Editorial

Editorial: ::: CEMENTERIO PÚBLICO :::

Los medios de comunicación no pudieron dejar de destacar la semana pasada el trágico accidente provocado por un trayler de carga pesada cuyo chofer no se percató de la presencia de una septuagenaria que esperaba cruzar la avenida Megiss y la aplastó provocándole una muerte instantánea.

La imagen de este accidente era terrible en la medida que el chofer solo se detuvo cuando los transeúntes que se habían percatado que la mujer había sido aplastada por las llantas traseras, lanzaron gritos desgarradores y pedían desesperadamente al chofer que se detenga en la equivocada idea que la víctima podrá estar aún con vida.

Este accidente ocurrió en la avenida Meiggs, a solo unas cuadras del lugar en donde hace solo unos meses fue atropellado de muerte un motociclista que se confió en la fluidez del tráfico de un día domingo y no calculó que un desprevenido chofer cruzara la pista sin percatarse de su presencia preferencial en esta vía.

Como el de la mujer, las consecuencias fueron fatales, la sangre se derramó inmediatamente por esta vía y una nueva víctima se sumaba a la ya larguísima lista de accidentes con consecuencias fatales en esta importante vía de Chimbote.

Así como la avenida Pardo, la avenida Enrique Meiggs es escenario constante de gravísimos accidentes que han enlutado muchos hogares, no solo ahora que cuenta con doble vía y una mejor iluminación, sino desde mucho antes cuando el asfaltado era compartido por el tráfico de doble sentido y era mucho mas peligroso no solo conducir vehículos sino cruzar las calles.

Quizás esto ultimo resulte siendo una de los factores que se repiten en la mayoría de accidentes en estas dos calles, tanto en la avenida Pardo como en la avenida Meiggs, de allí que la propia estructura de las dos vías la convierte en una zona sumamente peligrosa y si ello es así corresponde a la autoridad municipal tomar las medidas de prevención que resulten necesarias.

Hay que tener en cuenta que las dos vías han sido rehabilitadas en los últimos años, la avenida Meiggs por parte de PROVIAS del Ministerio de Transporte y la avenida Pardo con la cuestionada obra del gobierno regional que la colocó como un extenso carril atractivo para los choferes a los que les pesa el pié y hunden el acelerador para ganar velocidad.

Es entonces en donde debe aparecer la autoridad para tomar correctivos, lo más prudente es semaforizar las calles instalando semáforos cada cierto tramo, de tal suerte que se mitiguen las imprudencias de quienes gustan manejar a velocidad. La luz roja ha sido siempre un paliativo en estos escenarios.

Pero además de ello, se deberían colocar rompemuelles, no solo aquellos tradicionales que encontramos en todas las avenidas, sino cruceros peatonales, que son una suerte de rompemuelles de gran tamaño y que sirven para el paso preferencial de los peatones, los cuales se colocan en tramos más extensos.

Esto no quiere decir que las calles deben ser impregnadas de rompemuelles para infortunio de los choferes que estiman que esta clase de obstáculos genera deterioro en sus vehículos, lo que se quiere es que se eviten los accidentes de tránsito y todos ellos llevan el símbolo de la velocidad y la imprudencia en sus causales, por lo tanto, se tienen que adoptar todas las medidas que resulten necesarias así resulten incómodas para algún sector, lo que se tiene que preponderar en estos casos es la integridad y la vida de las personas.

En los últimos meses los medios de comunicación hemos seguido de cerca la desazón de los vecinos y los comerciantes de la zona que son constantemente testigos de esta clase de muertes lamentables y han llegado a realizar acciones de protesta a través de marchas y plantones para exigir de las autoridades que se extremen las medidas de seguridad en estas dos calles, que se proteja a las personas.

Cierto es que existen algunos casos en los cuales las víctimas resultan los factores contributivos de estos accidentes, como aquellos que han protagonizado beodos que han cruzado de manera imprudente la vía y en estos casos no hay mucho que decir, por el contrario, lo que estamos abogando son por los peatones que son víctimas de los locos del volante, especialmente los niños y ancianos que no miden el peligro cuando cruzan las calles sin compañía alguna.

Por ejemplo, en el último accidente en el que la víctima tenía 79 años de edad, muchos consideran que estas personas de la tercera edad ya no deberían desplazarse solas por las calles, requieren necesariamente de una compañía que las guíe y les avise los momentos oportunos en el que se deben cruzar la calles, tanto ellas como los niños no miden el peligro y por ello son fáciles víctimas de los choferes desprevenidos.

Por ello es que los pobladores han reiterado su pedido a través de memoriales y con acciones de protesta en la vía pública para que las autoridades tomen las medidas del caso, no basta con la instalación de uno o dos semáforos, lo que se requiere es un estudio en el que se identifiquen los lugares más peligrosos de estas dos calles, no solo con las estadísticas de los accidentes ya registrados con antelación sino mediante la observación en el comportamiento de los choferes.

Quienes son responsables de la política del tránsito vehicular deben trabajar con esta información, ella es imprescindible porque es evidente que de las 37 o 40 cuadras que tienen la avenida Pardo y la avenida Meiggs, no todas ellas resulta una trampa mortal, por el contrario, existen algunos tramos más tranquilos.

Creemos que la alcaldesa provincial no debe seguir esperando que se registren mas accidentes con muertes en estas dos arterias principales de la ciudad para tomar medidas, debe reclamar a los funcionarios del área responsable que presenten planes de acción para detener esta mala racha de accidentes y llevar los acuerdos al pleno municipal para que se sancionen los proyectos que requiere esta prevención. No hacerlo solo equivale a permitir que estas vías se conviertan en cementerios públicos, en donde la gente muere por las mismas razones y ello a nadie parece sorprenderle, eso no está bien.