Editorial

Editorial: ::: DÉFICIT ELOCUENTE :::

El último viernes un dantesco incendio arrasó con más de medio centenar de viviendas en el A.H. “Palmeras del Golf” y otros aledaños que padecieron con un incontrolable siniestro cuyas causas se desconocían y que hasta el momento no han sido reveladas por las autoridades encargadas de investigar esta desgracia.

Las decenas de familias lo perdieron virtualmente todo pues sus esfuerzos fueron vanos para poder hacer frente a las llamas que se extendían rápidamente favorecidas por el fuerte viento que se registra en estos días y porque, infortunadamente, se advirtieron las carencias de los bomberos que no contaban con agua para mitigar el fuego.

Claro, en asentamientos humanos en donde apenas si existen servicios básicos difícilmente se puede esperar que se cuente con el líquido elemento para hacer frente a una desgracia, de allí que son los hombres de rojo los que debían tener la suficiente capacidad para hacer frente al siniestro pero sus unidades apenas si pueden llegar a estas zonas alejadas.

Lo cierto es que en medio de esta desventaja debieron extinguir las llamas y tras ello el panorama era desolador, si bien es cierto los pobladores se pusieron a buen recaudo, consiguieron evacuar a todos los niños, mujeres y ancianos, los daños materiales fueron totales, de allí que la labor de las autoridades debe ser asistencial a efectos de ayudar a esta gente a levantarse nuevamente.

Pero este siniestro se registró apenas cuatro días después que otro impresionante incendio se registrara en pleno centro de la ciudad, en los altos de un edificio ubicado en la intersección de los jirones Manuel Villavicencio y Ladislao espinar, a solo una cuadra de la Plaza de Armas de la ciudad.

No se ha precisado con exactitud las causas del incendio, sin embargo, las llamas comenzaron a aparecer en el quinto piso del edificio ubicado en esa céntrica esquina, casi en el corazón de Chimbote, y se generó una justificada alarma en la medida que al costado se ubica una clínica en donde existen pacientes internados en emergencia y hasta personas que acuden a consultas diarias.

Todos debieron ser evacuados por precaución, los propios transeúntes se alertaron en la medida que las llamas alcanzaron una altura impresionante, nada detenía su avance y se sabía que allí se ubicaba una academia pre universitaria y se afirma que comerciantes de piñatería de esa zona almacenaban su mercadería en ambientes de ese nivel.

Lo más preocupante es que los chimbotanos veían como el esfuerzo de los bomberos se hacía insuficiente, con fuego a esa altura se requería de una escalera telescópica que no existe en nuestra ciudad, por ello se veía con preocupación que el agua de las mangueras inclinadas hacia lo alto apenas llegaban al cuarto piso y con poca fuerza al nivel en donde se registraba el siniestro.

Los bomberos debieron subir por las escaleras del mismo edificio y llegar con extinguidores para bajar la intensidad del fuego y luego atacar las llamas con agua para poder apagar el fuego luego de tres horas de intensa lucha.

Las autoridades deberían preocuparse en la medida que estos dos siniestros registrados la semana pasada antecedieron a otro que tuvo lugar en la ampliación de “Villa Madrid”, un pueblo ubicado en la parte más lejana del Barrio San Pedro y en donde una docena de viviendas quedaron reducidas a cenizas luego que las llamas se extendieron a consecuencia de un corto circuito.

Lamentablemente, este es un tema recurrente, las carencias de la Compañía de Bomberos es un problema de nivel nacional, se trata de una entidad que no siendo del estado carece de recursos para poder equiparse con todo lo necesario como para hacer frente a siniestros de mucha intensidad, allí en donde se requiere de materiales y aditamentos necesarios para salvar muchas vidas.

Basta recordar que uno de los hechos que marcaron a nivel nacional el sacrificio de los hombres de rojo lo representó un dantesco incendio registrado en la capital de la república en el que fallecieron tres voluntarios cuando combatían el fuego y la estructura diezmada por las elevadas temperaturas cedieron y cayeron sobre quienes trataban por todos los medios de impedir que la destrucción se prolongue.

Las imágenes que vio todo el país nos llenó de nostalgia, los bomberos haciendo una fila india mientras que al sonar de las sirenas sacaban los restos de su compañero para rendirle el merecido homenaje que se merece un héroe, un hombre que es consciente que puede ofrendar sus vidas cuando hace frente a los siniestros.

Por entonces se escucharon voces de todos los sectores, los más elocuentes eran los congresistas que ofrecían proyectos de ley para que los hombres de rojo dejen de lado un acto voluntario y tengan una remuneración, para que se les festine de todo trámite para la importación de equipos, para que cuenten con los medios necesarios en el adiestramiento de sus efectivos, para que las compañías cuenten con la infraestructura adecuada que les permita a los voluntarios permanecer de guardias prolongadas a la expectativa de una emergencia.

Se ofreció de todo pero lamentablemente, pasó el tiempo y no se ha concretado nada, los bomberos siguen padeciendo las mismas penurias, falta de equipos, falta de recursos, un sacrificio enorme y un espíritu altruista que tenemos que saludar y destacar siempre, por encima de cualquier contingencia.

Chimbote ha sufrido las consecuencias de tres incendios en solo una semana y en medio de ellos se ha observado, una vez más, las necesidades de los Bomberos. La pregunta que nos anima hacer en este momento es ¿Qué ofrecen o plantean los candidatos con respecto a la compañía de bomberos? ¿Tiene alguna alternativa de ayuda o colaboración para estos sacrificados personajes? ¿Estarían en condiciones de promover acciones de asistencia a una entidad que es capaz de ofrecer mucho sin tener nada?. Hay que tener en cuenta que los bomberos observan a la fecha un déficit elocuente en lo que se refiere a equipamiento y ya es momento de hacer algo por ellos.