguridad, de allí que una caída de estas características implica una muerte segura, algo que debieron evitar los responsables de la obra al entregarle responsabilidades sumamente delicadas como es el trabajo en albañilería en el quinto piso de una edificación.

Esto fue lo que denunciaron en el mismo lugar de los hechos los familiares quienes rechazaron la versión que entregaron a las autoridades los responsables de la obra en el sentido que el joven habría sufrido una descompensación cuando realizaba sus trabajos habituales y por ello perdió el equilibrio y cayó al vacío.

De todas maneras, en el supuesto negado que ello hubiera ocurrido, ha sido más que evidente y las autoridades lo comprobaron, que el obrero no contaba con un solo elemento de seguridad cuando se precipitó y eso implica una grave responsabilidad.

Además, esto no sería nada extraño porque la mayoría de obras privadas se ejecuta en estas condiciones, solo cuando surgen protestas de otra naturaleza como la falta de pago de jornales, trascienden estas infracciones, solo en ese momento los afectados denuncian que no se les provee equipos de seguridad y los hacen trabajar en condiciones que son sumamente riesgosas para ellos.

Los propios medios de comunicación han sido testigos de estos hechos cuando son convocados por los dirigentes de los gremios de trabajadores de construcción civil y muestran como algunos obreros se encuentran con zapatillas, sin cascos, sin guantes, carecen de equipos de protección para trabajos en altura, etc.

Sin embargo, esto ya no resulta nada ante las otras faltas graves en las que ha incurrido la empresa constructora que está a cargo de la edificación ubicada frente a la Plaza Mayor, pues el último domingo la Gerente de Obras Públicas y Privadas de la Municipalidad de Nuevo Chimbote, Lourdes Díaz Matos, señaló que la comuna había paralizado esta obra porque había incurrido en otras graves infracciones, como el hecho de haber construido hasta seis pisos cuando solo contaba con autorización para edificar cuatro plantas.

Esta falta es sumamente delicada en la medida que, de plano, implica una demolición, salvo que las normas que rigen estas actividades puedan establecer si existe la posibilidad de subsanar esta clase de “criolladas” por parte de empresarios que invierten para efectuar esta clase de construcciones.

De antemano, a la grave infracción de haber construido sin autorización, la empresa contratista incurre en otra grave falta cuando se le descubre, con este lamentable accidente, que está realizando trabajos, es decir, continua con la obra a pesar de existir una orden de paralización por parte de la autoridad, un hecho que califica su accionar y que la expone a una grave sanción no solo en la vía administrativa.

Y es que, lamentablemente, existen empresarios que suelen sacarle la vuelta a la ley de muchas maneras, no cumplen con las normas y ante las sanciones de la autoridad edil disponen que sus obreros continúen trabajando de manera solapada, de forma interna sin que se genere alguna muestra de movimientos que haga sospechar a los inspectores, apelan a los trabajos nocturnos o los días no hábiles y feriados.

Esto es lo que ha ocurrido con esta edificación que estando con orden de paralización, ha continuado realizando trabajos y ha permitido que un joven obrero pierda la vida en estas circunstancias, por lo que asumimos que no solo la autoridad edil está elaborando una resolución de sanción drástica sino que las autoridades judiciales deben estar evaluando las denuncias pertinentes porque estos hechos involucran un accionar doloso y temerario.

Es un típico caso de negligencia inexcusable, es decir, que la falta responde a un accionar temerario, negligente y descuidado que no admite excusa de ninguna clase, en otras palabras, una falta gravísima frente a la cual corresponde a las autoridades tomar medidas categóricas y contundentes para hacer respetar sus fueros.

Ya en el accionar de los municipios se observa una serie de liberalidades en lo que concierne al desempeño de los establecimientos comerciales, por ejemplo, en el caso de los locales nocturnos la cosa es patética, hace solo unos días un funcionario ha admitido que ninguno de estos locales cuenta en el distrito de Nuevo Chimbote con los sistemas de acústica que son imprescindibles en aquellas actividades que implica la propalación de ruidos y música a alto volumen.

Lo que no se entiende es como siguen funcionando estos establecimientos si están incumpliendo la norma. Es una cuestión de disciplina funcional, de hacer respetar el principio de autoridad, cuando exista voluntad de hacer cumplir la norma y cuando desaparezca el contubernio y la componenda, el arreglo bajo la mesa para la entrega de licencias y autorizaciones, allí se podrá recién apreciar la labor de la autoridad.

Como ello no ocurre, nos encontramos con casos fatídicos como el ocurrido con el joven obrero Anderson Espinoza Huamán, quien ha perdido la vida de manera trágica y como consecuencia de una negligencia inexcusable que, nos imaginamos, a alguien se deberá imputar y por la que alguien tendrá que responder. Esperemos que a la hora de sancionar tampoco se hagan los suecos.