Editorial

Editorial: ::: ALGO INVALORABLE :::

“No quiero su dinero, solo quiero justicia”. Con esta contundente expresión el padre de una niña que fue atropellada de muerte hace solo unas semanas, rechazó la propuesta formulada por la defensa técnica de un empresario hotelero, quien ofrecía una jugosa reparación a efectos que pueda conseguir salir del penal de Cambio Puente en donde se encuentra encerrado.

Esto ocurrió en el marco de una audiencia de acuerdo reparatorio que había convocado la juez Dalila Peña Zapata a pedido del investigado Roberto Marín Velásquez, un empresario que el pasado 09 de agosto atropelló a una niña de cuatro años y su madre, quitándole la vida a la primera de las mencionadas.

Como consecuencia de este accidente, provocado por la negligencia del conductor del vehículo, el Poder Judicial dictó una medida de prisión de siete meses al responsable del hecho y lo sometió a una investigación por delito de Homicidio Culposo en cuyo trámite presentó una propuesta de acuerdo reparatorio.

Los padres de la menor acudieron a la audiencia convocada por la Juez y calificaron la propuesta de acuerdo conciliatorio con reparación económica como una falta de respeto y una alternativa inaceptable para ellos en la medida que transar de esta manera solo representaría faltar a la memoria de su hija fallecida.

Justamente, al finalizar la audiencia y cuando los deudos salían del recinto judicial fueron abordados por la prensa respecto al resultado de esta diligencia y el padre de la menor fallecida, Saúl Barrón Serrano, consideró como una burla el pedido de la defensa del empresario, a quien el Ministerio Público, ha acusado por homicidio culposo.

“A mí el dinero que me quiere dar, no me reparará la vida de mi hija, él la mató y tiene que pagar con la cárcel ese hecho, no quiero su dinero, no quiero nada de eso, solo tiene que pagar su culpa, mi hija ya no está con nosotros por su culpa, que no venga a manchar su memoria ofreciéndonos (dinero) ahora, exigiré que respete la memoria de mi hija”, fue lo que expresó de manera categórica el progenitor.

Justamente, como consecuencia de la posición firme y decidida de los deudos, la Juez del causa se vio precisada a desestimar un acuerdo reparatorio y decidió continuar con la investigación que debe desarrollarse en el plazo de siete meses que se ha dictado de prisión, término en el cual el Ministerio Público formulará su acusación y se debe dictar sentencia al acusado.

Muchos deben recordar este hecho que se registró en una calle del A.H. Las Delicias, por donde se desplazaba el empresario Roberto Marín Velásquez, quien es propietario de un conocido Hotel de Nuevo Chimbote, que había llegado por esos lugares con la finalidad de fiscalizar el manejo de inversiones que tiene en ese sector.

Precisamente, cuando retornaba y manejaba a excesiva velocidad en calles que son angostas, no tomó la precaución en una curva cerrada de disminuir la marcha, por ello es que cuando dobla a otra calle se encuentra con una mujer y su pequeña hija que caminaban por la berma, a quienes arrolló al no poder controlar el vehículo, llevando la peor parte la pequeña a la cual aplastó y como consecuencia de ello falleció.

La pesquisa policial determinó que la responsabilidad del accidente fue del conductor al no haber tomado previsiones en la velocidad de la unidad vehicular, más aun cuando se encontraba en una zona residencial en donde se debe manejar con prudencia, por ello es que las autoridades decidieron dictar una medida de prisión ante la gravedad del hecho que se había consumado.

Sin embargo, en la misma audiencia de acuerdo reparatorio que pretendía el empresario como una medida que le permita solicitar el cese de prisión y salir en libertad, la prensa pudo tomar conocimiento que en este caso han existido otras incidencias que descalifican la conducta del encarcelado empresario y quien sabe justifican su condición jurídica.

En efecto, en la misma diligencia la Juez decidió ampliar la investigación preparatoria contra el empresario por el presunto delito de falsedad genérica, debido a que la fiscalía encargada de la investigación habría encontrado indicios que este habría falsificado su record de tránsito.

Esto quiere decir que en el marco de las pesquisas que se iniciaron apenas se registró el accidente, el empresario conocedor de su difícil situación ante la ley, pretendió sorprender a las autoridades presentando un falso record de manejo de vehículos, con la finalidad de aparecer como si fuera un chofer consciente y sin faltas cuando en realidad tiene otro antecedente relacionado con este mismo delito, tal y como lo revelaron oportunamente los deudos de la menor fallecida.

Esto quiere decir, que a los cargos ya bastante delicados por la muerte de la pequeña, el empresario suma otro accionar delictivo en la modalidad de concurso real de delitos, en otras palabras, cuando se haga una prognosis de la pena, aquellas que se establecen para cada uno de los delitos investigados se suman y determinan que los magistrados podrían decidir una pena drástica en su contra.

El mensaje que nos trajo la valiente decisión de los padres tiene que ver con la dignidad del hombre, con la valoración que hacemos de nosotros mismos, lamentablemente la ambición, el egoísmo, incluso, en algunos casos la imperiosa necesidad, lleva a muchas familias a ceder en las propuestas de este calibre para permitir que los autores de los delitos de homicidios culposos salven la cárcel.

Sin embargo, al margen de las razones y motivaciones que tuvieron, no tomaron en cuenta lo que el padre de la niña fallecida nos ha recordado, que la vida no tiene precio, que es el valor más acariciado por los hombres, de tal suerte que nada puede sustituirla, ni todo el oro del mundo, ni las prebendas de quienes están acostumbrados a resolver sus problemas y sus miserias con dinero. Hemos visto muchos casos, en esta oportunidad nos encontramos con un hombre fiel a sus principios, al amor y al recuerdo de su pequeña. La justicia se encargará de darle lo que le corresponde.