Editorial

EDITORIAL :: UN PASO ATRÁS ::

Hace unos años los dirigentes de la sociedad civil de Chimbote plantearon la creación de una autoridad autónoma o la transferencia del Proyecto especial Chinecas al instituto Nacional de Desarrollo, es decir al poder ejecutivo, como una alternativa para rescatarlo de las manos corrompidas bajo las cuales se encontraba.

Era un pedido ciertamente desesperado de dirigentes y profesionales que vieron como el proyecto irrigador, la gran alternativa económica que tiene nuestra región, había caído en las peores manos y que lejos de avanzar para su ejecución después de más de 40 años de creación, no se consolidaba para nada, por el contrario, bajo el gobierno de César Álvarez solo fue objeto de corrupción y negociación.

Sin embargo, superada esa etapa negra de la historia política de Ancash, las cosas no variaron con Waldo Ríos y Enrique Vargas, por el contrario, en este período llegaron al despropósito de nombrar a un médico como gerente, de allí que el avance ha sido nulo, aun cuando la sociedad civil ya no pretendía la transferencia del proyecto al ejecutivo sino que buscaba la manera de encaminarlo desde la misma región.

Por ello es que tres congresistas de la república promovieron la promulgación de un proyecto de ley que tenía como objetivo la recomposición del directorio del proyecto irrigador y, a partir de allí, buscar los nuevos rumbos que se requieren a partir de un manejo más técnico que político.

Esta iniciativa legislativa se debatió en el seno de la comisión agraria y registró situaciones accidentadas, como el reclamo de los padres de la patria por la ausencia del gobernador Luis Gamarra Alor, quien desde que asumió el cargo buscó la manera de encaminar Chinecas y para ello ha llevado a la gerencia al Ingeniero Edilberto Ñiquen Alarcón que es un profesional que tiene experiencia en el manejo de otros proyectos agroindustriales, como nuestro vecino y ya desarrollado Chavimochic.

Sin embargo, nada de ello interesó a los congresistas, por el contrario, se negaron a recibir a Ñiquen Alarcón quien fue delegado por el Gobernador regional para que ofrezca sus aportes técnicos a la discusión del proyecto de ley en ciernes, lo que representaba un absurdo en la medida que lo que necesitaba una iniciativa legislativa como aquella era el aporte y las experiencias de profesionales con trayectoria en el manejo de los proyectos de desarrollo, como el gerente de Chinecas.

Finalmente, los congresistas insistieron en su objetivo y la semana pasada se publicó la ley 30725 que modifica un artículo de la Ley Chinecas y autoriza la recomposición de su Directorio, dejando de lado los 6 miembros que tenía hasta la fecha y disponiendo que desde ahora sean 7 integrantes.

Sin embargo, esta modificación no alienta para nada las aspiraciones regionalistas de los ancashinos, por el contrario, nos lleva a los años 90 cuando el proyecto irrigador dependía del ejecutivo pues la nueva composición entrega tres asientos a representantes del poder ejecutivo incrementando mayoritariamente su presencia en el organismo que tiene la responsabilidad de establecer las líneas directrices de la irrigación.

La nueva ley dispone que el Directorio estará integrado por un representante del Gobernador Regional, que lo presidirá, dos representantes del Ministerio de Agricultura (uno de los cuales será el secretario técnico) y un representante del Ministerio de Vivienda, un representante del municipio Provincial del Santa, uno del Municipio Provincial de Casma y un último representante de las Juntas de Usuarios de Riego.

En buen romance se deja nuevamente en bandeja el proyecto irrigador para que lo maneje el poder ejecutivo con una mayoritaria presencia en el Directorio, siendo lo más grave que ha sido el mismo Gobierno Central quien observó el proyecto de ley y exigió la omisión de un artículo relacionado con el manejo presupuestal, alegando que éste deberá ser de responsabilidad de gobierno regional de Ancash porque se trata de un proyecto regional.

¡Qué tal raza!, quieren el manejo del directorio pero no son capaces de poner un sol, cuando lo que se requería, precisamente, para su consolidación son las partidas presupuestales que no tiene y que le son imposibles de conseguir.

Si los congresistas pretendían quitarle el ingrediente político al manejo de Chinecas se equivocaron de cabo a rabo, lo único que han conseguido es cambiar de nombres de los operadores políticos pues cuando el proyecto Chinecas estuvo en manos del Gobierno Central era un botín político que se disputaban los ministros, funcionarios y congresistas de los partidos oficialistas.

Esta fue una de las poderosas razones para que los ancashinos reclamen autonomía en el manejo de Chinecas, se pensó que con la presencia de un presidente regional independiente como César Álvarez se conseguiría ese objetivo, el pueblo apoyó las protestas para la transferencia de competencias pero terminó desilusionándose cuando el “remedio resultó mucho peor que la enfermedad”, la corrupción se apoderó del proyecto irrigador y los cuentos de millones que llegaron con el canon se derrocharon.

Extraña este sesgo político que se le ha otorgado al proyecto irrigador, si es que se necesitaba una mayor injerencia técnica en el manejo de Chinecas lo mas lógico y sensato es que se hubiera apelado a la sociedad civil organizada o los Colegios Profesionales, especialmente estos últimos que cuentan con miembros en capacidad de sostener y sustentar las alternativas técnicas que tanto necesita.

Es evidente que la nueva ley en nada ayuda al proyecto irrigador, por el contrario, nos animamos a pensar que lo único que generará son mayores gastos y problemas. Más conflictos que oportunidades de avance y ejecución de la irrigación. 

No sabemos si los congresistas sabían que lo que necesitaba Chinecas no eran nuevos directores o burócratas sino técnicos y profesionales en capacidad de desarrollar la tan ansiada irrigación, esto ha sido evidente a lo largo de los años, incluso, está de por medio la demanda de los agricultores para que se ejecute una Bocatoma Única, un pedido que solo se puede solucionar con argumentos y justificaciones técnicas. Intuimos que esta nueva ley es un paso más atrás para el añorado Chinecas.