Editorial

DESAFIANTE PERVERSIÓN

No sabemos qué es lo que puede estar pasando cuando advertimos que los esfuerzos que realizan las autoridades por proteger a los menores de la violencia sexual no rinden resultados y cuando sujetos despiadados no temen ser encarcelados de por vida y siguen cometiendo esos abusos execrables a pesar que la justicia viene aplicando penas máximas para esta clase de delitos.

Y es que basta revisar el archivo periodístico de los últimos días para darnos cuenta que la acción demencial de estos pervertidos no tiene límite, siguen actuando y desgraciando la vida y el futuro de cientos de menores y no tienen reparos en las penas drásticas que llegan hasta la cadena perpetua.

El primer caso fue de un mototaxista que ultrajó a su hijastra en el Cementerio de Huarmey al cual llevó a la menor con engaños, amenazándola para que luego no le comente nada a su madre que era su conviviente, hecho que, como era de suponerse, ha sido negado a los cuatro vientos por el agresor.

Sin embargo, en este caso el sujeto no contaba con un audio que grabó la madre de la menor cuando habia llamado al celular de su conviviente justo en el momento que están sometiendo a su hija y el teléfono de activó, consiguiendo escuchar los gritos desesperados de aquellas y por ello denunció de inmediato a quien era su pareja.

A este sujeto le han aplicado la pena de cadena perpetua, es decir, permanecerá el resto de su vida en el presidio de Cambio Puente, incluso, el fallo corresponde a la sentencia de vista de la Sala Penal de Apelaciones de la Corte del Santa, por lo que una impugnación solo puede obtenerse a través de un largo procedimiento de queja.

En otro proceso penal, también la semana pasada, un docente ha sido condenado a 35 años de carcelería tras ser hallado responsable de haber ultrajado a su alumna de solo 12 años de edad, hecho registrado en el distrito de Tauca, provincia de Pallasca, en donde el docente fue descubierto luego de mostrarse públicamente jaloneando y empujando a la niña y tras el reconocimiento médico legal ella confesó como la sometía su maestro.

En este caso la sentencia corresponde también a la Sala Penal de Apelaciones que ha corroborado las pruebas actuadas por el Juzgado Penal Colegiado y ha llegado a la conclusión que el sujeto se aprovechó de su cargo y condición para abusar de la menor.

0tro fallo ha sido expedido la semana pasada por el Juzgado Colegiado de la Corte del Santa en contra de otro docente que realizaba tocamientos lujuriosos a sus alumnos en un colegio de P.J. El Porvenir. A este sujeto los magistrados le aplicaron 20 años de cárcel efectiva, por lo que es posible que la defensa técnica haya apelado y la Sala podría incrementarle la pena por existir un agravante en la relación de docente a alumno.

Justamente, este escenario del incremento de una pena se ha observado en otra carpeta fiscal que llegó a la Sala Penal de Apelaciones con la condena de 6 años de carcelería contra un sujeto que realizaba tocamientos indebidos a su cuñado de apenas 12 años de edad, impugnación que le resultó perjudicial en la medida que la instancia superior no solo ha confirmado la sentencia sino que ha incrementado la pena a 8 años de carcelería.

Finalmente, un Juzgado de Investigación Preparatoria ha revisado el caso de un mototaxista que con engaños se llevó a una menor de edad hasta los arenales de los poblados del cono sur y abusó sexualmente de ella a la cual pretendió silenciarla con amenazas pero no consiguió su objetivo.

Este sujeto ha merecido una medida restrictiva de prisión preventiva de 9 meses, sin embargo si se tiene en cuenta que ha abusado de una niña de solo 9 años de edad, es evidente que recibirá una condena de cadena perpetua.

Pero el caso más indignante y execrable es que el que se ha registrado el último fin de semana en un poblado de la provincia de Pomabamba, en la sierra de nuestra región, en donde la Policía y el Ministerio Público detuvieron a un sujeto que había llevado junto a su esposa a su bebé recién nacida por presentar una hemorragia vaginal.

Apenas el personal asistencial auscultó a la niña y verificó que su estado era sumamente delicado, pusieron en conocimiento estos hechos a la Policía Nacional que detuvo a la pareja de esposos para que expliquen cómo es que su hija recién nacida presenta huellas de haber sido ultrajada.

Solo en ese momento las autoridades advirtieron que los propios padres eran los responsables de este hecho y alguno estaba encubriendo al otro, siendo esta la madre que sabía que su pareja era el responsable de lo que le sucedía a la niña y no dijo absolutamente nada, aparentemente atemorizada con lo que pueda sucederles posteriormente.

Lo cierto es que el interrogatorio de la Policía ha permitido que el sujeto admita su delito aun  cuando afirma que solo le llegó a meter un dedo a las minúsculas partes íntimas a la bebé, una evasiva que evidentemente trata de sacudirlo de una responsabilidad mayor y por ello solo se ha tomado como argumento de defensa en la medida que los cargos por ultraje se mantienen y los agentes creen que el sujeto realmente violó a su pequeña hija.

Si esto es así pondría de manifiesto un estado de depravación que no tiene antecedente alguno y que ni siquiera le permitiría a los magistrados medir el grado de brutalidad como para poder aplicarle la pena que le corresponde, quizás en otros regímenes solo le cabria a este sujeto la pena de castración o la pena de muerte y es que su accionar pone de manifiesto una grave desviación de su conducta sexual.

Estamos confiados en que la justicia sancionará finalmente a esta gente enferma con la pena que le corresponde, lo que no puede dejar de preocupar a nadie es la ligereza y la audacia con la que actúan estos maleantes, sin temor alguno a una sanción drástica u contundente, sin escarmiento frente a los precedentes   judiciales, es una suerte de Desafiante Perversión que merece ser castigada ya con penas más graves y contundentes. De ello no nos cabe la menor duda.