Editorial

Editorial: ::: INACEPTABLE LIGEREZA :::

El Fiscal Provincial de Nuevo Chimbote, Luis Vásquez Cabrera, rechazó las públicas acusaciones que se formularon contra su despacho en el sentido que, por segunda vez, se estaba notificando a un fallecido para que se presente a una diligencia ordenada por él, admitiendo que ha existidlo una suerte de malicia en esos cargos.

El Fiscal se refirió de esta manera a las dolidas afirmaciones que hiciera Lionora Elena Quispe Martos, madre del joven Bruno Chávez Quispe, quien fuera atropellado de muerte el pasado mes de Mayo, luego de haber recibido una nueva notificación en la que el Ministerio Público aparece citando a su hijo para tomar parte en una diligencia.

La mujer había descrito el dolor que le embarga la intolerable impunidad que existe en el sistema de justicia y que se agudizaba con el hecho de encontrarse con notificaciones de este tipo en el que se cita a su hijo a pesar de hallarse muerto, lo que le genera recuerdos que solo le procuran mas perjuicios a ella.

Cuando los medios de comunicación entrevistaron a la mujer la encontraron sumida en un cuadro depresivo en razón que al hallarse con esta clase de documentos, luego de verse burlada por el autor de la muerte de su hijo, el chofer de una mototaxi que se pasea libremente por las calles a pesar de la grave responsabilidad que se supone recae sobre sus espaldas y por la cual debería responder, solo le genera amargos recuerdos.

Como se recuerda, la misma mujer había denunciado en Julio pasado que la Fiscalía había notificado a su hijo a pesar de haber fallecido, cuestionó la imprudencia de una institución que no solo no avanzaba en la investigación sino que la sumía en estos malos recuerdos al cursarle una notificación a nombre de su desaparecido vástago.

En aquel entonces el Ministerio Público tomó medidas y cambió a la Fiscal que estaba a cargo de esta carpeta, designando en su remplazo a Luis Vásquez Cabrera, quien después de tres meses hace lo mismo que su antecesora.

Sin embargo, el magistrado reunió a la prensa para mostrar la carpeta y la notificación de marras y aseveró que lo que se estaba denunciando públicamente no era cierto y entendía que se hacía solo con la finalidad de dejarlo mal en la medida que no había aceptado un requerimiento de la defensa.

Sin embargo, el magistrado admitió que se había incurrido en un error material en el acto de notificación al consignarse a través del especialista a cargo de la notificación el nombre del fallecido cuando el documento estaba dirigido a la abogada que está apersonada al proceso como patrocinadora de la parte civil, es decir, quien representa en el juicio a los deudos.

El Fiscal dijo y repitió que la citación contenía la disposición Nro. 4 de fecha de 29 de octubre, mediante la cual se está convocando a una reprogramación de reconocimiento a través de ficha Reniec del acusado del accidente, Luis Falconí para los testigos del hecho, empero, explicó que existe un error material, ya que si bien la notificación se remitió a nombre del fallecido Bruno Chavez Quispe, este documento legal iba dirigido para su abogada Miriam López Santana, como abogada de parte.

Aun cuando está claro lo que alega el Fiscal, es evidente que su despacho no había tomado las medidas del caso para evitar que se hagan interpretaciones equívocas, más aun cuando eran conscientes que la carpeta se había dirigido a su despacho, precisamente, porque se había cursado una notificación a nombre del fallecido, lo que quiere decir que no habría efectuarse un pedido similar.

Pero al margen de todo ello, dejando de lado la formalidad de una notificación errónea, lo que no puede soslayarse es el otro lado del reclamo de la madre del joven atropellado de muerte, es decir, el fondo del asunto relacionado con la injusticia que representa el trámite de esta investigación para la parte agraviada.

Ello porque la madre no solo debe hacer frente a estos errores materiales que la dejan sumida en dolorosos recuerdos, sino que debe lidiar con la irreverencia del investigado que hace alarde de su libertad mientras ella no obtiene justicia como es el castigo necesario para quien le arrancó a su hijo de este mundo.

Los medios de comunicación recuerdan este hecho registrado el pasado 27 de mayo, cuando Bruno Chávez fue atropellado por una mototaxi en la avenida La Paz, y el responsable del accidente, lejos de auxiliar a su víctima lo dejó abandonado y ni siquiera respondió ante los deudos con los gastos del sepelio, como suele suceder cuando una persona compensa una fatalidad a los deudos.

En este caso ha existido una fuga y por ello los deudos del fallecido esperaban que la Fiscalía proceda a solicitar una medida de prisión, empero, al no hacerlo el investigado no solo se pasea libremente por las calles sino que ha llegado a burlarse del drama que vive la mujer, según lo ha confesado.

De allí que al margen de una simple notificación, lo que hubiera sido factible es que el Fiscal explique a la prensa las razones de esta situación, de las quejas de los deudos frente a un escenario cargado de injusticia y en el cual el Ministerio Público tiene parte de la responsabilidad porque es el que tiene la carga de la prueba.

El representante del Ministerio Público ha señalado que la defensa habría tratado de dejarlo mal ante la opinión pública porque no accedió a su pedido para ampliar la carpeta Fiscal para que se comprenda al investigado por otros delitos y que al no acceder a ello ahora tratan de desprestigiarlo.

Nos parece grave que ello ocurra en la medida que está señalando como promotora de ello a una profesional del derecho, ha dicho sin pelos en la lengua que quien ha promovido esto es la abogada de la madre del fallecido y esperemos que no sea así, los juicios no pueden manejarse de esa manera, menos aun cuando existen hechos tangibles en los cuales hay un chofer que arrolló y mató a una persona, se dio a la fuga y sigue suelto en plaza. La Fiscalía ha señalado que la pesquisa ya llega a su fin este mes de noviembre, esperemos que lo haga con las pruebas suficientes como para imputar a una persona de cargos tan graves como es el hecho de haberle quitado la vida a una persona.