Editorial

Editorial: ::: LA PRIMERA MEDIDA :::

Si bien es cierto el alcalde provincial Roberto Briceño Franco ha iniciado su gestión demandado al Pleno municipal que no se operen aumentos de ninguna clase en su sueldo y en las dietas que perciben los regidores, no cabe duda que la primera medida que ha puesto en marcha en su gestión está relacionada con la limpieza pública.

Apenas juramentado y designado a sus principales funcionarios, el burgomaestre dispuso el desplazamiento de los principales gerentes a la zona de la Carbonera, allí en donde la Municipalidad Provincial del Santa es depositaria de un enorme terreno en donde se debe instalar un Relleno Sanitario que resuelva el problema de la eliminación y tratamiento de la basura que se recoge diariamente de la ciudad.

Y esta visita respondía a la decisión que llevó el alcalde bajo la manga al sillón municipal cual era decretar el cierre y clausura definitiva del Botadero de Coishco, ese inmundo y mugriento monumento a la porquería que todos los alcaldes que lo antecedieron en el cargo prefirieron mantener como fácil mecanismo para deshacerse de la basura, sin interesarles no solo el pésimo aspecto que dejaban a los visitantes por hallarse en la zona de ingreso norte de Chimbote, sino provocando un serio daño ambiental y sanitario a la población de Coischo.

Lamentablemente, este problema se arrastra desde hace muchos años y ningún alcalde quiso salirse del Botadero, inclusive, muchos deben recordar que la ex alcaldesa Victoria Espinoza García, quien jamás dijo la verdad sobre la necesidad de cerrar este Botadero, fue penalmente denunciada por las autoridades de Coishco pero ni siquiera eso la inquietó.

Muchos deben recordar como la segunda gestión de Victoria Espinoza, allá por el año 2014, se inició en medio de una movilización promovida por el entonces alcalde de Coishco Manuel Aldave para demandar la clausura del Botadero y exigir al Ministerio Publico se afiance la denuncia que ellos presentaron.

Sin embargo, pasaron cuatro años, la ex alcaldesa se encuentra a la fecha prófuga de la justicia como consecuencia de otros cargos delictivos y el Botadero sigue en su lugar, el flamante alcalde Roberto Briceño lo ha encontrado en las mismas condiciones que lo conoció desde joven como chimbotano y ha decidido tomar cartas en el asunto.

La decisión de clausurar el Botadero de Coischo no solo ha quedado en el anuncio o en el discurso para las tribunas, por el contrario, ha merecido ya dos actos públicos que consolidan la voluntad firme del burgomaestre.

El primero de ellos ha sido la presentación de un Plan de Acción que ha elaborado la gerencia de gestión ambiental y salud pública a cargo de Adrián Torres León, el cual representa un documento que contiene una suerte de hoja de ruta que señala todos los procedimientos que se seguirán en adelante para sellar el Botadero de Coischo y abrir las puertas a un futuro relleno sanitario en La Carbonera, comenzando con la instalación de celdas que permitirán trasladar toda la basura a esa zona.

Este plan de acción es un documento formal que ha sido firmado por el alcalde en presencia de un representante del Ministerio del Ambiente, como tal forma parte de un compromiso de la actual gestión edil para llevar adelante este proceso sin ambages, sin engaños y sin poses populistas, por el contrario, es un documento técnico importante que servirá para concretar esta firme decisión se sellar el Botadero de Coischo.

Y, como para no permitir que este acuerdo se enfríe, la semana pasada también se ha realizado una importante reunión entre funcionarios de las Municipalidad Provincial del Santa con sus homólogos de la Municipalidad Distrital de Coishco, a efectos de sancionar de manera conjunta acuerdos municipales que sancionen el cierre del Botadero de Coishco y que declaren en emergencia el servicio de limpieza pública en ambas comunidades, a efectos de poder apuntalar el proyecto de cierre progresivo de dicho botadero y el traslado de las miles de toneladas de basura de ambas jurisdicciones hacia la Carbonera.

Esto se conseguirá en mérito de la compra que se deberá realizar de 10 compactadores a gas para el recojo de basura en merito la declaratoria de emergencia que permitirá eludir algunos procedimientos engorrosos en la medida que se requiere de esta maquinaria de manera urgente e inmediata.

Sería importante que el alcalde provincial apele a los organismos internacionales a efectos de establecer convenios de cooperación que le permutan afianzar esta tarea que ya ha iniciado, existen en el mundo una serie de entidades que prestan ayuda y financian proyectos de entidades que cuentan con el debido respaldo institucional y comunitario que están en condiciones de acreditar que la ayuda llegará a los sectores populares.

Hay que recordar que la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote ha conseguido un convenio de esta naturaleza con un organismo de cooperación japonés, de allí que a la par que se avanza con la hoja de ruta diseñada, se podrían establecer puentes con organizaciones que estén en condiciones de apoyar esta iniciativa.

Lo importante es que ya se ha dado el primer y efectivo paso para terminar con esa podredumbre que nos legaron las ex autoridades ediles y que lleva el membrete de Botadero de Coishco, ha costado demasiado llegar a este punto, existen miles de personas afectadas por alergias generadas por los humos tóxicos que emanan de este lugar, por ello es imperativo que el alcalde concrete el objetivo que ya se ha trazado.

El plan rector de la ciudad reservó las áreas de eliminación de residuos orgánicos e inorgánicos generados por la recolección de basura en la zona de La Carbonera, esto ha ocurrido hace ya muchísimos años, sin embargo, en todas estas décadas los alcaldes provinciales no hicieron nada para poner en marcha este proceso, se acostumbraron a lanzar la basura cerca al túnel de Coishco como aquel que quiere esconder la basura debajo de la alfombra, cuando en realidad debería llevarla hasta el patio trasero de la casa pero cual ociosos nunca lo hicieron por que es más trabajoso.

Ha llegado el momento de ponerle el crespón negro al Botadero de Coishco y afortunadamente el alcalde Roberto Briceño ha dictado la primera medida de su gestión tomando la firme decisión de su clausura definitiva, poniendo sobre la mesa las pautas de lo que significará su definitiva eliminación. No puede comenzar con mejor pie su gestión.