Política

ACTUALIDAD Y POLÍTICA… ACTUALIDAD Y POLÍTICA…

CONFUSION

Cuando la tarde de anteayer martes nos comunicaron que la hija de 13 años de edad del Juez Richard Concepción Carhuancho había sido secuestrada en Lima, se nos pusieron los pelos de punta. Sin embargo, cuando digerimos la versión oficial y tomamos conocimiento que en realidad existía una denuncia de la madre por desaparición, porque su hija había salido de su domicilio y no había regresado, de inmediato asumimos que, por la edad de la adolescente, se trataba de un caso de los muchos de confusión de las púberes. La propia aclaración del magistrado que dijo a la prensa que se trataba de un problema personal, nos advertía que estábamos ante una peligrosa aventura de aquellas que emprenden las niñas cuando despiertan en un mundo de emociones, los enamoramientos, las ilusiones, los sueños. Cosas propias que deberían ser controladas por los adultos que son los que por experiencia saben de estas cosas. Por ello es que al promediar la medianoche no nos sorprendió cuando en nuestra redacción recibimos la llamada de un vecino de la residencial Buenos Aires que nos alertaba de la presencia de la menor en ese lugar, ellos fueron testigos como la Policía la trasladó a la Comisaría de Villa María, por ello nos echamos a confirmar el dato y luego vino el despliegue hacia la dependencia policial. En realidad, los casos como el protagonizado por Andrea Fernanda son miles, los medios de comunicación difunden muchas de estas muestras de desesperación de familiares que buscan a sus hijas, empero, la diferencia es que en este caso la protagonista es hija de un magistrado famoso y que ha sido víctima de amenazas, por lo tanto, había que tener especial atención a este caso.

INVESTIGACION

El hecho que la menor haya aparecido sana y salva no cierra este caso como si fuera el capítulo de una novela, por el contrario, la Policía y la Fiscalía de familia sometieron a la menor a un interrogatorio y han iniciado una investigación. Ello porque estamos ante una menor de edad y hay mucho por deslindar en este tema. Primero, como es posible que una menor de 13 años de edad haya viajado desde la capital de la república hacia Chimbote, si lo hizo en una agencia de transporte interprovincial hay una responsabilidad muy grave de por medio en la medida que los menores solo pueden viajar con sus padres o con un permiso notarial de aquellos. Si lo hizo en un vehículo particular, hay que averiguar quien la trajo, porque incurre en responsabilidad quien traslada a una menor sin tener la autorización de los padres. Ahora bien, todo indica que la menor estuvo en la vivienda de un joven con el cual tendría alguna relación y con quien habrían visitado a sus familiares en el P.J. Alto Perú, se trata de Abraham Castillo Chávez de 19 años de edad quien por esta aventura ha terminado detenido y es objeto de interrogatorios y otras diligencias.

¿ARREPENTIDA?

Si bien es cierto que la menor salió de su hogar y se embarcó a Chimbote por su propia voluntad, quienes son mayores de edad tiene que reparar que ella no está en condiciones de discernir y cualquier hecho que le ocurra será materia de la presunta comisión de un delito. Por ello es que se viene investigando a nivel de Policía y de la Fiscalía. Sin embargo, hay un detalle que no debe perderse de vista, fue la propia menor quien llamó a su padre para decirle donde se encontraba y éste, en su afán de ponerla a buen recaudo, le pidió que vaya a la caseta de vigilancia de la residencial “Buenos Aires” en donde se encuentra un joven de su confianza, a quien conoce porque el Juez ha vivido en ese lugar, y le pidió que de allí no se mueva por que se dirigía a buscarla. Sin embargo, la Policía conociendo de la ubicación de la menor, existiendo una denuncia de desaparición, no pudo dejar de actuar y llegó hasta esa caseta para recoger a la menor y llevar a la sede policial a todos quienes se encontraban con ella. La pregunta que todos se hacen es ¿Por qué llamaría la adolescente a su padre si por propia voluntad, sin su permiso y autorización, se salió de la casa y viajó a Chimbote? ¿Acaso se habría decepcionado de lo que encontró en nuestra ciudad? ¿Acaso se dio cuenta que no estaba haciendo lo correcto? Una adolescente sin dinero en un lugar alejado de su hogar y que no encuentra apoyo de quienes la trajeron, lo único que puede hacer es recurrir a la familia. Habrá que esperar para conocer lo que realmente sucedió