Editorial

Editorial: ::: LA VOZ DE LA AUTORIDAD :::

El día de hoy lunes el alcalde (e) de la Municipalidad Provincial del Santa, Humberto Ortiz Soto, debe tomar una firme determinación, quizás la más importante del corto ciclo que mantiene al frente de la comuna y que guarda estrecha relación con la situación de los comerciantes del mercado El Progreso.

Ello porque después de haber recibido la respuesta de la dirigencia de este centro de abastos en torno a las alternativas que se les otorgó para que se evite la reubicación y desalojo de los comerciantes de puestos húmedos, es decir, aquellos que se dedican a la venta de carnes, verduras, frutas y alimentos, ha surgido de pronto un grupo que está alentando la rebeldía y la negativa a las soluciones que se han trabajado con mucho esfuerzo durante muchas semanas.

El pasado fin de semana, antes del feriado de Santa Rosa de Lima, cuando el alcalde ya tenía en sus manos el acuerdo suscrito por la Junta Directiva de este centro de abastos, la cual aceptaba el “cambio de giro” de los puestos húmedos, es decir, que sus propietarios deberían optar por implementar puestos de venta de productos que no contaminen ni generen suciedad, apareció un grupo contestatario que niega esa posibilidad.

Se trata de un presunto dirigente que muestra la copia de un acta de asamblea en la cual un grupo de comerciantes se niega al cambio de giro y, por el contrario, la emprende contra las autoridades al poner en tela de juicio no solo la autoridad sobre este centro de abastos sino que advierte que viajarán a la capital de la republica con la finalidad de solicitar la copia del expediente técnico que, a su criterio, está plagado de irregularidades y todas ellas perjudiciales a los comerciantes.

Inclusive, lanzan amenazas en el sentido que acudirán a la Contraloría General de la República y la Fiscalía anticorrupción con la finalidad de denunciar “estos malos manejos que perjudican a los comerciantes”, sin embargo, no mencionan una sola de estas irregularidades o malos manejos.

Por el contrario, lo que ha visto y escuchado el pueblo de Chimbote a lo largo de casi dos meses son constantes reuniones, mesas de trabajo, diálogos, propuestos y promovidos por el alcalde Humberto Ortiz con la finalidad que los propios comerciantes, no solo sus dirigentes, escuchen a los funcionarios del Ministerio de Salud.

Fueron los técnicos y funcionarios del PRONIS, organismo adscrito al Ministerio de Salud, quienes aceptaron formar parte de esta alternativa propuesta por el burgomaestre y dieron muestra de una absoluta flexibilidad frente a las demandas de los comerciantes, empero, siempre dejaron sentada su posición que se debería respetar la ley.

Y es que, en tal sentidlo, la norma señala que un hospital de salud no puede ubicarse a menos de 100 metros de un Mercado debido a la alta incidencia en la proliferación de basura y desperdicios que contaminan el ambiente, por lo tanto, el Mercado Progreso no debería ya funcionar en ese lugar porque se ha aprobado el presupuesto de más de 48 millones de soles para que se levante el hospital El Progreso en la Posta de salud del mismo nombre que ha funcionado siempre en la misma calle donde se ubica el mercado.

Por ello es que en este permanente dialogo, se llegó a la voluntad de ceder frente a las demandas de los comerciantes y se llegó a la conclusión que el Mercado podría mantenerse siempre y cuando allí solo funcionen puestos de venta de productos que no generen contaminación, artefactos eléctricos, librerías, y telas, y tantos otros.

Los que fueron objetados y necesariamente deberían salir o cambiar de giro son aquellos que se conocen como puestos húmedos, los que generan suciedad por la misma actividad que tienen como venta de carmes, pescado, frutas y verduras a cuyos propietarios se les exhortó a reubicarse o cambiar de giro, inclusive, el alcalde ensayó una serie de posibilidades gestionadas con otros mercados, como el Dos de Mayo cuya dirigencia se mostró asequible a recibir aquellos que quieran mantener su venta de productos húmedos y se sumen a este último centro de abastos.

Lo que aquí debe primar es la conciencia y voluntad de las personas, los comerciantes deben tener en cuenta que de por medio existe una millonaria inversión que ningún pueblo debe dejar de lado, deben entender que antes que cualquier actividad comercial está la salud de las personas y que la construcción de un hospital es un anhelo de todos.

Ellos dicen tener un derecho adquirido pero olvidan que este mercado es municipal, la Municipalidad tuvo la posibilidad de sacarlos de una buena vez cuando los funcionarios del PRONIS llegaron para comunicarles que la construcción del centro de abastos no podía hacerse en esas condiciones, sin embargo, fue tan generoso que dispuso que se aperture un dialogo abierto para que se ponga sobre la mesa todas las consideraciones de ambas partes y se llegue a un buen acuerdo.

Lamentablemente, si es que este acuerdo no existe, si es que la dirigencia presentó un documento señalando que aceptaban el cambio de giro pero de pronto surge otro grupo que reniega de ello y que aduce que hay un acuerdo de asamblea diferente que rechaza la alternativa de solución, entonces ya no hay más vuelta que darle, ha llegado el turno de la autoridad, es el alcalde quien debe resolver este diferendo apelando a las atribuciones que le confiere la ley para este caso.

Si los comerciantes no quieren optar por las buenas, será con el uso de la ley y la fuerza, aquí ya no cabe más medias tintas y menos que se coloquen otras mejillas, solo procede una reubicación forzada de todos los puestos que no se quieren acoger a la alternativa consensuada con la autoridad.

El proyecto de construcción del mercado El Progreso no se puede detener por el capricho y la mezquindad de grupos politizados aupados entorno a la Federación de Mercados, si los comerciantes del Mercado Progreso no quieren entender eso entonces que asuman las consecuencias de una medida que ya resulta imperativa en  este sentido. Son ellos los que deben detener las ambiciones perniciosas que tratan de destruir todo lo que se había trabajado. No queda otro camino ya y el alcalde debe actuar hoy mismo.