Editorial

Editorial: ::: LA HUELLA DE CHINECAS :::

El juez anticorrupción Jorge Chávez Tamariz, ha dictado la semana pasada una orden de internamiento en el penal de Cambio Puente, por espacio de 18 meses, contra el ex gerente y ex funcionarios del proyecto especial chinecas y contra representantes legales de empresas que formaron parte de un consorcio con el cual se coludieron para sustraer los recursos del proyecto irrigador.

La concluyente medida ha llevado a la clandestinidad al ex gerente de Chinecas, Elvis Camarena Luna, así como a los ex funcionarios de la misma entidad Samuel Minaya Prieto y Jimmy Anthony Aguilar Olguín pero además de ellos al ex Procurador Público del gobierno regional de Ancash, Manuel Fernando Ortiz.

Pero no solo ellos tienen que ponerse a buen recaudo, también han sido sancionados con esta medida restrictiva los empresarios Danny Erick Puchoc Berros y Jair Ely Díaz Guevara, ambos representantes del Consorcio PEBCO (que ejecutó la obra) y Jaime Luis Castillo Babastre en su condición de representante legal del Consorcio Process Net (quienes supervisaron la obra).

Son siete investigados sobre los cuales pesa orden de captura y ello como consecuencia de la componenda gestada en la escandalosa licitación del “Mejoramiento en la Automatización y Telecomunicaciones en la infraestructura hidráulica mayor de CHINECAS” , una obra que terminó abandonada y con pagos por encima del avance físico.

Este fue un caso de fraude del orden de los 5 millones de soles pues dicho proyecto no contaba con certificación presupuestal para su ejecución, adjudicándola en esas condiciones, lo cual evidenciaría las irregularidades dentro de la función de cada uno de los implicados.

Debido al incumpliendo del consorcio y la ampliación hasta en tres ocasiones del plazo de ejecución de obra, el proyecto fue sometido a un arbitraje en el que se observó una extraña dilación por parte del procurador regional de entonces, quien dejó de impugnar los laudos que favorecían al consorcio.

En realidad este caso tenía que llegar a este derrotero en la medida que el proyecto especial Chinecas se convirtió en el botín de los malos gobiernos regionales de entonces, comenzando por la impresentable gestión de César Álvarez Aguilar.

Muchos chimbotanos deben recordar que, como consecuencia del desgaste y la decepción del electorado en los grupos políticos, el año 2006 emergieron candidatos independientes que resultaban la alternativa del momento, uno de ellos era César Álvarez Aguilar quien enarboló una bandera de campaña bajo el estribillo ese de “Chinecas ahora o nunca, carajo”!, que aparentemente caló en la población.

Después que Álvarez arrasara en los comicios, emplazó al gobierno la transferencia del proyecto Chinecas porque estaban en condiciones de ejecutarlo después de tres décadas que ningún gobernante hiciera nada al respecto.

Fue entonces que el gobierno aprista de Alan García, en su segundo periodo de gobierno, no tuvo mejor oportunidad que deshacerse de un proyecto que no había podido ejecutar y lo trasfiere al gobierno regional de Ancash junto al Terminal Portuario, para infortunio de todos nosotros.

Y es que el gobierno central se sacaba de encima dos organismos que no rendían fruto alguno para ellos en la medida que eran manejados políticamente, mientras que César Álvarez ofrecía el oro y el moro por Chinecas, aun cuando desde un primer momento se percibía el aroma a clientelaje.

En efecto, una señora que tenía el aval del marido influyente, se dedicó a ofrecer puestos de trabajo en Chinecas a cambio de cercenarse los sobres de los pagos en la quincena y en el mes de los favorecidos, pero a solo unos meses de esta transferencia vendría el primer enganche en las arcas regionales.

El entonces presidente regional, quien era a la vez presidente del Directorio de Chimecas, decidió emprender un trabajo de mantenimiento a los canales de irrigación desde Santa hasta Nepeña, incluso, seleccionaron los puntos a mejorar como en Vinzos y en Nepeña, en la zona conocida como Veta Colorada.

Fueron 86 millones de soles que se dispusieron del canon para transferirlo a Chinecas y se ejecuten estos trabajos, los cuales se hicieron mal, muchos tramos se deterioraron a las pocas semanas mientras que en Nepeña se registró una quiebra que puso al descubierto que los trabajos se realizaron con revestido bastante pobre.

Esa fue la carta de presentación del primer gobierno regional de César Álvarez y la primera clarinada de alerta para que los chimbotanos entiendan que habíamos sido burdamente engañados con aquel cliché de campaña que parecía representaría a la reivindicación de nuestro puerto pero no fue así.

Por el contrario, el proyecto Chinecas es una de las entidades regionales en donde se han perpetrado los hechos escandalosos de mayor impacto en la gestión de César Álvarez, allí tenemos el caso SISA que está punto de pasar a juicio oral y en el que se ha incorporado a la corrupta empresa Odebretch.

También se encuentra otros casos que involucra a ex gerentes como Arnulfo Moreno Corales, el escandaloso caso COFI Master que la justicia ya ha sancionado por la inmoralidad con la que actuaron sus protagonistas, el caso de la compra escandalosa de calaminas en donde se ha dictado condenas a penas efectivas a sus mentores, al margen del escandaloso caso del carrusel de comprobantes de pago que en su oportunidad denunció la prensa.

Por ello es que esta decisión del Juez anticorrupción, de disponer 18 meses de prisión contra el ex gerente de Chinecas Elvis Camarena Luna, así como de los ex funcionarios que lo secundaron en este descarado caso de colusión, ya no nos llama la atención, por el contrario, estamos convencidos que todos estos procesos terminarán con sentencias condenatorias porque se hizo derroche con los recursos de una entidad que fue condenado al fracaso y el postergación pues los que la manejaron solo pensaron en sus réditos personales y no en los intereses de la provincia y de la región. Que se pongan a derecho y respondan por los cargos que pesan en su contra, de lo contrario, que la Policía los ubique y los meta presos en el Penal.