Parecía que las cosas se habían invertido, que los malos se habían convertido en buenos y viceversa, esa es la impresión que se llevaron los pocos reporteros que cubren informaciones el fin de semana cuando se encontraron con un Sub Oficial Superior de la Policía Nacional siendo conducido por sus propios colegas, enmarrocado, a un calabozo atendiendo a la orden emanada del Poder Judicial.
No se trataba de una celada y menos de un efectivo policial cualquiera, estábamos nada menos que ante el Sub Oficial Brigadier Fernando Trujillo Osorio, quien presta servicios entre Chimbote y Casma, uno de los efectivos policiales reconocido en los medios de comunicación por su accionar probactivo en la lucha contra la delincuencia y promotor de importantes capturas en los últimos años.
Como entonces un efectivo policial con un gran respaldo funcional y un importante récord en la lucha contra la delincuencia resultaba de pronto en el otro lado de la vereda y confundido con aquellos delincuentes a los que con tanto ahínco persiguió, a muchos de los cuales puso a buen recaudo?
Ocurre que en la investigación a la mafia de “Los Pistoleros de Casma” la Fiscalía del Crimen Organizado ha hallado entre las especies incautadas a uno de los detenidos un voucher que contiene un depósito realizado en la cuenta personal del Sub Oficial Fernando Trujillo Osorio, el mismo que responde presuntamente a un pago realizado en favor del efectivo policial, lo que contradice su labor de persecutor del delito.
Paralelamente a este voucher, tal como se ha informado el fin de semana, también se ha considerado la declaración proporcionada por un colaborador eficaz, quien habría sindicado al mencionado Sub Oficial como un elemento que, al margen de su función, se ha coludido con algunos delincuentes a efectos de sacarles dinero.
En realidad se trata de acusaciones sumamente delicadas y que deberían tomarse con pinzas en la medida que los promotores de estas imputaciones son gente ligada a la delincuencia, son presuntos miembros de una mafia que se ha visto descubierta en un reciente megaoperativo en el que se ha llegado a detener a 19 de sus integrantes, por lo que bien se podría pensar que lo único que los ánima es un móvil de venganza.
Ello porque es muy fácil fabricar esta clase de pruebas, apenas se necesita conocer los números de cuentas de quienes están en la actividad policial y se hace el empoce a efectos de generar dudas en su accionar, lo que bien podría haber ocurrido en este caso, tal como lo asevera el propio efectivo policial cuando fue entrevistado mientras era conducido a los calabozos.
Tiene entonces 15 días el Fiscal Provincial de crimen Organizado Franco Alzamora para evaluar esta situación y deslindar una presunta responsabilidad del custodio, ha sido este el gran argumento que ha sostenido ante el Juez de la causa para demandar que le dicten detención preliminar a efectos de verificar si tiene algo que ver con esta mafia.
De allí que la pregunta que nos invade de inmediato es si realmente era necesaria una orden de detención preliminar para investigar al efectivo policial o si es el que el fiscal pudo sobrellevar esta pesquisa sin necesidad de enturbiar la trayectoria del referido custodio.
No se puede soslayar que una mafia es un gremio de delincuentes que busca la manera de afianzar su accionar delincuencial a cualquier precio, apelando a toda clase de triquiñuelas, no solo por intermedio de la amenaza o la advertencia sino actuando de manera sucia y sagaz, pretendiendo generar confusión y atacando a quienes de una u otra manera son los que los exponen ante las autoridades y capturan a sus miembros por los delitos que ellos cometen.
De allí que las autoridades judiciales han debido ponderar el impacto de una medida como la que han dictado, es decir, lo que se tiene que impedir es diezmar el aparato persecutor de la Policía y el Ministerio Público a expensas de una mafia que es capaz de todo para perjudicar a quienes se ponen en su camino, entre ellos la probabilidad de fabricar pruebas con la finalidad de torcer groseramente una investigación.
En tal sentido, a los medios de comunicación no se les podrá mentir respecto al record funcional del Sub Oficial Fernando Trujillo pues ha tomado parte de las muchas capturas que ha conseguido y de los éxitos que ha logrado en su accionar en nombre de su institución.
La captura de “Los Encapuchados de Casma” es uno de estos ejemplos, se trataba de otra organización similar a los “Pistoleros de Casma” que tomaron parte en el crimen del alcalde de esa vecina provincia José Montalbán Macedo y en el asesinato de la abogada Milagros Aponte Roque.
De la misma manera, el mencionado Sub Oficial fue uno de los artífices en la identificación de la autora intelectual del crimen del comerciante Raúl Cobeñas hace unos años en Casma, poniendo a la cuñada a disposición de las autoridades por entonces a pesar que en esa oportunidad no la detuvieron y solo después de años se entregó a la justicia.
Así como esos fueron muchos los casos en los que el mencionado custodio ha tomado parte en la persecución del delito, inclusive, no solo ha recibido amenazas contra su vida, sino que ha merecido el reconocimiento de sus superiores, tal como quedaron sellados en los archivos periodísticos de años pasados.
Por ello es que llama la atención que haya sido colocado en la misma jaula de la delincuencia organizada, que haya sido confundido como uno de los mafiosos cuando lo que debió hacerse es profundizar la pesquisa de un voucher que puede haber sido promovido de ex profeso para generar la duda respecto al accionar del efectivo policial.
Habrá que esperar el término de la investigación y el pronunciamiento del Fiscal, queremos que sea un error, que se confirme que todo esto no sea sino parte de una movida delincuencial de la mafia que trata de sacarse del camino a quienes han sometido constantemente sus actividades ilícitas, por lo menos quienes conocemos el accionar funcional del Sub oficial Fernando Trujillo no creemos que pueda ensuciar su trayectoria por una bagatela de la mafia.