Editorial

Editorial: ::: EL MENSAJE DE DIOS :::

Hoy sábado, a solo 130 kilómetros de nuestro Puerto llegará el Papa Francisco, quien arriba a la ciudad de Trujillo para compartir con los peruanos una visita esperanzadora y en la que el universo católico de nuestro país espera escuchar la palabra amigable e inteligente del Jefe de la Iglesia.

El cardenal Jorge Mario Bergoglio, en un religioso argentino que hace cinco años asumió el Pontificado y que ha sabido colocar la imagen de la Iglesia en el verdadero lugar que debería tener, aquel en el que el Ministerio religioso se convierte en la mano amiga y solidaria de quienes abrazan a Dios.

El papa argentino ha deslindado la posición de la Iglesia contra aquellos sacerdotes que han traicionado el llamado de Dios y han abusado de cientos de niños aprovechando la poción que les entregó la Iglesia, pisoteando la investidura que se le entregó para saciar apetitos sexuales que lo único que han conseguido es la repulsa mundial.

El Papa ha sido claro cuando ha hablado de estos temas que muchos pensaban no tocaría, empero, desde antes que llegara al Perú, estando en el vecino país de Chile ha expresado ya la vergüenza que siente cuando se presentan esta clase de cuadros repudiables que ponen en entredicho la plausible y loable labor que desarrollan los religiosos en el mundo.

Justamente, esa voz franca y solidaria es la que ha conseguido que miles de fieles tengan la más absoluta y plena confianza en la palabra de un hombre que se ha entregado a la religión y lo hace con una sabiduría sorprendente a tal extremo que es lo suficientemente capaz como para conducir el rebaño de Dios.

Y esa palabra exacta y diáfana, amigable y responsable es la que ha generado una masiva expectativa en la población peruana que, tal como en alguna oportunidad lo hizo con el llamado Papa peregrino, Juan Pablo II, tiene una enorme expectativa por escuchar a Francisco y le reserva un multitudinario recibimiento en las tres ciudades hasta donde se desplazará., Puerto Maldonado, Trujillo y la capital de la república.

Y es que un hombre inteligente como el Papa no necesita llegar a un país para que le cuenten como están las cosas, es un hombre culto y enterado, sabe la grave crisis que afronta el país por los desvaríos de la política, conoce de los estragos que sufrieron muchas ciudades del norte del pais a consecuencia del fenómeno del Niño Costero y por ello llega hoy a Trujillo, es consciente de las dificultades económicas que arrastran los peruanos como secuela de una pronunciada recesión y entiende que el pueblo peruano es fervientemente católico, que cuenta con varios santos a los cuales se venera con devoción.

Por ello es que todos esperamos escucharlo hoy en la ciudad de Trujillo, hasta allá seguramente llegarán miles de Chimbotanos ávidos de recibir las enseñanzas del representante de Dios, aquellas sabias homilías en las que seguramente planteará las bases de una verdadera reconciliación en el país, de la necesidad de recuperar el dialogo y la paz en todos los campos de nuestra vida cotidiana.

De allí es que el día de hoy muchos queremos estar al lado de su Santidad, escuchar su voz conciliadora, su mensaje de paz y amor, el país necesita mucho de un hombre tan inteligente como el Papa Francisco, la misma situación en la que vivimos nos hace depositarios de sus enseñanzas y he allí la razón para estar hoy atentos a su alocución.

En un mundo actual en donde la intolerancia ha ganado mucho terreno, en donde los valores se han visto pisoteados por los vicios y la corrupción, en un país en donde existen dos ex jefes de estado presos y otro prófugo de la justicia, en un país que se ha visto envuelto por el escándalo de una empresa que ha corrompido a la clase política de todo el continente como es el caso de la transnacional Odebrecht, hoy necesitamos mucho de los consejos de nuestro gran pastor, de su palabra evangelizadora y esencialmente de colocarnos siempre en el camino de dios.

Alguien nos preguntaba ayer porque se espera tanto al Papa Francisco, es que acaso traerá noticias, traerá dinero para solucionar nuestros problemas, la respuesta es evidente negativa, el Papa no cuenta con una varita mágica para ir solucionando todos los problemnas en el mundo, sin embargo, lo que si nos trae es un mensaje conciliador, nos trae sugerencias y nos interpreta las cosas para que los peruanos podamos salir adelante siempre de la mano de nuestra fe y nuestra devoción a Dios. Bienvenido Papa Francisco.

PREOCUPANTE SITUACIÓN

El responsable de la Vigilancia y control de vectores de la red de Salud Pacifico Norte, biólogo Jorge Ayasta Llenque, ha revelado la semana pasada que el año pasado no consiguieron inspeccionar y verificar el 45% de las viviendas con la finalidad de comprobar si existe o no la presencia del vector del dengue.

El mencionado profesional advirtió de esta manera una de las principales falencias que existe en el proceso de lucha contra este mal que se afianza nuevamente en estos meses en la medida que la temporada de verano y el incremento de la temperatura permite que proliferen los insectos entre los cuales aparece el vector del dengue.

Y es que la abatización, como se conoce a este procedimiento de inspección y colocación de larvicidas que permiten eliminar los huevecillos del vector, es la primera etapa de la lucha contra el dengue, es la antesala a la fumigación que solo se aplica cuando se presentan situaciones extremas de portadores de este mal.

En ese sentido, explicó que espera que a diferencia de lo que ocurrió el 2017, este año encuentren mayor colaboración por parte de la población, más aun si se tiene en cuenta que el año pasado se reportaron 947 casos confirmados de dengue en la jurisdicción de la Red Pacífico Norte, de los cuales 566 correspondieron a Chimbote, 365 al distrito de Coishco y 16 al distrito de Santa.

De allí que si se quiere bajar esta estadística la población tiene que colaborar, debe permitir la intervención de los abatizadores, hay que abrir las puertas a quienes están preparados para hacer frente a estas enfermedades, de lo contrario, tendrán que sufrir las consecuencias de un posible brote de la enfermedad que puede generar serios estragos en la salud de las familias. Guerra avisada.