CONTROL
Dos incendios en mercados de nuestra localidad y en pleno centro de Chimbote no solo es mucho, es demasiado para una ciudad en donde la seguridad o la prevención está sumamente rezagada. Lamentablemente esto es lo que ha ocurrido en el primer mes del año cuando los Mercados Alfonso Ugarte, ubicado en la segunda cuadra de la avenida del mismo nombre, y el mercado Nuevo Progreso, ubicado en la tercera cuadra de la avenida Gálvez, protagonizaron sendos incendios que terminaron afortunadamente con solo un puesto en cada uno de ellos, aun cuando cundió el pánico en la medida que los siniestros pudieron extenderse entre los demás puestos. Afortunadamente, la proximidad de la compañía de Bomberos en ambos casos y las precauciones de un comerciante en el último de los casos impidieron que las lenguas de fuego pudieran concretar una tragedia. Justamente, en el caso del mercado Nuevo Progreso, los hombres de rojo advirtieron que el puesto había sido reforzado con estructura de metal, había cambiado las planchas de triplay por material más seguro y con puertas enrollables que impidieron que las llamadas se extiendan hacia otros puestos y soportaron hasta que llegaron las unidades de los bomberos para apagar las llamas, claro que ello no impidió que toda la mercadería del puesto siniestrado se eche a perder. Sin embargo, estos incidentes que aparentemente se generaron en cortocircuitos nos dejan una interrogante ¡Acaso las autoridades ediles no están inspeccionando los mercados ´para impedir desgracias como ésta? ¿Cómo pudieron pasar la inspección estos mercados cuando las precarias instalaciones eléctricas son las que generan los cortocircuitos y originan los incendios? Ojo que fueron otros mercados los clausurados por dos días porque no cumplían las normas mínimas de seguridad, pero de los Mercados Alfonso Ugarte y Nuevo Progreso nunca se dijo nada y resultan siendo estos los que se siniestraron. Esperemos que en las nuevas inspecciones que han anunciado no se les pase por alto estas infracciones.
IMPRUDENCIA
No cabe duda alguna que la primera causa del violento choque registrado en la intersección de las avenidas Argentina con Anchoveta la semana pasada, en la cual salvaron la vida menores de edad que ocupaban ambas unidades, es la carencia del semáforo de esa intersección que se hallaba malogrado por efecto de las lluvias, según explicó el responsable del Municipio de Nuevo Chimbote. Sin embargo, no se puede dejar de mencionar que a pesar de la existencia de un semáforo siempre se han registrado accidentes en esa amplia esquina, en una zona peligrosa porque por allí los vehículos que circulan por anchoveta voltean hacia la argentina y viceversa, entonces, la prisa, la falta de cálculos y, esencialmente, el exceso de velocidad hacen su función para desencadenar estos accidentes. Hemos repasado el vídeo de este choque y la verdad es que las dos unidades de desplazaban a mucha velocidad y si el semáforo estaba apagado ambos choferes debieron disminuir la marcha, debieron ser conscientes que por la otra vía podría cruzarse otro vehículo, con mayor razón cuando la avenida Anchoveta luce como arteria principal, empero, la avenida argentina es una vía preferencial, entonces los dos conductores se creen con derecho de pasar y que el otro debe detenerse. Esto mismo ocurre, por ejemplo en la misma avenida Argentina con Country, frente a la Plaza Mayor, por lo que las autoridades deberían poner énfasis en difundir la preferencia de paso para evitar más accidentes y más sangre en las calles.
HOMENAJE
Ha sido merecido el homenaje que recibió el Obispo Emérito de Chimbote, Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi el pasado domingo 14 con ocasión de su onomástico número 90 y el aniversario número 50 de su consagración como Obispo. Con este motivo se realizó una homilía concelebrada en la Catedral Nuestra Señora del Carmen y San Pedro Apóstol de Nuevo Chimbote a la cual concurrieron autoridades, invitados y una feligresía que lo aplaudió con fervor. Los Municipios Provincial y de Nuevo Chimbote lo reconocieron con la medalla de la ciudad y con las llaves de la ciudad respectivamente, y, es que es lo menos que se merece un hombre que ha entregado su vida al servicio de Dios y que ha trabajado siempre por los sectores menos favorecidos. Como todos los hombres el Monseñor Bambarén ya siente el peso de los años y por ello es justo que se le brinde el merecido homenaje cuando aún puede gozar el afecto y el cariño de los demás. Muchas felicidades por estas fechas especiales.