Editorial

Editorial: ::: VINCULACIONES PELIGROSAS :::

En la medida que pasan los días se conocen nuevas aventuras y vínculos del otrora todopoderoso ex juez supremo César Hinostroza Pariachi, hoy preso en España y sujeto a un proceso de extradición por parte de la justicia peruana que lo juzgará por la casta de corrupción que había engendrado desde el cargo que ejercía en la máxima instancia de organismo jurisdiccional.

Ya todos conocen la manera como este cuestionado personaje pudo fugar del país a través de una corrompida empleada de la oficina de Migraciones en la frontera norte del país, quien simuló certificar el sistema de restricciones de requisitoriados o personas impedidas de salir del país, para sellar el pasaporte del ex magistrado y permitirle que fugue por el Ecuador hasta España, país al que ingresó luego de haber planificado su trayectoria por Holanda con la finalidad de evitar los exhaustivos controles que se ejercen en la madre patria a quienes llegan desde tierras sudamericanas.

Lo cierto es que Hinostroza está encarcelado en España, empero, en el país ha dejado muchos amigos e influyentes personajes que seguramente están dispuestos a ayudarlo y apoyarlo aun cuando se encuentre en desgracia.

Y es que poco a poco aparecen nuevas evidencias de las vinculaciones de este personaje, la última de las cuales se ha revelado en medios de comunicación de la capital, los cuales han accedido a fotografías, audios y chats que ponen de manifiesto la existencia de una red de amigos que seguramente están dispuestos a ayudarlo y que la justicia debe monitorear a efectos que no se perturbe los actos procesales que se siguen en su contra.

En efecto, las ultimas publicaciones están relacionadas a la existencia de un grupo de wassap que lleva el nombre de “Los amigos de Cesitar H” (en alusión a César Hinostroza), en el cual se muestran coordinaciones y celebraciones entre magistrados de las diversas cortes de justicia del país.

En el mismo chat aparece una fotografía del cumpleaños del ahora ex juez Hinostroza en el 2017. En la imagen se ve a varias magistradas, entre ellas la jueza María Luisa Apaza Panuera y Jéssica León Yarango, quien es parte de la sala que resolverá la apelación del caso de la lideresa de Fuerza Popular Keiko Fujimori.

En los medios locales nos detuvimos en este detalle, en la presencia de una magistrada que pertenece a la Corte Superior del Santa aun cuando no ejerce funciones en nuestra ciudad como consecuencia, precisamente, de esta red de argollas que ha manejado hasta la fecha la administración de justicia.

La juez superior María Luisa Apaza estuvo en nuestra ciudad este mes de diciembre, en los primeros días cuando se eligió al nuevo titular de la Corte del Santa y votó en la elección registrada en nuestra ciudad, incluso, a pesar que ella físicamente no está en la ciudad, no conoce la realidad de la problemática judicial, que no está al tanto del desempeño de sus colegas y que, virtualmente, no estaba en condiciones de poder discernir entre dos candidatos de esta sede.

Sin embargo, es evidente que esta situación es propia de sus nexos y vínculos con quienes manejan la labor jurisdiccional al más alto nivel, ahora se entiende cómo puede permanecer en otra sede judicial por tantos años sin que se le haya requerido que retome sus funciones en su plaza natural.

Inclusive, esta fotografía nos retrotrae a un audio difundido por IDELE en el que se escucha al cuestionado ex juez supremo abogar por la vocal María Luisa Apaza ante los miembros del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, justamente para que se apruebe su traslado definitivo a la capital de la república bajo el argumento que tiene un familiar en mal estado de salud., es decir, conseguir el alejamiento de la sede judicial de Chimbote por la vía administrativa cuando ello debería darse a través de un concurso público ante el consejo nacional de la magistratura.

En realidad no debería sorprender a nadie la forma como se manejaba el siniestro ex juez supremo César Hinostroza, en los medios nacionales se han mostrado una serie de evidencias de sus vínculos con otros magistrados, con empresarios y con políticos para hacer de la justicia un modus vivendi.

Basta recordar aquel repugnante dialogo en el que aparece ofreciendo sus servicios judiciales al mejor postor y preguntando a un interlocutor si deseaba que se le rebaje la pena o se absuelva a un sujeto que había sido condenado por violación de menores, es decir, el asqueroso mercado judicial en el que se ofrecen sentencias a quien pone más billete sobre la mesa.

Ese mismo magistrado ha puesto de manifiesto vinculaciones con otros magistrados de esta sede judicial, como el ex Presidente de la Corte del Santa Samuel Sánchez Melgarejo, respecto al cual se han mostrado y difundido dos audios que lo vinculan a tan controvertido personaje.

Se trata de audios en los cuales Sánchez Melgarejo aparece solicitando favores al ex presidente de la Corte del Callao, Walter Ríos Montalvo, hoy preso por corrupción, así como a su ex asistente Gianfranco Paredes, igualmente preso por la red de los “cuellos blancos” del Callao, con la finalidad que se coloque a ciertos jóvenes que eran sus recomendados.

Estos audios dieron lugar a que el magistrado de la Corte del Santa dimitiera del cargo de juez supremo provisional que se le había conferido un año antes y que ya se presumía en base a que influencias lo obtuvo, inclusive, el Juez Supremo César San Martín, quien llegó a nuestra ciudad encabezando un equipo de la Oficina Nacional de Control Interno, admitió que se le había iniciado un proceso de investigación a dicho magistrado.

Esto pone de manifiesto que en la sede judicial de Chimbote no son ajenos a los tejes y manejes en los altos cielos de la administración de justicia, sea por parte de magistrados probos e intachables como de los otros, en alusión específica del encarcelado César Hinostroza Pariachí. Ahora ya el universo litigante los conoce, se trata de vinculaciones peligrosas que deberán ser investigadas por los órganos internos de la propia administración de justicia, será ese brazo largo de la reivindicación moral del Poder Judicial quien decida qué es lo que pasa con ellos.