Editorial

Editorial: ::: MALTRATO INJUSTIFICADO :::

Efectivos de la Comisaría de Buenos Aires intervinieron la semana pasada a una mujer que había infligido un salvaje castigo a su hijo de apenas cuatro años de edad por el solo hecho que en sus habituales travesuras había incurrido en un descuido que la madre asumió, aparentemente, como una grave inconducta.

La intervención policial y de la Fiscalía de Familia se produce a instancia de la denuncia formulada por el conviviente de la mujer quien fue el que advirtió que su hijo presentaba un pronunciado hematoma en la espalda y tomó conocimiento por su propia versión y la de sus hermanos, que eso le había provocado su madre al castigarlo con el cable del televisor.

Los hechos descritos por la ocurrencia policial de la Comisaria se suscitaron en el interior de la vivienda ubicada en la manzana A lote 18 del asentamiento humano Lomas del Mar en Nuevo Chimbote, en donde vive la agresora Beatriz Gloria Utrilla Lugo de 30 años con su conviviente Javier Galarreta Esquivel de 38 años y sus hijos.

Allí la iracunda mujer había agredido al menor de cuatro años con el cable del televisor, luego que éste en forma casual, había movido la antena y con ello, la imagen se había distorsionado y el hecho pudo ser advertido por el conviviente cuando llegó a su casa al promediar las 2 de la tarde y su conviviente le dijo que se lleve a sus tres hijos a almorzar a la calle porque ella no iba a cocinar.

Esta actitud provocó las discusiones de pareja que concluyeron cuando el padre observó las lesiones en el pequeño y tras tomar conocimiento de lo acontecido no vaciló en dirigirse a la Comisaría para denunciar el salvajismo que ya no responde a un acto de amonestación ante una indisciplina sino propiamente a una actitud delictiva.

En realidad se trata de temas recurrentes en nuestra sociedad, la violencia en el entorno familiar es la secuela de una serie de situaciones que van desde la mala formación de las personas hasta la inadecuada preparación de las parejas para cuidar y mantener a los hijos.

Los niños, por su propia condición, son seres en formación y son los padres en comunidad quienes tienen la responsabilidad de dirigirlos, son ellos los que deben dirigirlos y la mejor manera de hacerlo es a través del ejemplo, los niños poco a poco repetirán lo que hacen los padres, si ellos saludan al momento de ingresar a un lugar el hijo también lo hará, si ellos no toman bienes ajenos ellos también lo harán, si ellos respetan a los demás los niños los seguirán, de allí que el accionar de la mujer solo responde a una acción dolosa injustificable en quien desempeña un rol de madre.

Justamente, estos malos hábitos son los que el legislador ha buscado en el curso de los años desterrar en aras de proteger la integridad física y emocional de los niños, y, esto último es la segunda parte en todo este drama que se ha experimentado en la comisaría como ocurre en muchísimos casos.

La agresión en un niño en la magnitud que lo hace Beatriz Utrilla no solo provoca el repudiable hematoma que se observa en su espaldita sino que le genera un trauma de índole psicológico que le generará serias secuelas y repercusiones en su desempeño a lo largo de su crecimiento, si es que ese niño no es tratado psicológicamente.

Muchos dicen que los hombres agreden a sus hijos porque en su niñez recibieron el mismo trato y hay mucho de cierto en ello, empero, los hombres son gente consciente y pensante, son capaces de razonar y reflexionar, de tomar conciencia y entender que ese niño que trajo al mundo con mucho esfuerzo, sacrificio y dedicación, luego de soportar nueve meses de angustias y complicaciones, es lo más preciado que tienes en el mundo y que debes de cuidarlo y quererlo por encima de cualquier situación, tienen que saber entender que un niño es prototipo de ingenuidad y candorosidad, es la travesura reflejada en el hogar y como tal se tiene que asumir sus descuidos y su inocencia.

Castigarlos con el cable del televisor es muestra de un bestialismo que no puede pasarse por alto, esa mujer no solo se merece un castigo punitivo sino que necesita urgente ayuda psicológica, debe ser sometida a una terapia de conducta en la medida que no solo tiene uno sino otros hijos que están expuestos a estas mismas y repudiables reacciones.

Estamos frente a un caso de maltrato injustificado y descabellado, confiamos en que las autoridades sancionarán este hecho como corresponde y tendrán que advertir a esas mujeres que la ley ahora es muy severa en estos casos, pueden llegar a perder la libertad.

AHORA PEPEROS

Hace unas semanas una Sub Oficial de la Policía denunció haber sido víctima de abuso sexual por parte de un sujeto que pensaba forma parte del mismo cuerpo policial y quien se aprovechó que se divertían en una discoteca ingiriendo licor para llevarla a su vivienda y someterla cuando estaba en estado de inconciencia.

El solo hecho que se trata de gente vinculada a la institución tutelar ya nos dice de la gravedad de los mismos, empero, lo que se pensaba era hecho aislado aparentemente forma parte de una nueva modalidad delictiva que se registra en otras ciudades.

Muchos deben recordar el caso que afecta al hijo de un conocido cantante, quien fue denunciado por una mujer de haberla violado después de dejarla en estado de inconciencia cuando participaba de una reunión con otros dos amigos más.

Precisamente, hace una semana una joven de 23 años denunció en la comisaría de Coishco haber sido víctima de un abuso de similares características, pues estuvo divirtiéndose en una discoteca con un grupo de amigos y no recuerda otra cosa que haber despertado en una vivienda de Coishco que no conocía y sin sus prendas íntimas con huellas de haber sido abusada, por lo que procedió a denunciar al propietario del inmueble que no es otro que uno de los amigos con los que estuvo divirtiéndose la noche anterior.

No creemos que estos hechos resulten de un exceso en la ingesta de licor por parte de las féminas, aparentemente, el entorno en el que departen se aprovecha para agregarles alguna sustancia que las deja sin conocimiento alguno y eso es un delito. No sabemos qué es lo que ha sucedido con los casos descritos en la medida que se trata de procesos que se ventilan bajo absoluta reserva, empero, confiamos en que las autoridades comiencen a sancionar rigurosamente a peperos que buscan que aprovecharse de mujeres indefensas.