Editorial

EDITORIAL ::TRASLADO A REGAÑADIENTES::

La alcaldesa Victoria Espinoza García, anunció con singular satisfacción, el inicio de los trabajos de traslado de la garita de Peaje de Besique del lugar en donde se hallaba, frente a las pampas de Atahualpa, hacia el Km. 402 de la carretera Panamericana Norte, en el límite de las provincias de Santa y Casma.

La burgomaestre había recibido la información de los representantes del consorcio español OHL quienes deberían haber reiniciado este trabajo hace muchos meses atrás, empero, como “no hay mal que dure cien años”, por fin iniciaron este cometido la semana pasada aunque, ciertamente, a regañadientes.

Ello porque este traslado forma parte de una conquista el pueblo chimbotano que reclamó en las calles, junto a sus autoridades en pleno, la necesidad de terminar con el abuso de cobrar un peaje en los distritos de una misma provincia, estableciendo un pago a quien tiene que salir de San Jacinto para laborar en Chimbote, lo cual es injusto.

Esta protesta se inició hace más de un año atrás, cuando la sociedad civil se vio sorprendida con el reinicio en el cobro del peaje que había sido suspendido por los reclamos de la población que advertía que se le estaba imponiendo una suerte de “cupo” en la medida que el convenio con el estado ya comenzaba a demandar el pago como parte de la ejecución de la autopista del norte.

Sin embargo, esta labor de rehabilitación y mejora de la carretera Panamericana Norte, en la cual están estableciendo una doble vía con tres carriles en cada lado, no había avanzado un solo metro en nuestra provincia, los trabajos llegaron hasta la vecina provincia de Casma, por un lado, y hasta la Libertad por el otro lado.

Entonces, la provincia del Santa no tenía por qué pagar por un proyecto que no se había siquiera iniciado, razón por la cual demandó con el diálogo, primero y las manifestaciones en las calles luego, que se suspenda el cobro del peaje por ser abusivo en lo que concierne a la provincia del santa, con el agravante que se condenaba a las poblaciones de los distritos de Samanco, Moro, Nepeña y Jimbe a tener que pagar para llegar y regresar de Chimbote.

Por ello es que la segunda parte de esta protesta radicaba en el hecho que si no se podía pedir un pago a poblaciones de una misma jurisdicción menos se le podía imponer un cobro cuando no han recibido beneficio alguno puesto que el consorcio español no solo no ha ejecutado la autopista en nuestra provincia sino que tampoco le ha otorgado mantenimiento a un solo metro cuadrado de asfalto como para pretender exigir un pago por mejoramiento de las vías.

La protesta de la comunidad chimbotana, pese al acostumbrado recelo e indolencia de los altos cielos burocráticos del país, tuvo finalmente acogida en el Ministerio de Transportes y se consideró el reclamo como válido, por lo que se exhortó al consorcio español a modificar la ubicación de su caseta a efectos que tampoco, como concesionario de un proyecto de gran envergadura, se afecte por el cobro a quienes si son ya los beneficiarios de este trabajo, como los usuarios de la provincia de Casma.

En ese sentido se llega a un consenso para que la caseta se traslade a los límites de las provincias de Santa y Casma, de esa manera se garantizaba que los pobladores de Chimbote y los distritos de la provincia del Santa no tengan que pagar por un servicio que aún no reciben y que los conductores que siendo de Chimbote necesitan llegar a Casma deben cancelar la contribución porque en ese caso ya les corresponde.

Sin embargo, a pesar que las cosas estuvieron bastante claras desde un  primer momento, pese a que esta demanda colisionó con otra que se realizó en el cono norte de Lima, en donde pobladores protestaron por una situación similar que les exigía pagar por el solo hecho de salir de sus casas, las autoridades ministeriales y los empresarios españoles dilataron esta medida, la aceptaron muchos meses después y no la implementaron sino hasta la semana pasada, cuando ya se comenzó a realizar los trabajos de instalaciones y transporte de todos los implementos de la caseta que se estableció en la zona de Atahualpa.

Lamentablemente, se percibe fácilmente la incomodidad de los empresarios españoles para ejecutar esta medida, seguramente se acostumbraron a cobrar en la garita de Atahualpa y no desean efectuar una nueva inversión para concretar este traslado.

Por ello se entiende, por ejemplo, el maltrato que le infligieron a un periodista de Chimbote cuando llegó hasta la garita de peaje con la finalidad de informar sobre este traslado, con la creencia que los representantes de OHL estaban dispuestos a prestar declaraciones o mostrar sus nuevas instalaciones, tanto así que la emprendieron con violencia contra el hombre de prensa y le averiaron su cámara filmadora para impedir que registre imágenes.

Quien reacciona de esta manera es porque, definitivamente no está conforme o porque trata de ocultar algo o sencillamente porque no está en sus cabales, una actitud poco seria y profesional, una actitud no solo cobarde sino que no se condice con la posición que debe mantener un extranjero con el país que lo recibe con los brazos abiertos y, esencialmente, que le da la oportunidad de trabajar, crecer y desarrollarse.

Es una lástima que empresas del nivel de los grandes emporios como OHL cuente con funcionarios o superintendentes que procedan de esta manera, que apelen a la violencia y, lamentablemente, que maltraten a quienes le dan la oportunidad de ser alguien en esta faz de la tierra, es algo así como aquel que muerde la mano a quien lo ha ayudado.

Esperemos que este lamentable capítulo quede como un hecho aislado y que la respuesta de la empresa española resulte otra en adelante, más aun cuando el traslado de la garita de peaje es solo un gesto y una parte de las obligaciones del consorcio, pues su obligación principal y estelar es la ejecución de la Vía de Evitamiento, un anhelado proyecto que se va dilatando exageradamente a pesar que hace dos años atrás le pusieron la primera piedra. Ansiamos que este gran y segundo paso se concrete lo más pronto posible.