Editorial

Editorial: ::: PREVISIBLE REACCIÓN :::

Hay una extraña coincidencia en nuestra sociedad que pone de manifiesto que mientras que pongan más supervisiones y sanciones, la gente inescrupulosa parece que se anima a violar las leyes y se presta a cometer más infracciones.

Lo hemos visto en el caso de la violencia contra la mujer y el grupo familiar, un rubro en el que los legisladores han puesto especial énfasis para sancionar con mayor drasticidad a quienes abusan de su poder, en este caso los cobardes que la emprenden a golpes contra sus parejas o contra sus propios hijos u otros menores.

Mientras se endurecieron las penas, mientras creció el rechazo mediante marchas públicas, mientras se promovieron colectivos civiles para repudiar a quienes ejercen violencia contra las mujeres y en sus grupos familiares, los hechos relacionados a estos abusos extrañamente se incrementaron y los protagonistas no vacilaron en acometer contra las féminas a pesar que eran conscientes que podrían ir a la cárcel.

Ocurre también contra quienes no reparan en exponer la vida de los transeúntes al ponerse al volante de un vehículo en estado de ebriedad, un hecho que las leyes se han encargado de ir sancionando con más drasticidad con la finalidad de disuadir a los infractores, al extremo que ahora no solo existe pena efectiva para quienes llegan a matar o lesionar gravemente a alguien conduciendo en estado de ebriedad, sino que se traduce con la pérdida de la licencia y fuertes multas cuando los sorprenden en esa condición.

Aun así se ha advertido que la presencia de choferes ecuánimes ha crecido de manera preocupante y esto lo ha puesto de manifiesto la semana pasada el Comisario de Buenos Aires que reveló que existe un promedio de 10 a 12 choferes que son intervenidos los fines de semana.

Ahora esta suerte de desafío a las leyes se observa también entre los Policías que violando las leyes penales y traicionando los principios de su institución, se ponen en la vereda de la delincuencia para exigir coimas a quienes han incurrido en alguna infracción y le ofrecen dejar sin efecto la intervención a cambio de dinero.

Esta lamentable modalidad virtualmente se ha puesto en boga, aun cuando debemos ser conscientes que ahora estos delitos se ponen al descubierto por la decisión de las personas infractoras de denunciar el chantaje al que son sometidos por los malos Policías, pues los que se someten a esas componendas siguen siendo muchos.

Justamente, el ultimo fin de semana fue detenido otro efectivo policial que vistiendo el uniforme y utilizando las dependencias policiales que se supone deben estar al servicio de la población, demandó el pago de una suma de dinero a un chofer para que no le imponga una papeleta y no le retenga sus documentos, como la licencia de conducir y la tarjeta de propiedad, amén de no enviar el vehículo al depósito municipal.

El hecho ha sido protagonizado en esta oportunidad por el Suboficial Brigadier Óscar Alejandro Cabanillas Correa, un antiguo efectivo policial de la Comisaría de Casma, quien estaba encargado de la sección de Transito de la mencionada dependencia Policial.

El efectivo fue intervenido por el fiscal Alejandro Galloso Ascencios, de la Fiscalía Anticorrupción, y efectivos de la Policía Anticorrupción cuando tenía 400 soles sobre el escritorio, que fue la suma de dinero que había solicitado al chofer Rodolfo Wilmer Osorio Farfán para anular una papeleta de infracción de tránsito que le había impuesto.

Osorio Farfán había sido intervenido por el referido efectivo cuando conducía su auto de placa de rodaje A9Z:216 y le impuso una papeleta por una infracción al Reglamento de Tránsito, sin embargo, para “arreglar” y anular la papeleta, el Suboficial Brigadier Cabanillas Correa le propuso que con 400 soles podía anularla y que debía hacerlo rápido antes de seguir el trámite de la infracción.

Fue entonces, que indignado por la propuesta deshonesta del Policía, el chofer denunció el hecho en la Fiscalía Anticorrupción y en esta dependencia se coordinó con la Fiscalía para emprenden una celada y poder sorprender al custodio en flagrante delito, como en efecto se hizo en la propia dependencia policial.

El Fiscal y la Policía encontraron la papeleta de Infracción 000706-A en original y copia impuesta a la persona de Rodolfo Osorio Farfán, con el código de infracción “M4” referido a licencia de Conducir Q42528714 suspendida, y bajo un periódico hallaron los billetes que previamente habían sido fotocopiados.

El Sub Oficial Brigadier fue detenido y de esta manera echó por tierra toda una trayectoria institucional, perdió no solo la libertad, sino su trabajo y el descrédito para su familia y su apellido.

Lo más grave es que el mencionado custodio había recibido apenas un día antes unas charlas de concientización para evitar caer en esta clase de acciones impúdicas que solo exponen la imagen de su institución, al margen de los hechos anteriores que se han registrado y que fueron de dominio público.

No se entiende cómo es que cuando se hacen mayores esfuerzos para impedir que se incurra en esta clase de acciones delincuenciales, cuando se promueven medidas para impedir que siga manchando de esta descarada manera el uniforme policial, los miembros de la Policía de esmeren en seguir infringiendo las leyes y ensuciando a la institución.

No podemos olvidar que en la Comisaría de Buenos Aires el responsable de la sección de Tránsito fue sorprendido en similares componendas y fue recluido en el penal de Cambio Puente y su remplazante, quien llegó con el objetivo de dejar de lado esa mala imagen y de imponer un trabajo limpio y transparente, resultó siendo capturado apenas a los tres días de haber comenzado a trabajar coimeando también a un chofer y por ello lo confinaron en el mismo presidio.

Es realmente lamentable que la Policía siga siendo objeto de un repudiable maltrato por parte de sus propios integrantes, ya ni siquiera la posibilidad de ir a parar con sus huesos a la cárcel los detiene, entonces se requieren de medidas más firmes y contundentes, a lo mejor la pública deshonra del infractor, como lo hicieron con un pésimo Comandante infiltrado que era miembro de una banda de asaltantes, podría ser una alternativa para detener estos casos.