Editorial

Editorial: ::: EL ENEMIGO EN CASA :::

Qué duda cabe que el 2018, que ha terminado hace solo una semana, ha sido un año pésimo para la Policía Nacional, un año terrible en el cual sus efectivos se han visto envueltos en escándalos y más de una decena de ellos encarcelados por diferentes motivos, más que nada por corrupción en el ejercicio de sus funciones.

Basta recordar cómo es que se detuvieron en celadas a efectivos policiales que estaban cobrando coimas a transportistas y motociclistas, no solo en la vía pública donde los intervinieron sino en la misma comisaría hasta la cual fueron conducidos, todos los cuales terminaron con sus huesos en el Penal de Cambio Puente.

El relajo policial llegó a tal extremo que uno de los detenidos fue un Sub Oficial Brigadier que fue traído exclusivamente de otra zona del país para remplazar a quien fuera Jefe de la unidad de Tránsito de la Comisaría de Buenos Aires, quien había sido cesado tras ser detenido en una celada y enviado directamente a Cambio Puente.

Ocurre que este Brigadier fue sorprendido apenas a una semana de asumir el cargo en la misma modalidad delictiva que su antecesor, en otras palabras, a este sujeto le llegó altamente la exhortación que le hizo el mando policial para que cambie la imagen de la institución con un accionar honesto y transparente y lo primero que hizo fue echar mano al corrupto mecanismo de la coima, razón por la cual también fue llevado al mismo penal de Cambio Puente.

Fueron hasta cinco Sub oficiales detenidos en esta misma modalidad, a la cual se sumó otro efectivo de la comisaría del 21 de abril, quien fuera denunciado por otro colega por presuntamente tratar de extorsionarlo con la entrega de un dinero para impedir que fuera denunciado por una fémina a la que trató de ultrajar.

Inclusive, a ese grupo habría de añadir el caso del efectivo policial que en completo estado de ebriedad atropelló de muerte a una pareja de esposos que se desplazaba en una mototaxi, a los cuales abandonó a su suerte, tanto así que desde entonces hizo abandono de cargo y se esfumó admitiendo su responsabilidad en esos hechos, razón por la cual ahora se encuentra prófugo y con orden de internamiento en el Penal.

Y el cierre del año pasado no pudo ser peor para la policía en la medida que un megaoperativo promovido por la Fiscalía y la Policía contra el crimen organizado dio con la captura de cuatro efectivos policiales acusados de hallarse involucrados en una organización criminal conocida como “Los intocables, la cual se dedicaba a extorsionar, asaltar, traficar con terrenos, etc., y, dentro de esta organización los agentes policiales se dedicaban a vender información sobre el desplazamiento policial para los efectos que la banda criminal no fuera interceptada.

Sin embargo, si el año pasado fue fatal para la Policía, el presente año 2019 no pudo comenzar peor en la medida que nuevamente este caso de la banda criminal “Los Intocables”, involucró a otros tres sub oficiales que fueron detenidos y trasladados a los calabozos con los chalecos distintivos que se coloca a quienes caen en el mundo de la delincuencia.

Aun cuando muchos consideren que no extraña ya que efectivos policiales se encuentren incursos en la vida delictiva, este caso es preocupante en la medida que implica a tres efectivos de la unidad de Investigación Criminal, es decir, a agentes que se supone el Estado les paga para hacer frente y perseguir a los delincuentes, empero, estos malandrines lo que hicieron fue pasarse al otro bando y delinquir desde el cargo que ostentaban en la propia Policía.

Se trata de los sub oficiales César Roosvelt León Rodríguez (30), Johnny Eduardo Sánchez Velásquez (28) y Víctor Hugo LLerena Morán (52) a quienes se les imputa pertenecer a la banda criminal, donde cumplían con la función de dar protección o seguridad a los delincuentes, bloqueando cualquier tipo de investigación que pudiera emprender la Policía en su contra.

Por ejemplo, se determinó que estos tres suboficiales, obtuvieron información sobre la participación de Hermes Edwin Reyes Atavíos, Wino; en el asalto perpetrado a la empresa Aproferrol S.A., el 28 de noviembre del año pasado.

Con la información obtenida, los malos efectivos policiales, se reunieron el 2 de diciembre en la casa de otro de los investigados, Carlos Royni Zapata Ortíz, con el prontuariado delincuente Wino, presunto cabecilla de Los Intocables de Chimbote, a fin de exigirle dinero a cambio de no proceder a su detención.

Esto quiere decir que lejos de cumplir con su labor de Policías, de exterminar a las organizaciones delictivas, lo que hicieron estos malos policías es extorsionar al delincuente para sacarle dinero y de esta manera limpiarlo de toda responsabilidad.

Todo esto, fue corroborado a través de la escucha telefónica de los celulares de los imputados así como del testimonio de un colaborador eficaz, y de las acciones de videovigilancia y seguimiento (OVISE) en las cuales se evidencia que los suboficiales llegaron al punto de reunión, a bordo de un vehículo de uso policial.

Estos policías delincuentes, porque no se les puede calificar de otra manera tras las pruebas indiciarias mostradas por la DIVIAC, usaron los bienes de la institución, expusieron los cargos que ostentaban en una unidad de investigación criminal para cometer otros delitos, para sumarse al accionar delincuencial de estas bandas organizadas que se someten a ellos porque entendían que a partir de su complicidad tenían garantizada la impunidad en su accionar delictivo.

En este medio de comunicación hemos sido siempre claros respecto a los efectivos de la policía nacional que caen en el delito, hemos reiterado una y otra vez que aquellos no merecen la misma pena que los demás delincuentes, sino que deben recibir una doble sanción, una pena por cometer un delito y otra por ofender a la patria al usar la investidura policial y traicionar los postulados que juraron respetar y por lo cual deberían hacerse merecedores del máximo castigo que prevé la ley.

Los tres Policías permanecen en calidad de detenidos preliminarmente por espacio de 15 días, al cabo de este período y de concluir las pesquisas ampliatorias de la fiscalía de crimen organizado, el Ministerio Público solicitará que se les dicte prisión preventiva, asimismo que por la gravedad de los hechos éste será su derrotero, por lo que es pertinente demandar a la administración de justicia que ponga especial interés en el caso de los malos Policías y si encuentra las pruebas que los vinculan a los delitos imputados no tenga miramientos al momento de dictarles sentencia. Hemos convivido con el enemigo en casa, eso debe sancionarse con la contundencia del caso.