Editorial

Editorial: ::: PREOCUPANTE PUGNA :::

Un grupo de pobladores de la Comunidad Campesina de Pampas, comprensión de la provincia de Pallasca, llegaron a nuestra ciudad con la finalidad de solicitar el apoyo de las autoridades provinciales ante un serio conflicto que ha surgido en esa zona, el mismo que podría derivar en actos de violencia con consecuencias lamentables.

Los hechos han sido alertados por los comuneros del caserío de “Pelagatos”, un anexo que ha sido víctima de las acciones beligerantes y cobardes por parte de sujetos que responderían a los intereses de una seudo junta directiva de la comunidad de Pampas, quienes pretenden obligarlos a empadronarse en su grupo mediante amenazas o violencia.

Es este lugar se provocó el incendio de diez casas de familias del caserío de Pelagatos, del distrito de Pampas, quienes han perdido todas sus pertenencias, en una acción que tuvo toda la intención de matar a los comuneros agraviados debido a que prendieron fuego a las casas con sus propietarios en el interior en horas de la madrugada cuando dormían.

Afortunadamente a tiempo pudieron percibir el humo obligándolos a salir a ponerse a buen recaudo y evitaron de esta manera consecuencias trágicas y lamentables, empero, advirtieron que es el punto extremo que pone de manifiesto la actitud avezada de esta gente que parece dispuesta a todo con tal de conseguir su objetivo.

Por ello es que, anteayer, acompañados de sus hijos, que son las víctimas que más sufren de las amenazas y actos de violencia, el grupo de pobladores del caserío de Pelagatos en el distrito de Pampas de la provincia de Pallasca, llegaron a Chimbote exigiendo la intervención de las autoridades para frenar estos actos que tienen niveles casi subversivos.

Todos ellos, premunidos de las pertenencias con las cuales llegaron de su lejano habitat, acudieron a la oficina de la comisionada de la Defensoría del Pueblo de Chimbote para narrar y denunciar los actos de violencia y amedrentamiento que se han suscitado en las últimas semanas, donde se quemaron viviendas, alimentos y se agredieron a personas.

Aurelio Robles Pablo a nombre de los pobladores del caserío de Pelagatos se encargó de pedir garantías para la vida de los comuneros, pues quemaron las viviendas de tres de ellos, a otros les arrojaron sus ropas a la laguna y no tuvieron clemencia de saquear una bodega llena de alimentos.

Lo más grave es que señalan como responsables de los actos hostiles a Celerino Ascario Díaz Contreras, presidente de la junta directiva ilegal de la Comunidad Campesina de Pampas, quien es apoyado por el alcalde de Pampas, Marcial Valerio Chávez, quienes los quieren obligar a integrarse a ese grupo paralelo que han formado y como no han aceptado porque no tienen reconocimiento legal, han tomado represalias de esta manera.

En realidad no debería sorprendernos esta clase de escenarios cargados de violencia en los pobladores en donde la justicia generalmente no existe y en donde los grupos de poder se concentran en las dirigencias que suelen manipular e imponerse a quienes, candorosos ellos, se atreven a pedirles cuentas.

De acuerdo a todo lo que se ha escrito y escuchado, los problemas en la comunidad campesina de Pampas se han generado como consecuencia de la existencia de dos juntas directivas paralelas, una que es la legal y que cuenta con el aval del Poder Judicial, en la medida que ha sido establecida por un magistrado en el marco de una demanda judicial, y, otra que se ha formado a capricho de un grupúsculo de comuneros que, para ello ha conseguido el apoyo y respaldo del alcalde del distrito de Pampas y hasta de la Juez de Paz del lugar.

De allí que con dos juntas directivas paralelas no puede existir una buena conducción y menos tranquilidad y sosiego en una comunidad si se tiene en cuenta que ello no es así ni siquiera en una junta vecinal cuando se encuentran dos grupos que tratan de mantenerse en el manejo dirigencial.

Lo que no se debe perder de vista es que estas comunidades se asientan sobre terrenos en los cuales se ocultan bajo tierra yacimientos de minerales diversos, las empresas mineras y las grandes compañías están merodeando la zona y para poder consolidar su presencia requieren, indudablemente, el apoyo de las dirigencias debido a que hoy por hoy es un pre requisito el respaldo de la comunidad.

Es lo que en la ley se conoce como licencia social, es decir, la autorización que nace de las entrañas del pueblo, ese requisito que ha generado serios contratiempos porque los parámetros medioambientales han dejado ahora la posibilidad de operar un yacimiento minero ya no solo en manos de las autoridades de gobierno, sino que dependen de la decisión de los pueblos para que se puedan implementar los proyectos.

Y, dentro de este contexto, ya no resulta rentable a las grandes corporaciones mineras tener que sortear procedimientos engorrosos luego de los cuales pueden quedar en vereda después de hacer fuertes inversiones, de allí que lo que buscan es asegurarse o garantizar que recibirán el visto bueno de la comunidad.

Entonces, lo que hacen es llegar a los dirigentes, ofrecerles muchas cosas pero siempre y cuando consigan la licencia social, una propuesta ambiciosa para cualquiera y es entonces que se encienden los apetitos en la comunidad para poder acceder a los cargos decisivos de las comunidades campesinas.

Asumimos que esta es una de las poderosas razones por las cuales la tradicional unidad de una comunidad campesinas como la de Pampas se ha hecho trizas y ahora han surgido dirigencias paralelas, una de las cuales pretende obligar a los demás comuneros a integrarse a sus filas y firmar el padrón respectivo.

La defensoría del Pueblo debe activar de inmediato el sistema de alertas que tiene cuando se manejan los conflictos sociales y debe motivar a los entes competentes a acudir hasta la provincia de Pallasca a efectos de intermediar entre las partes en conflicto.

No se debe esperar que se sucedan enfrentamientos más violentos, el antecedente que nos dejó el enfrentamiento de dos comunidades en la localidad de Mayas, siempre en la vecina provincia de Pallasca, debe servir como ejemplo para que no se permita crecer esta preocupante pugna. Se tiene que intervenir y pacificar un pueblo que ha sido siempre tranquilo y sosegado, esa es una labor urgente e inmediata.