Editorial

Editorial: ::: EL TURNO DE LA CONCESIÓN :::

Dos importantes noticias han sorprendido a los chimbotanos en esta última semana y que guardan relación con el futuro de los terminales marítimo y aéreo de nuestra ciudad, cuya realidad es conocida por todos por su atraso y postergación, al extremo que sus servicios son sumamente limitados.

En el primer caso, el gerente de la autoridad portuaria regional de Ancash, Jorge Manchego Rendón, confirmó a la prensa que en este momento se encuentra en evaluación una propuesta técnica para la concesión del Terminal Portuario de Chimbote presentada por una transnacional danesa que pretende tomar la administración de las instalaciones de lo que fue la desaparecida Enapu Perú.

La propuesta plantea una concesión por el plazo de 30 años y con una inversión garantizada de 240 millones de dólares que se inyectarán para la mejora de sus instalaciones y para la instalación de equipos modernos para la prestación de los servicios portuarios.

El funcionario ha manifestado que, conforme al procedimiento, la propuesta ha sido materia de observación por parte de los técnicos de la Autoridad Portuaria Regional de Áncash y luego que ellas fueran levantadas por la compañía Micheport, se podrá analizar si conviene a los intereses de la entidad portuaria.

En caso esta propuesta resulte atractiva a este nivel, será remitida con el informe respectivo al Gobierno regional de Ancash, en donde tanto el ejecutivo regional como el consejo regional deberán tomar una decisión para autorizar la concesión o no.

Paralelamente a esta noticia, llegó otra pero del Gobierno Central, una relacionada al anuncio que ha formulado el Ministro de Transporte Bruno Giuffra Monteverde en el sentido que se pretende incorporar en el tercer paquete de modernización de terminales portuarios al Aeropuerto de Chimbote.

El Ministro ha señalado que vienen apuntalando el proceso de concesión como herramienta eficaz para promover una mejor infraestructura en los aeropuertos de todo el país, por ello han incorporado ocho terminales que serán sometidos a este procedimiento.

La concesión implica la entrega de la administración de los aeropuertos que pertenecen al gobierno a cambio de una importante inversión en la mejora de instalaciones y en la provisión de equipos, una inyección de capital que no está al alcance del Ejecutivo por las demandas que debe atender en todo el país, de allí que se permite que empresas especializadas en el manejo de terminales aeroportuarios ingresen al país con capitales que se encuentren en condiciones de mejorar la prestación de estos servicios.

Por ello es que las informaciones que han llegado tanto de la autoridad portuaria regional como del Gobierno Central y que tienen relación con los terminales aéreos y de navegación de nuestra ciudad son sumamente importantes.

Especialmente la que tiene que ver con el Terminal Portuario en la medida que Chimbote fue considerado en determinado momento como primer puerto pesquero del mundo, su tráfico comercial ha sido sumamente importante en el pasado y en la actualidad debe atender el tránsito de buques de gran calado que requieren embarcar y desembarcar productos diversos, especialmente harina de pescado.

Lamentablemente, muchos de estos servicios se pierden porque las instalaciones del terminal Portuario siguen siendo las mismas desde hace décadas, primero el gobierno central no invirtió nada en este aspecto cuando estuvo en manos de Enapu Perú, y, luego, el gobierno regional ha hecho menos por la mejora de los servicios portuarios en la medida que cayó en manos de vendedores de humo y de politiqueros que hicieron del populismo una herramienta que solo lo ha condenado al ostracismo.

No podemos olvidar que el ex presidente regional César Álvarez Aguilar llegó al extremo de ofrecer un “Megapuerto” en Chimbote, cuando ni siquiera tenía la menor idea de lo que involucraba una propuesta de este tipo, cuando ni siquiera contaba con un estudio o perfil de lo que realmente quiere el puerto de Chimbote, cuando no existía estudio de costos o mercados como para pensar en algo así.

No podemos olvidar hasta el momento como el encarcelado ex titular de la región hizo un tremendo papelón en un programa especializado en economía de la televisión cuando lo interrogaron respecto a su propuesta del “megapuerto”, fue virtualmente ridiculizado por gente que conoce estos temas y que entendían que era un populista más en este aspecto.

Inclusive, los chimbotanos no podemos olvidar que en alguna oportunidad se fue con sus camarógrafos hasta el Terminal Portuario del Callao y lo enfocaban junto a los equipos de última generación en lo que se refiere a patio de contenedores, a equipos de transporte, grúas etc., y decía, muy suelto de huesos, “estos mismos equipos vamos a llevar a Chimbote, vamos a modernizar nuestro puerto”, en un rapto de fanfarronería.

Claro todo eso formaba parte solo de la acostumbrada extravagancia a la que tenía a acostumbrado a un sector de la población que le depositó su confianza a pesar de las denuncias y destape de corrupción que se hacían casi a diario en la época de la denominada red de corrupción, por lo que aquellos anuncios caían en ese mismo saco.

La desgracia para Chimbote fue la transferencia exigida por Álvarez del Terminal Portuario a favor de la Región, cuando tenía la condición de puerto nacional y con esa categoría quizás se habría alcanzado una inversión millonaria y al alcance de lo que requiere una infraestructura portuaria.

Afortunadamente, eso ya es cosa del pasado, los chimbotanos hemos dado la vuelta a esa triste página de la historia política de la provincia y tenemos que mirar al futuro con optimismo, por lo menos con estos anuncios de la concesión de los dos terminales de nuestra ciudad que redundaría en un beneficio incuestionable para el desarrollo y progreso de dos sectores postergados de la economía de nuestra ciudad.

Lo que no se puede perder de vista es la necesidad de apuntalar estas propuestas, de demandar permanentemente a las instancias que las gestionan que se finiquiten los procesos y que se traduzcan en inversiones efectivas a nuestro favor.