Editorial

JUSTA RECLASIFICACIÓN

El congresista Carlos Domínguez Herrera ha anunciado el último fin de semana que la Autoridad Portuaria Nacional, con el visto bueno del Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha recomendado la reclasificación del Terminal Portuario de Chimbote para que se le considere, nuevamente, como un Puerto de ámbito y alcance nacional de acuerdo a las disposiciones del Plan Nacional de Desarrollo Portuario.

Esta es una importante noticia para nuestra ciudad en la medida que pone al terminal portuario local a un paso de dejar la condición de puerto regional que le confirió el gobierno aprista de Alan García atendiendo los pedidos populistas del ex presidente regional César Álvarez Aguilar, cuya gestión ya todos saben a dónde nos ha llevado.

Según se ha referido, la recomendación es producto de una evaluación del tráfico portuario de importación y exportación  se la zona norte del país durante el año 2016,  lo que implica la posibilidad que se pueda considerar a nuestro Terminal Portuario dentro de los planes de inversión  y modernización que tanto requiere.

Como se recuerda, el Terminal Portuario de Chimbote, por entonces denominado como Enapu Perú, fue siempre considerado como un puerto nacional en atención no solo a la importancia de su movimiento de carga y descarga, no se puede soslayar que no es por nada que Chimbote fue considerado en la década del 70 como el primer puesto pesquero del mundo atendiendo a sus impresionante niveles de producción de harina y aceite de pescado, producción que se enviaba a otros países desde el terminal portuario.

Sin embargo, el año 2007 las presiones del gobierno regional manejado por César Álvarez, demandando la entrega del proyecto especial Chinecas a la Región alegando que el INADE lo mantenía solo como un botín político y electoral, incluyeron en este paquete al Terminal Portuario, los paros promovidos por la Región y que derivaron en la muerte de un agricultor obligaron al gobierno a ceder a las exigencias políticas y por ello es que se hizo entrega de Chinecas y luego del terminal Portuario de Chimbote.

Y es que mucho deben recordar que en esos años el ex presidente regional tenía la peregrina idea de implementar en Chimbote un Megapuerto, fue inclusive una muletilla en su campaña electoral, fue repitiendo esa frase por todos los sectores y hasta llegó al extremo de grabar un programa en un canal televisivo que recibía sus prebendas, en donde se difundieron las modernas instalaciones del Puerto del Callao y se escuchaba a Álvarez decir que todo ello será incorporado al Puerto de Chimbote.

Inclusive, cuando se publicó la resolución en el Diario Oficial “El peruano” Álvarez y su violenta portátil llegaron al Terminal Marítimo, lo tomaron y anunciaron que estas instalaciones deterioradas por los años llegaban a su final porque desde ese día comenzaba otra historia para el puerto, todo lo cual anunciaba con marcado cinismo.

Claro que desde que en Lima fue a repetir esas fantasiosas historietas que repetía una y otra vez en sus canales “comando” de Chimbote, lo frenaron de primera intención cuando una economista, a cargo de un conocido programa especializado de la televisión nacional, le preguntó su tenía aunque sea una remota idea de lo que era un Megapuerto, si alguna vez había estado en alguno de ellos o si existía algún estudio de costos para su implementación en un corto o mediano plazo. 

Ocurre que cuando la economista le explicó que megapuerto solo existe en los continentes más avanzados del mundo y que su implementación solo responde a volúmenes de cargas y descarga impresionantes, César Álvarez dejó de repetir esa palabra, solo se limitó luego a anunciar una modernización de nuestro puerto que, evidentemente, jamás se concretó, menos aún en su perniciosa gestión que siempre se caracterizó por la ineficiencia e incapacidad de sus técnicos.

Lamentablemente, las pocas voces que advertimos por entonces que lejos de una conquista y un logro, lo que se había conseguido con el Puerto de Chimbote era rebajarlo de categoría, era reducir totalmente las posibilidades de inversión  para su modernización y desarrollo, nunca fuimos escuchados, por el contrario, fuimos víctimas de las componendas que se urdían en La Centralita, los ataques mediante volantes y pintas en las calles, mediante los sicarios del micrófono en las radios y televisoras “comandos” no cesaron.

Quienes advertimos del serio perjuicio que representaba para Chimbote que se haya restado la condición de Puerto Nacional a Puerto Regional, fuimos vapuleados por la maquinaria de la ofensa, el, ultraje y el escarnio que ejercían los “chupamedias” de la red de corrupción que ahora se quieren poner el ropaje de “ingenuos” que cumplían con un trabajo.

Esa historia ya es conocida, el Terminal Portuario de Chimbote dejó de ser Enapu Perú, sus trabajadores pasaron a depender del gobierno regional y su presencia se mantuvo gracias a que en alguna gestión llevaron a un técnico y experto en materia portuario como Don Jorge Manchego Rendón para que sostenga esta nueva condición legal que, afortunadamente, a duras penas ha podido seguir adelante.

Lo que llama la atención es que después de tantos años no se haya aprendido la lección y no se entienda que en manos populistas y electoreras, las entidades de desarrollo nunca podrán salir adelante, allí está la patética situación de Chinecas que es la misma que tenía hace más de 30 años y lo mismo ocurre en las demás dependencias regionales.

Si la autoridad Portuaria Nacional ha reclasificado la condición de puerto nacional que le corresponde a Chimbote es porque realmente la condición estratégica que tiene a nivel nacional lo coloca en un nivel que amerita un manejo más técnico y especializado, empero, por encima de todo ello, es decir, al margen  de las personas y de los funcionarios, que en el gobierno regional afortunadamente no lo hicieron mal y seguramente no le hicieron caso a César Álvarez, lo que necesita es un apalancamiento financiero que le permita modernizar sus instalaciones e incorporar servicios que requiere la actividad naviera nacional.

Solo con la calificación de puerto nacional ello se podrá conseguir, inclusive, se podrá sentar las bases de una concesión a efectos que la inversión privada haga realidad estas aspiraciones de años que tenemos los chimbotanos, de aquellos que hemos nacido con las banderas de la modernización y que nos moriremos con ese mismo cuento. Ya es momento de darle al Puerto lo que le corresponde al Puerto.