Jugadores solo deben tener en su cabeza el partido del domingo:
Concentración al máximo es lo que ha dispuesto el profesor Roberto Arrelucea Aizanoa para todo el plantel, de cara al encuentro de vuelta ante Unión San Martin donde el cuadro de José Gálvez necesita remontar el 2 a 0 en contra de la ida.
Al culminar el entrenamiento de ayer en la tarde, en el complejo deportivo El Drenaje, los jugadores se dirigieron al hotel donde quedaron concentrados hasta el día del partido.
Así lo dispuso el comando técnico galvista, quien ha pedido del entrenador, los dirigentes accedieron a la petición y no escatimaron esfuerzos para cumplir y darle lo mejor al equipo del pueblo.
Las concentraciones en este proceso han sido una constante en este proceso desde que llegó el profesor Arrelucea, y hasta ahora les ha ido bien, esperemos que ahora no sea la excepción y se pueda conseguir el objetivo de llegar a los cuartos de final de la Etapa Nacional.
El equipo entrenó ayer en doble turno, por la mañana trabajaron en el estadio San Bartolo de Santa y por la tarde entrenaron en el complejo deportivo El Drenaje, y hoy estarían entrenando en el estadio Centenario “Manuel Rivera Sánchez” en un solo turno.
El plantel continúa con algunos lesionados, como el delantero Sebastián Orihuela quien ayer no entrenó con normalidad y tuvo que ser tratado por el fisioterapeuta Fernando Baltodano quien indicó que el atacante de la franja, continúa padeciendo de un esguince en el tobillo del pie derecho y se espera que hoy pueda trabajar con el grupo.
Quien no asistió ayer fue el volante Piero Chávez, y se espera que hoy jueves pueda asistir y trabaje y pueda estar a disposición del comando técnico para el choque dominical.
De acuerdo a lo que se pudo ver ayer en el entrenamiento matutino, los jugadores deberán concentrarse mucho más en las órdenes del entrenador, quien en reiteradas ocasiones tuvo que alzar la voz para que sus dirigidos pueda entender y cumplir a cabalidad los ejercicios.
La molestia en el profesor Arrelucea era evidente, pues sus pupilos parecían no entender las órdenes, visiblemente desconcentrados, complicándose al intentar hacer algo diferente a lo que el entrenador pedía o buscaba con cada ejercicio, algo que no debe suceder ni ahora, ni mucho menos el domingo donde está prohibido fallar.
La última parte del entrenamiento sirvió para darle por lo menos un poco de tranquilidad al profesor, quien sintió que en el final, sus pupilos parecían haber entendido el mensaje, esperemos que la lucidez se extienda hasta el domingo y puedan continuar aplicados en las indicaciones del profesor y tengan mejor criterio para manejar el juego.