Editorial

Editorial: ::: DESPIADADA MUJER :::

Toda una movilización nacional se registró la semana que pasó con la finalidad de buscar y encontrar a una mujer que se había llevado a sus dos hijas menores de edad a una de las cuales aparece abusando sexualmente en imágenes que se filtraron de un equipo celular que había sido extraviado.

El hecho se denunció en la vecina provincia de Huarmey, en donde la policía recibió la denuncia de un ciudadano quien revelaba que sus dos hijas menores de 10 y 14 años se hallaban en serio riesgo al haber sido virtualmente secuestradas por la madre luego que la descubrieran cometiendo actos aberrantes en contra de ellas.

La historia se remonta a un mes atrás, cuando el pescador Néstor Fiestas Chang fue comunicado que en la ciudad venían circulando una imágenes que comprometían a su ex pareja y las cuales habían sido extraídas de un equipo celular que había sido hallado extraviado en esa ciudad.

La desagradable sorpresa para el hombre es que esas imágenes que se difundían por las calles y eran de alto contenido sexual mostraban a una de sus hijas siendo vejada por su propia madre, razón por la cual con el ex cuñado, hermano de la propia involucrada, se dirigieron a la Comisaría para denunciar el hecho en la medida que al buscar a sus hijas no las encontró y entendían que se hallaban en serio riesgo.

Esto porque al comunicarse con su ex pareja, identificada como Danik Mariella Farfán Retto, esta lo amenazó diciendo que dejara de buscarlas porque era capaz de victimarla, evidenciándose de estas palabras que nos hallábamos ante una mujer desequilibrada que no solo era capaz de exponer y utilizar de la peor manera a sus hijas, sino de amenazarlas con afectar en su integridad física.

Lo cierto es que las imágenes fueron halladas en el celular extraviado a la actual pareja de la mujer, lo que quería decir que las niñas se hallaban en serio riesgo ante gente desviada que sometía a las personas a esta clase de situaciones y las filmaba.

Muchos argumentos más que justificaban el inmediato desplazamiento de las autoridades para buscar a esta mujer que en el distrito de Culebras, donde vivían, como en la ciudad de Huarmey, no habían dejado rastro alguno, inclusive, el preocupado progenitor llegó a viajar con agentes de la Policía de Casma a la ciudad de Cusco en donde entendía que la mujer tenía familiares y podría haberse dirigido a esa ciudad, empero, los resultados fueron infructuosos.

Fue entonces que, ganado por la desesperación y por desconocer en qué condiciones se hallaban sus hijas, el pescador Néstor Fiestas hizo un público llamado para que la población lo ayude a buscar a sus niñas, se difundieron las fotografías de su ex pareja y hasta el Ministerio del Interior hizo eco de la denuncia incluyendo a Danik Farfán Reto en la lista de los delincuentes más buscados del país y ofreció una recompensa de 20 mil soles por información cierta de su paradero.

Las denuncias que ya se habían formalizado contra la mujer comenzaron a caminar y el Juzgado Penal dictó una orden de detención preliminar contra la mujer, expidiendo la orden de captura a nivel nacional, razón por la cual se consideraba que el cerco se le achicaba a esta atolondrada madre de familia que había decidido esconderse y ocultarse ante las graves denuncias que pesaban en su contra.

Esta movilización nacional tuvo sus frutos el último fin de semana cuando desde el cusco se informaba que las dos menores habían aparecido, ni siquiera habían sido rescatadas o recuperado de manos ajenas, por el contrario, la Policía las encontró en la Plaza de Armas de esa ciudad en donde habían sido dejadas por extrañas personas cuyo paradero se desconoce, incluso, las propias menores no pudieron informar a las autoridades donde se hallaba su madre.

Lo extraño de todo esto es que a pesar de haber transcurrido varios días, hasta el momento las autoridades no hayan podido identificar o capturar a quienes dejaron a las dos niñas en la Plaza de Armas del Cusco, pese a que es un lugar abierto en donde existen cámaras de seguridad que tienen que haber registrado el momento en que las dos menores son dejadas en ese lugar por gente que se dio a la fuga para no verse comprometida.

Dentro de todo este escenario de impunidades, lo reconfortante es que las dos menores aparecieron en buen estado de salud, no presentan huellas de haber estado en algún lugar en calidad de rehenes o algo por el estilo, por el contrario, en las imágenes que se remitieron a los medios de comunicación se podía observar que no habían perdido la sonrisa y eso era un índice positivo de su estado emocional.

Sin embargo, cuando el padre de las dos niñas celebraba este hecho y esperaba que lo ayuden a trasladarse al Cusco para verlas y recibirlas, la Juez de Familia de esa localidad informaba a la Fiscal de Huarmey que las menores le habían comunicado que no deseaban ver a su padre y mencionaron que aquel las había sometido a actos de violencia, hecho que resultó suficiente para que el pedido de patria potestad que había iniciado el progenitor en su localidad fuera declarado improcedente.

Es evidente entonces que la opinión pública no conoce toda la verdad y existen hechos que forman parte de un entorno personalísimo que seguramente no trascenderá, sin embargo, existe aquí un caso sumamente complicado para las autoridades, una mujer buscada y perseguida por actos aberrantes en agravio de sus propias hijas, hecho acreditado por imágenes que se filtraron de un celular extraviado a su actual pareja, y dos niñas que habrían sido objeto de actos de violencia o de aleccionamientos pero que no quieren estar tampoco con su padre, de allí que será la justicia la que determine en qué condiciones quedarán por lo menos hasta que se deslinde ese cuadro familiar.

Lo que no se puede perder de vista es que este caso aun no concluye, la búsqueda de la madre Damik Farfán Retto aún continúa, ella tiene que responder por lo que han dejado esas imágenes repudiables que la muestran como una despiadada mujer que ha sido capaz de abusar de su propia hija, un acto de perversión que no puede quedar impune, al margen de las posiciones o manifestaciones de las agraviadas que, por su edad, aun no pueden decidir sobre ellas mismas y son víctimas de un cuadro familiar fracturado y maltratado. Esperemos que las autoridades tomen las mejores medidas respecto a ella.