Aun cuando suene a un chiste de mal gusto, en estos tiempos se siguen viendo casos insólitos de estafas y embustes a gente candorosa que cae en maniobras que son harto conocidas y que deberían de llamar la atención a cualquiera para evitar ser engañado por audaces sujetos que tienen la manera como convencer a la gente.
Así por ejemplo, los medios de comunicación no han dejado de difundir informaciones relacionadas con el cuento de la cascada, de la jugada ganadora de la tinka y hasta el famoso hallazgo del tumi de oro, modalidades delictivas que se arrastran desde antaño y que supuestamente ya deberían haber desaparecido porque ya se conocen hasta el hartazgo, empero, mientras siga existiendo gente ingenua estas modalidades delictivas no desaparecerán y seguirán en boga.
Sin embargo, en la medida que los tiempos cambian, que hay nuevas generaciones que no caen fácilmente en estos cuentos, la delincuencia también se renueva, en materia de asaltos apareció hace algunos años el denominado “colepateo” que involucra la infiltración de colectiveros y taxistas que sorprenden a los pasajeros llevándolos a parajes desolados para despojarlos de todas sus pertenencias.
De la misma manera, existieron temporadas en que estuvieron en vigencia las “peperas”, una modalidad aun en boga y es que es sumamente peligrosa en la medida que involucra la combinación de una patilla en la bebida de los agraviados para sumirlos en un profundo sueño, el cual en alguna ocasión ha llevado a la muerte a los parroquianos porque existen cuadros clínicos que pueden reaccionar de otra manera ante el medicamento.
Ahora, se han incorporado nuevas modalidades delictivas. Hace algunos días una comerciante nos confiaba que su hija había sido abordada por tres sujetos que se desplazaban en un vehículo y que se identificaron como efectivos de la Policía, para lo cual mostraron unas placas que asemejaban a la insignia de los custodios.
La joven se encontraba con una amiga en una calle de Nuevo Chimbote, ambas con sus modernos equipos celulares, estaban chateando contras personas hasta que llegaron los desconocidos que advirtiéndoles que eran Policías le señalaron a una cuadra en donde habrían intervenido a un sujeto que estaría vinculada a ellas.
Les exigieron sus teléfonos celulares para determinar el presunto contacto, virtualmente se los despojaron y lo entregaron a uno que se había quedado en el interior del auto y que, presuntamente, se encargaría de verificar si era o no cierto que estaban en contacto con el supuesto detenido por caso de drogas.
Al cabo de dos minutos el sujeto del auto devuelve los celulares envueltos en una tela y les dijeron que no había nada, se subieron de inmediato al auto y desaparecieron, mientras que las jóvenes sacaron la tela y encontraron una cajita con piedras. Habían sido burladas por estos estafadores que sorprenden a gente incauta, pues nadie puede ser intervenido de esa manera sino es en flagrante delito, de lo contrario, se requiere una orden judicial y se debe rechazar cualquier atrevimiento de un desconocido.
Justamente, la semana pasada el Comisario de Buenos Aires, Comandante Gustavo Agurto Tello, confirmó la proliferación de nuevas modalidades delictivas y mencionó este embuste perpetrado por maleantes que se hacen pasar por efectivos policiales y simulan una intervención, por lo que exhortó a la población a no dejarse sorprender en la medida que la Policía no realiza esta clase de intervenciones compulsivas en las cuales el objetivo es el despojo de un bien sea un teléfono celular o los documentos y la billetera.
La intervención de una persona por la comisión de un presunto delito se hace a través de la identificación previa y sin necesidad de despojarlo de un bien, cuando existe una requisitoria de por medio debe mediar la existencia de un documento en el que conste la orden judicial respectiva.
Pero esta del falso Policía no es la única modalidad que se ha puesto en boga, por el contrario, en varias urbanizaciones del distrito sureño se han incorporado la figura del falso servidor de Seda o Hidrandina, supuestos técnicos que llegan a revisar las instalaciones y que son solo maleantes que una vez en el interior de la vivienda amenazan a los ocupantes y se dedican a realizar una limpieza del inmueble.
Lamentablemente, esta clase de acciones dolosas vienen proliferando e incrementan el índice delincuencial en el distrito sureño, en donde los robos a las viviendas se ha convertido además en un dolor de cabeza para la propia Policía.
Sin embargo, estas modalidades delictivas cobra vigencia cuando no existe seguridad en las calles, cuando los delincuentes son conscientes que no existe un adecuado patrullaje y ello no responde a una ´posible negligencia o una fallida estrategia policial, sino a la carencia de recursos logísticos para poder ampliar la base del patrullaje motorizado y a pie por parte de los efectivos policiales.
Por ello es que el Comisario de Buenos Aires no ha vacilado en señalar que ya existe necesidad de implementar en Chimbote Unidades especializadas, agentes que cuenten con medios para la investigación criminal y con acciones de Inteligencia Policial.
En la medida que el distrito ha seguido creciendo la gama delictiva ha aumentado en niveles preocupantes, los esfuerzos de la Policías son vanos y el serenazgo en Nuevo Chimbote ha decaído notoriamente y yaÂÂÂ no es ni siquiera la sombra de la eficiente unidad de seguridad ciudadana que fue hasta hace algunos años atrás.
Todo esto lo conocen también los delincuentes, saben que la precariedad de patrullaje en las calles deja a la ciudadanía a su merced, por ello es que tienen la osadía de aparentar ser Policías y saben que engañando a algunos vecinos alegando que son trabajadores que llegan para verificar alguna falla en el servicio., nadie se percatara de ello y se saldrán con la suya para llevarse todo el patrimonio del agraviado.
Es momento de reaccionar, el Comisario de Buenos Aires ha reconocido públicamente que no basta con dos Comisarías en Nuevo Chimbote, lo que se requiere son de Unidades Especializadas y si esto es así no sabemos que es lo que están esperando los altos mandos para hacerse una y proteger la seguridad de la población, ojalá se escuche este llamado.